DONDE ESTA?

TRIMANDO

Recalando con Héctor Campos


La Recalada: Qué se entiende por trimar?

Héctor Campos: Trimar es poner las velas de una forma óptima de acuerdo a las condiciones de viento y ola imperantes en el momento para obtener la mayor velocidad.

LR: Cómo advierto si alguna vela está mal trimada?

HC: Lo siento en el timón, en la escora, ciño menos, tengo poca velocidad.

LR: Hay alguna regla básica de trimado aplicable a todas las velas?

HC: La clave en todas las velas es que van siempre lo más filadas que sea posible mientras que el borde de ataque, o sea el gratil, no flamee.

LR: Qué ocurre cuando las velas están sobrecazadas?

HC: Si estamos en ceñida, el barco va a escorar y a tirar a la orza excesivamente, entonces para compensar tendremos que atravesar la pala y el barco pierde velocidad. En popa, si la mayor está excesivamente cazada el barco va a tender a irse demasiado a la orza y será ingobernable, lo que se va a reflejar en sucesivas acostadas.

LR: Qué ocurre cuando están demasiado filadas?

HC: Las velas van a flamear, hay pérdida de velocidad.

LR: Cuál es la utilidad del traveler?

HC: El traveler es un riel sobre el que desliza un carro en el que va tomado el punto de escota de la vela mayor, que va colocado en forma transversal a crujía. El traveler es uno de los elementos fundamentales para trimar la mayor. Se utiliza básicamente en ceñida. Me permite colocar la botavara más a crujía o incluso un poco a barlovento sin necesidad de cazar demasiado la escota. Si estoy navegando en ceñida y carga una racha, voy a filar un poco el traveler para que se corra el carro algo a sotavento y cuando calma lo cazo nuevamente.

LR: Cuál es la función del patín de genoa?

HC: Los patines de los rieles de genoa sirven para modificar el punto de escota de las velas de proa. Básicamente, para abrir o cerrar la baluma de la vela de proa. SI en un genoa tengo el patín muy a popa, cuando cace la vela me va a quedar mucha tensión en el pujamen y poca tensión de baluma, lo que se va a reflejar en una apertura exagerada de baluma. En cambio, si tenemos el punto muy a proa, vamos a ver una gran tensión de baluma y un pujamen con poca tensión, lo cual va a significar que el flujo de aire de la genoa va a derramar demasiado en la mayor. En principio, cuando va aumentando el viento, conviene tirar el patín un poco más hacia popa para abrir la baluma. En algunos barcos modernos, los rieles de genoa van trasversales a crujía, lo que permite, cuando aumenta el viento, llevar el punto de escota más hacia la banda para ensanchar el corredor, lo cual con el riel convencional que corre de proa a popa no es posible.

LR: Para qué sirve el vang?

HC: El vang es un aparejo que va desde un punto de la botavara hacia la intersección de la cara de popa del palo con la cubierta. El vang me permite abrir o cerrar la baluma de la mayor. El vang lo uso tanto en ceñida como en vientos francos. En vientos francos si no tuviera el vang cazado, al cargar la racha la botavara se levantaría y es potencia que se pierde, luego el barco pierde velocidad. En ceñida, si quiero aplanar la vela mayor en condiciones de mucho viento, voy a cazar el vang para que quede la vela bien chata al bajar la botavara. Es uno de los elementos que permiten aplanar en ceñida la vela mayor.

LR: Para qué sirven los balumeros?

HC: Para que no patee la vela en la baluma. El balumero va siempre lo mínimo cazado posible hasta que deje de patear la baluma. Actualmente, hay también balumeros para el pie de las velas. Aunque no son para la baluma, también se les conoce como balumeros y tienen la función de evitar que patee el pie de la vela. Especialmente, en las velas que tienen pie suelto, con bastante curva, este “pujamero” o mal llamado balumero es indispensable.

LR: Qué es el cunningham?

HC: Es uno de los elementos que se utilizan para achatar la vela mayor y abrir la baluma para una salida más rápida de aire. Es un ollao ubicado en la mayor sobre el gratil, bastante cerca del puño de amura. El cunningham va complementado con un aparejo de reducción para poder tensar fácilmente el gratil hacia abajo desde ese ollao.

LR: Qué es el escotín?

HC: El escotín es un aparejo de reducción que generalmente está por dentro de la botavara, y sirve para regular la tensión del pie de la mayor (pujamen).

LR: Qué sistemas hay para envergar una vela?

HC: La mayor puede tener patines (garruchos) o relinga embutida. Las velas de proa pueden tener relinga embutida o mosquetones.

LR: Qué ventajas y desventajas presenta cada uno respecto del trimado?

HC: Con relinga embutida se obtiene un mejor trimado porque el gratil de las velas queda tomado íntegro desde el puño de driza al puño de amura. En cambio con garruchos o mosquetones, con poca tensión de driza o cunningham en condiciones de poco viento, entre patín y patín o mosquetón y mosquetón el gratil se deforma.

LR: Qué es una vela full batten?

HC: Es una mayor con sables que van desde el gratil a la baluma. Son velas que llevan un trimado mínimo, básico, porque son velas chatas, no llevan cunningham en general y se utilizan netamente para crucero.

LR: Qué es la bolsa de la vela?

HC:.Sabemos que la vela no es totalmente plana, tiene forma alar. Básicamente, esa forma es lo que llamamos la bolsa. Tengamos en cuenta que, al hablar de la vela mayor, la bolsa va a tener que ser acorde con la posibilidad de curvatura del mástil. Si tengo un mástil muy rígido, la vela mayor no deberá ser muy bolsuda. Si, en cambio, el palo es muy flexible, la vela mayor no deberá ser muy plana. También se tiene en cuenta a la hora de diseñar tanto la mayor como la genoa, la condición habitual de viento y ola imperantes en la zona en que habitualmente se navega. En zonas de poco viento y mucha ola, por ejemplo, es conveniente que las velas sean bastante bolsudas. En zonas de mucho viento en cambio, convienen velas más planas. Esto en cuanto al corte de la vela. Luego además, a través del trimado, se va manejando la forma y ubicación de la bolsa de acuerdo a la condición imperante en el momento en que se está navegando.

LR: Cómo se logra modificar la bolsa?

HC: La bolsa tiene una ubicación de acuerdo al diseño de la vela. Modificando las tensiones se puede llevar la bolsa hacia proa si esto resultara aconsejable. En la mayor, modificando la tensión de driza, cunninghan y pujamero. En la genoa, modificando la tensión de driza y, si tuviera, de cunningham. En ceñida, a medida que aumenta la intensidad del viento, voy a ir corriendo la bolsa hacia proa para aplanar la vela, tanto la mayor como la genoa, para lograr un flujo de aire más libre, o sea, que el aire no quede embolsado y en la genoa, además, para que la salida de su flujo de aire produzca menor derrame en la mayor.

LR: Para qué sirven las lanitas?

HC: Te marcan la presión del aire. Con eso sabemos si la vela está muy cazada o muy filada. En principio, todas las lanitas tienen que quedar flameando en posición horizontal. Navegando en ceñida, en la genoa, si la lanita de sotavento tiende a quedar hacia arriba, es porque la vela está muy cazada. La vamos filando hasta que la lanita baje y quede horizontal, paralela a la de barlovento. Al revés, si la que tiende a quedar hacia arriba es la de barlovento, es porque la vela está muy filada, tenemos que ir cazando hasta que queden ambas lanitas paralelas. En la mayor, el punto óptimo es que se vean todas las lanitas horizontales. Si se esconden todas o algunas, es porque se van a sotavento, es porque hay poca presión a sotavento de la vela, seguramente le faltará cazar un poquito, o tenga mucha salida la baluma. En este último caso lo corregís filando traveler y cazando el vang hasta que aparezcan todas las lanitas. Con vientos francos, yo personalmente no le doy tanta atención a las lanitas, y directamente cuido que las velas estén lo más filadas posible sin que el borde de ataque flamee, haciendo el trimado de proa a popa, o sea, empezando con la vela de proa y terminando por la mayor.

LR: Qué es la puesta a punto del mástil?

HC: Es poner el mástil de forma simétrica con respecto a las bandas, o sea, que el mástil no esté caído hacia una banda; que no tenga curvas no deseadas; darle la caída hacia popa correcta; poner la base del mismo en el sentido proa-popa en el punto correcto; las cuñas en la fogonadura correctamente si fuera pasante. Todo lo mencionado lo logramos midiendo y variando la tensión del stay de proa y de los obenques mediante los tensores. La caída del palo sirve para desplazar el centro vélico más a proa o más popa. Dándole más caída al mástil de proa a popa, la tendencia va a ser una mayor orzada.

LR: Qué son los obenques?

HC: Son los cables que sostienen al mástil lateralmente. El mástil se pone a punto comenzando de arriba hacia abajo, o sea primero cazamos los altos, luego los intermedios si los tuviera y así sucesivamente, dependiendo de la cantidad de pisos de crucetas.

LR: Qué disposiciones de obenques puede tener el barco?

HC: Varias, depende de la altura del mástil, cantidad de crucetas, si estas son retrasadas o no.

LR: Qué son las crucetas?

HC: La cruceta es un perfil arraigado en un extremo a la cara lateral del mástil mediante un herraje. Vienen de a pares que se arraigan de forma simétrica en ambas caras laterales del mástil. Por el otro extremo de cada cruceta pasan un obenque.


LR: Qué disposiciones de crucetas puede tener el barco?

HC: Varias. Depende de la altura del mástil si tendrá uno o más pisos de crucetas. Además, las crucetas pueden estar a 90 grados con respecto a crujía o retrasadas. Estas últimas son las que se usan en casi todos los barcos actuales, ya sea de regata o de crucero.

LR: Qué son los stays?

HC: Son cables que sostienen el mástil en sentido proa – popa. El stay proel es un cable que pende del mástil desde la cara proel del mismo y va arraigado en crujía en el sector de proa, mediante una landa. En el mástil, está arraigado en el tope si es un aparejo al tope, o más abajo si es un aparejo fraccionado. El stay popel es un cable que está arraigado en el tope del mástil en la cara de popa, y en cubierta se arraiga en popa sobre la unión de la cubierta con el espejo, mediante un tensor o una pata de gallo con aparejo para variar su tensión. Con el stay proel damos la caída del mástil. Con el stay popel, mediante su tensor o aparejo, le damos tensión al stay proel. Filando el popel también logramos darle caída hacia adelante al palo cuando navegamos con vientos francos.

LR: Qué es el stay de trinquetilla?

HC: Es un cable que pende del mástil por la cara de proa, justo por debajo del stay de proa y va arraigado a cubierta en crujía, a popa del arraigo del stay proel. Se usa para envergar una vela en proa bastante chica de pie alto para cuando sopla mucho viento y debemos arriar o guardar el genoa.

LR: Qué son los rizos?

HC: Básicamente, son los refuerzos y ollaos puestos en la baluma y gratil de la mayor que sirven para achicar la superficie de la misma.

LR: Cómo se trima el spinnaker?

HC: Para trimar el spi trabajo con más elementos que con las otras velas. Uno de los elementos es el tangón. El tangón tiene un movimiento de proa a popa y otro movimiento de arriba hacia abajo. Lo puedo mover de proa a popa filando o cazando la brasa, para lograr que el tangón quede en lo posible en la posición óptima de 90o. con respecto a la dirección del viento, o lo más cerca posible de esa posición. Lo puedo mover de arriba hacia abajo, o sea, levantar o bajar la punta del tangón, mediante el amantillo. Con este movimiento logro darle mayor o menor tensión al gratil (borde de ataque) del spi. Tengamos en cuenta que, en principio, ambos puños, el de escota y el de amura, deben estar a la misma altura. Cuando disminuye el viento, el puño de escota tenderá a irse hacia abajo, por lo cual debo acompañar bajando la punta del tangón. Por el contrario, cuando el viento aumenta, el puño de escota tenderá a levantarse, por lo que deberíamos subir la punta del tangón también para que estén en igual posición. Sin embargo, en algunas oportunidades, con viento muy fresco, llevamos el puño de amura más bajo que el puño de escota para lograr una mayor salida del flujo de aire del spi, con lo que disminuimos la escora. Lo ideal es que el tangón se mantenga siempre paralelo al agua, aunque subamos o bajemos la punta. Eso se logra instalando un riel en el mástil. Para evitar que el tangón se levante, se utiliza el contramantillo. El otro elemento que utilizamos para trimar el spi es la escota, que se emplea para filar o cazar la vela, de modo que quede siempre lo más filada posible sin que el borde de ataque flamee. Como en las demás velas.

LR: Cómo conviene disponer el trimado de las velas en las distintas condiciones de viento y ola?

HC: Vamos a explicarlo en ceñida, porque es donde más me va a afectar el trimado. En cualquier condición, primero, hay que estar con la superficie vélica adecuada, ni pasado de paño ni corto de paño. De ser necesario, achicamos paño empezando por la vela de proa y luego recién tomamos rizo. También hay que tener en cuenta la disposición de los pesos, que tendrá mucha importancia para ayudar a obtener la mejor performance del barco. Establecido el barco con la superficie vélica adecuada, podemos distinguir cuatro combinaciones básicas de viento y ola:

1) Mucho viento y mucha ola: Vamos a trimar las velas de modo que queden más bien chatas, pero con algo de bolsa en la genoa, la mínima bolsa necesaria como para que el barco pueda tener el punch suficiente para pasar la ola y no perder tanta velocidad como ocurriría si se frenara con cada ola.

2) Mucho viento y río chato: esta condición nos permite tener las velas lo más planas posibles, dado que no necesitamos punch, y así el barco va a escorar menos y vamos a aprovechar el menor ángulo de orzada, siendo esta una de las condiciones de máxima orzada para el barco.

3) Poco viento y marejada: Es una de las condiciones más difíciles para llevar el barco en ceñida, donde el trimmer tendrá más trabajo. Las velas se llevarán bien bolsudas, para lo cual se llevarán ambas velas con poca tensión de driza, sin tensión de cunhingham, el pie de la mayor levemente filado, no mucho vang y más suelto de escotas. Con esto vamos a obtener un ángulo de ceñida más abierto pero que se va a compensar con la mayor velocidad que es necesaria para poder atropellar la ola.

4) Poco viento y río chato: Las velas podrán ir levemente más cazadas que en la condición anterior para poder obtener un mejor ángulo de ceñida dado que no existe la ola que frena el barco. Pero de todos modos tiene que ir bien suelto.

LR: Qué consejos podés darle al nauta para facilitar la acción del trimado?

HC: La posición del cuerpo es fundamental. Tengo que colocarme en una posición que me permita moverme libremente, con seguridad y con celeridad. Tengo que tratar de utilizar todo el cuerpo para hacer fuerza para cazar. Siempre mirando lo que voy a hacer: si voy a izar la vela, mirando hacia arriba para cuidar que la vela esté subiendo libremente, porque si en lugar de mirar la vela estoy mirando el molinete, la vela se puede trabar con algo, yo ni me voy a dar cuenta y seguiré cazando con lo que la puedo rifar. Las manos debemos colocarlas a distancia prudencial de las mordazas y los molinetes para poder filar con tranquilidad sin que haya peligro de mordida. Podemos acompañar la filada rodeando las vueltas del cabo en el molinete con una mano, para evitar que se encimen las vueltas, mientras con la otra mano voy filando el cabo suavemente, para no provocar una filada brusca. Conviene darle algunas vueltas a las escotas en el molinete para poder cazar con la manija, porque si no, patina. La cantidad de vueltas dependerá mucho del viento. No hay que darles demasiadas vueltas porque se muerden entre sí, pero con una sola vuelta patina. Lo podrás cazar con una sola vuelta a mano, pero si necesitás más fuerza, le das más vueltas y usás la manija. Es importante que todos los tripulantes estén correctamente ubicados, no sólo el que va a trimar, porque un tripulante mal ubicado puede dificultad y aun frustrar una maniobra. El trimmer tiene que estar atento a esta situación y despejar los sitios con los que necesitará trabajar. Que el recorrido de la caña del timón, el radio de las manijas, los rieles, estén libres. Que nadie esté sentado arriba de un cabo. Esto es fundamental para permitir una maniobra libre y rápida. Y tiene que disponerse antes de que haya que hacer la maniobra, porque si tengo que estar corriendo a un tripulante que me estorba en el momento de hacer la maniobra, ya es tarde.

LR: Qué diferencia hay entre el trimado para crucerear y el trimado para regata?

HC: Hay un tema que es básico en ambos casos, y es la superficie vélica que voy a poner. Probablemente, en regata haré una elección más audaz que en crucero, pero ese es el tema más importante a definir en cualquier caso. Hay un concepto erróneo en muchos navegantes que piensan que achicar paño nunca viene mal. Esto no es así. Muchas veces, navegar con poco paño significa tener poca velocidad, perder capacidad de maniobra, ser alcanzado por la ola en popa, navegar incómodo. Lo cierto es que hay que navegar con la cantidad de paño justa y necesaria. No más. Pero tampoco menos.

Luego, la diferencia fundamental radica en la atención que le daré al trimado en un caso o en el otro. Si voy de crucero, voy a establecer las velas de acuerdo al rumbo y la condición, y modificaré el trimado mayormente si alguna de esas condiciones cambia. En regata en cambio, voy trimando en forma permanente atendiendo a cada olita y a cada rachita. Eso en crucero no es necesario. Pero nunca, ni siquiera dando la vuelta al perro, puedo desatender el trimado e ir con las velas de cualquier manera. Porque trimar bien el barco hace al placer de navegar, pero hace también a la seguridad. Un barco mal trimado pierde velocidad, es más difícil de gobernar y la navegación además, se suele tornar incómoda.


NEGROS CANALES

NEGROS CANALES DE BAHIA BLANCA: LA TRÁGICA HISTORIA DE UN COLEGA DEL CNBB

Por Hugo W. Barzola

En otro capítulo de mis relatos he comentado una parte de la historia de navegante de un consocio y amigo nuestro del CNBB (Bahía Blanca), Roberto Fernández. En este como colofón de ese relato realizaré el desarrollo de su historia de vida en la comunidad náutica hasta su trágico final.

Roberto Fernández tendría en aquella época (1980) una edad cercana a los cuarenta años, estaba casado con una hermosa mujer y tenía dos hijas igualmente bellas. Su posición económica al momento de nuestro relato, era brillante y sólida. Hijo de un hogar de clase media trabajadora él mismo había pasado por varios oficios, como ser el de metalúrgico.

En algún momento de su juventud, entró a trabajar en el rubro de la distribución, y con la madurez de la juventud y su inteligencia y audacia arrolladora, avizora las posibilidades de mejorar su posición al encontrar una oportunidad de hacerse con una distribución de una marca mundial.

Logra esta designación y organiza una distribuidora de ventas con la cual gracias a su empuje y dinamismo afirma su importancia para la marca y va logrando el mismo afianzarse económicamente.

Siempre con mente de emprendedor edifica al tiempo su propio depósito y vivienda en los altos, donde poco a poco como hemos dicho cimenta una sólida posición. Es entonces que se lanza a buscar realizarse humanamente en un deporte que siempre le había llamado la atención, la navegación a vela.

Por esas cosas de la vida, con encuentros y desencuentros, en este caso no recuerdo como llegó a mí para consultarme, el hecho que tenía casi decidido adquirir un velero que recientemente se publicitaba, producto de un astillero que ofrecía este modelo al mercado incipiente de la industria nacional de la náutica, el Bordiga B 18 salido del tablero de Frers.

Este modelo cubría el mercado en expansión de la náutica argentina al posibilitarse con la construcción seriada en PRFV y el consiguiente abaratamiento del producto final. Ya en otros relatos he comentado el primigenio éxito que tuvo el Láser 5,60 de Róvere, como el Troter del astillero Marco, siendo tal vez este otro modelo uno de los que le siguió en unidades vendidas, hasta llegar con el tiempo al H 20 que fue tal vez el modelo de esa clase que mas unidades vendió.

Ya había realizado su curso de timonel habilitante en el CNBB, por lo que estaba ansioso de probarse con su propia embarcación.

Creo haberle aprobado la decisión, me gustaba el barco tenía amplia comodidad con respecto a otros de la clase, como ser el Láser 5,60, por tener mayor manga y era el producto apropiado para comenzar a despuntar el vicio....

El otro objeto de la visita era encargarme la fabricación del trailer para el mismo, en ese entonces yo tenía una metalúrgica anexa a mi taller de electrónica donde construía torres de comunicaciones. Se dio la circunstancia que puesto yo mismo en esa necesidad un tiempo antes, había construido mi propio trayler, por lo que había acreditado algún mérito profesional por ello.

Derivado de ello le pude construir el de su Bordiga y algunos otros veleros que llegaron al club, incluido el del INDA (Peterson 26’) que lo trajo desde Buenos Aires marchando, como también varios para lanchas de todo tamaño .

Pero disculpándome por la digresión, aunque todo tiene que ver con todo, proseguimos con el relato. Llegado el barco a nuestro club, me toco colaborar en su aparejado así como participar de las primeras salidas, poco a poco fue tomándole la mano a su gusto presentándose a regatas que en aquel entonces tenían encarnizadas tripulaciones.

Es por ello que le fue entrando la pasión total por la náutica por si la hubiera tenido a medias, pensando ya en comprar un nuevo velero de mayor eslora y perfomance, aprovechó la oportunidad que comenzaba a dictarse el 1º curso de Patrón de Yate que comenzaba a dictarse en el CNBB y que justamente me tocó organizar (1981).

De producto del mismo más de una docena de nuevos Patrones fueron matriculados, entre ellos Roberto. Su nuevo barco fue un Paquita diseño de Frers de 26’ y construcción en madera laminada.

Con este barco comenzó también a intervenir en regatas, cruceros y fue con el que realizamos aquel crucero hasta Monte Hermoso ya relatado. Pero su entusiasmo se dividía por la necesidad de llegado el verano poder acompañar a su familia a pasar sus vacaciones en su propia casa del balneario y el poder seguir despuntando su pasión.

Por ello se compró un nuevo velero, en este caso un H 19, el barco escuela de Heguilor, para tenerlo allí en Monte y poder bajarlo al mar cuando el clima fuera benigno. Es así que otra vez me encarga el diseño y luego la construcción de un gran trailer para movilizarlo en la playa y poder usarlo como dársena de amarre, bajarlo a la playa y luego al regreso su amarre al mismo, para subirlo nuevamente.

Creo que alguna satisfacción debió haber alcanzado al disponer de tal medio en el propio lugar, pero siempre inquieto una temporada imaginó llevarlo de vuelta al club, navegando como lo habíamos hecho con el Paquita.

Este viaje había ocurrido al comienzo del verano y él al llegar el fin del mismo resolvió hacer el viaje imaginado, para ello había comprometido a dos colegas integrantes del CNBB, padre e hijo que serían sus acreditados tripulantes... Pero, llegado el día y vaya a saber por que, tal vez algún presagio, diferencias con la familia de los tripulantes, la cuestión que se negaron a navegar, dándole poco margen para decidir el viaje.

Con mucha tozudez y tal vez poca previsión, dejando de lado toda precaución tomó la decisión de realizar el viaje de cualquier modo, para ello consiguió a último momento la compañía de un amigo, comerciante, joven como él, con una empresa de camiones casi vecino del domicilio en Bahía Blanca de ambos.

Como seguridad llevaban puestos los salvavidas de arnés reglamentarios, mas en el caso de Roberto una chaqueta de buceo de neopreno, y demás elementos de señalamiento, etc. Como en el caso del viaje anterior el clima presentaba un día promisorio y soleado.

Otra vez el viaje debió ser placentero al menos hasta pasar por Pehuen-co, pero nuevamente quiso el destino jugarles esa malvada jugada que nos había sucedido en el otro crucero. El clima cambió imprevista y rápidamente, una tormenta de viento del Oeste arboló el mar en esas condiciones que son tan temidas en tal lugar, hasta para los grandes buques.

Si han leído mi crónica anterior, habrán percibido lo que es navegar por ese lugar en el caso de ocurrir vientos de 80/100 kph o mas; el mar con los bancos encajonados forma, en especial por la ruta del canal auxiliar un oleaje muy peligroso y si bien con el anterior velero de 8 m. logramos sortearlo, ahora con este de 6 m. y sin una tripulación adecuada, creo que fue un gran error, máxime que ya había tenido con nosotros la experien cia del mismo viaje. Pese a la fuerza de la tormenta era preferible hace un trayecto mas largo, al menos ahora había experiencia para ingresar por el boyado del canal principal.

El detalle de lo sucedido no lo conoceremos nunca pues no quedaron testigos ni en la embarcación ni nadie de fuera de ella en la inmediaciones. El caso es que el mar, la tormenta logró hacer zozobrar la pequeña embarcación y arrojó a la tripulación al agua.

Aparentemente, elucubrando hipótesis de lo sucedido, el amigo de Roberto fue tragado por las aguas, apareciendo luego a las 24 hs., siendo el primero que fue encontrado.

En el caso de Roberto Fernández, con mayor suerte y capacidad de flotabilidad por su chaqueta, aparte del salvavidas, tuvo una desgraciada sobrevida de mas de 48 horas.

Fue un caso que causó mucha conmoción en especial en nuestro medio, una vez conocida la noticia, tanto Prefectura como las lanchas pesqueras de Pto. I. White y Pto. Rosales, más gran cantidad de lanchas particulares se agregaron a la búsqueda.

Pasaron las horas y no encontraban a nadie, hasta que un día después una pesquera encontró el cuerpo del amigo de Roberto, a medio flote en el canal, en el caso de Roberto recuerdo la desesperación de todos, principal y lógicamente de su familia que utilizó todos los medios a su alcance para lograr algún resultado. Los medios de comunicación empezaron a seguir el caso con interés, recuerdo que hasta los auxilios de una o mas videntes se habían ofrecido y lo anecdótico es que una de ellas anticipaba que aun se encontraba con vida.

En mi caso recuerdo que por dos veces salí en alguna de las lanchas de asociados del club que se dedicaron a la búsqueda dentro de los canales, recuerdo haber estado por el Embudo y el Bermejo y alrededores por casi 8 hs. cada día.

Otra gran anécdota y que dio la idea parcial del recorrido de Roberto, aun no hallado después de 48 hs., se conoció un día al conocerse que un tripulante de un barco griego fondeado en la afueras del canal, cercano al lugar del siniestro, una noche divisó sorpresivamente para él, una persona que se encontraba aferrada a la cadena del ancla y la cual le gritaba algún pedido de auxilio, lógicamente este tripulante no conocía el idioma y lo primero que atinó fue ir a comentar el caso a alguno de los oficiales que pudiera hacer algo en ese caso.

Todo esto vaya a saber cuanto podrá haber tardado, pero la cuestión es que cuando llegaron nuevamente a la proa de la nave a tratar de interpelar y brindar ayuda a la aparición que había advertido el tripulante, desgraciadamente no pudieron verlo nuevamente y nunca mas por lo visto.

Debemos señalar que esto ocurrió a altas horas de la noche con marea fuertemente bajante. Esos lugares de nuestros canales, como conocemos los navegantes, tiene una velocidad de marea muy grande que puede llegar de 3 a 6 nudos y tiene una fuerza capaz de arrancar a una persona aferrada de esa manera a un objeto en él. Por lo que es de asumir que en ese momento Fernández salió desprendido de la cadena, tal vez agotado, llevándolo la misma mar afuera.

Imaginen que todos estos datos, una vez sabidos, lograron que se redoblaran los esfuerzos de búsqueda, que creo que todavía se continuó por los menos un día mas. Finalmente una mañana una pesquera dio la noticia del encuentro de nuestro desgraciado amigo, el mismo fue encontrado dentro del estuario, por lo que se ha visto que fue juguete de la marea varias veces en ese drama.

Como colofón de toda esta tragedia, de la cual recomiendo tomar debida nota a quien la esté siguiendo por estas líneas sin haberla conocida anteriormente, que pueda reconsiderar los enormes riesgos que se corren si no conocemos el terreno (...)y tenemos los medios para sortearlos.

En el caso del amigo de Roberto, creo que el deceso se produjo por asfixia por inmersión pese a tener colocado su salvavidas..., en cuanto a Roberto Fernández con salvavidas y chaqueta de buceo, sufrió una muerte por hipotermia.

Su barco fue alguna vez visto, tal vez en marea baja por esa zona de bancos de la salida al mar, pero el avistaje fue realizado por embarcaciones mercantes de porte o alguna de la Armada, se veía sobresalir su mástil, pero desgraciadamente no se pudo hacer nada por ella y luego nunca mas se la observó.

Escribo esta crónica con el pesar de recordar a un amigo que con su don de gentes había cultivado muchos mas dentro del club, se perdió un gran ser humano y quedó destrozada su familia más la de su amigo y acompañante. El tener que recordarlo y revivir esta tragedia causa una gran pena nuevamente, pero también es bueno alertar a los nuevos integrantes de la barra náutica con todos los antecedentes que puedan ser conocidos y si es necesario aprovecharlos.

En todo caso es preferible navegar en mar abierto aun en una borrasca, que circular por los canales de entrada a nuestra Bahía Blanca, como he dicho aun los buques de porte lo temen y pregunten a la Armada y a los pescadores que tiene mayor experiencia, una tormenta de este tipo en la zona del Rincón como se la denomina es un peligro de temer para cualquier embarcación, sea del porte que fuere, y lo que da y aumenta el peligro son los bancos de arena. QPD....

Hugo W. Barzola

Piloto de Yate – Prom. 14 de 1974

CNBB – Bahía Blanca

hwbarzola@yahoo.com.ar


LA GUAPEADA DE LOS POZOS

Güenos Ayres, 20 de junio de 1826

Año 17 de la Libertad

Querido hijo:

¡Lástima que haigas tenido que dirte pal Pergamino! De no, hubieras visto algo grande. ¡La que ti has perdío, muchacho!

El sábado 10 último yegué a Güenos Ayres. Me apié en lo de Fonchos y, mientras comía un bocao, vide al gentío arremolinarse en la Plaza. Pagué, y me acerqué a curiosiar.

Risultaba, asigún me dijeron, que los Imperiales habían aparecido con tuítos sus barcos frente al Puerto, con órdenes de reducir a cenizas a nuestra Escuadra, que el viejo Brown había guarecido en el fondeadero de Los Pozos, frente a la Recoleta.

Junto al Juerte hervía la concurrencia dándole gusto al pico. Unos dotores opinaban que no había nada que hacer, que el enemigo tomaría Güenos Ayres, porque el tonelaje, los cañones, el desplazamiento y qué sé yo cuántas cosas más. Yo metí baza diciendo que -a lo mejor- el Almirante correría a los Verdes como corrió a los godos en el catorce . Pero los dotores me hicieron callar diciéndome qué podría saber de cosas de mar un gaucho inorante como yo. Me alejé mohino. Cierto: yo no sabía nada de desplazamiento ni de tonelaje, pero me ricordaba del coraje de Brown en Montevideo y Martín García.

Como habían de llegar el alba y la creciente para poderse peliar, yo me metí en el Café de Marcos a cenar y esperar que aclarara.

Por fín amaneció el domingo, lindazo pero frío. Dispués de abrigarme con dos giñebras, me juí pal lao de San Francisco a pedir a un fraile amigo que me dejara subir al campanario. Me dejó el hombre y allí quedé con él y tres señores que dendenantes aguaitaban el Río. ¡Había que ver las azoteas, los miradores y las torres, repletos de curiosos! Allá lejos, la playa era un hormiguero.

No había pasao una hora cuando los Imperiales izaron velas y empezaron a desfilar hacia el Poniente. ¡Era de verlos! Un principal rubio que estaba al lao mío – medio gringo el hombre y muy estruído en cosas de marina- decía que eran nada menos que una fragata, cuatro corbetas, cinco bergantines, once goletas, un patacho y nueve cañoneras. ¡Treinta y un barcos! No sé qué es una fragata ni qué ventaja le saca un bergantín, pero yo veía que aquello era tuita una ciudá de buques grandotes, llenos de cañones que mostraban los dientes a nuestra Escuadra, ¡pobrecita ella! : la "Veinticinco", una barca, dos bergantines, siete cañoneras y... nada más. Yo me hacía cruces: " ¡En ésta sí que te quiero ver! ". Noté que el curita, muy pálido, rezaba entre dientes.

Sonaron las doce en las campanas, que casi me dejan sordo. Dispués... el silencio. Denguno hablaba, pero tuitos mirábamos el Río. Ya los enemigos llegaban a Los Pozos. El Almirante los esperaba anclao, haciendo la pata ancha. ¡ Amalaya los Verdes!

Era la una y media pasada cuando el señor rubio de mi lao, con su antiojo alcanzó a ver lo que decían unas banderitas que habían izao en la "Veinticinco": "FUEGO RASANTE QUE EL PUEBLO NOS CONTEMPLA". "¡Lindo viejo -me dije- que antes que rendirse nos quiere dar tiatro!". Y de repente... ¡Cataplún! Nuestros barquitos empezaron a los cañonazos. ¡Hubieras oido, m’hijo, qué batuque y qué humadera ! Los Imperiales respondieron al juego y aquello ya jué un infierno. No se véia nada. Tuito era humo y jogonazos. El horizonte del Río parecía noche con rejucilos y truenos.

El señor gringo maldecía su antiojo, yo deshilachaba mi poncho de puro nervioso y el fraile rezaba cada vez más juerte. Poco a poco, el rubio se jué callando y sólo se oían los cañonazos y la voz del padre.

¡Qué momentos! Vos sabís que siempre he sido poco rezador, pero nos empezó a dentrar no sé qué...La cuestión jué que, mientras en Los Pozos seguían los chumbos, los del campanario nos juimos descubriendo y, cuando menos lo pensábamos, estábamos arrodillados y rezando... "Hacé, Virgencita güena y gaucha de Luján que no dentren en Tu Ciudá los enemigos. No dejés que redoten a la Patria...".

De pronto calló el juego. Yo tirité. Tuitos nos paramos de golpe. ¿Qué habría pasao? "Ya hundieron al Viejo", me dije. Pero aquella humadera de porra no dejaba ver nada.

Esperamos un rato más. En una de ésas, uno de los señores gritó: " ¡Ahí se ven barcos! ¡Es el enemigo que se viene!"

Sí: allá se véian varios buques que empezaban a moverse. ¡Dios nos asista! ¿Sería posible que nos madrugaran los Imperiales? En la plaza los paisanos y señores pedían armas frente al Juerte. El mujererío disparaba. Yo me persiné y, sin querer, manotié el facón.

"¡ Viva la Patria !" –gritó de pronto el curita con tal juerza que tuvimos que agarrarlo de la sotana pa que no se viniera del campanario abajo. " ¡Viva la Patria, canejo!" - volvió a gritar -. ¡Son los barcos nuestros, caracho!".

Cierto era. Disipao un poco el humo se véia nuestra bandera al tope de aquellos buques. Los contamos. No faltaba ni uno.

Nojotros, como los de la Plaza, las azoteas y las torres, dentramos a pegar gritos como locos. También, ¡no era pa menos! ¡Almirante lindo! ¡Y eso que el Gobierno le había ordenado embicar o incendiar sus barcos! ¡Diande! ¡Ahí estaba! ¡Viva la Patria!.

¿Y los Imperiales? Se iban. Se iban, al parecer, pa atacar las cañoneras del criollo Rosales que llegaba al galope de Martín García pa dar una mano al Almirante.

¿Vos sabís lo que es una cañonera? No ti vayás a cráir que es un barco grandote. No. Es una lancha morrudita, con un cañon o dos. Nada más. Güeno. Ti explico ésto pa que ti agarrés y no ti caigás por lo que voy a contarte.

Cuando el enemigo se iba, las siete cañoneras de Brown salieron a todo correr atrás de él. ¡Y ahí jué lo lindo! Aquellos barcos grandotes de los enemigos, perseguidos por nuestros cuzquitos, aguantaron un rato sus mordiscos y dispués... dispararon. Sí. Has léido bien. ¡Los treinta y un barcos imperiales dis-pa-ra-ron y las cañoneras de Brown se perdieron en el horizonte yendoselés al humo y mordiendolés los garrones!

Ya no aguantamos más. Bajamos de la torre tan rápido que casi nos rompimos la crisma. Corriendo cruzamos la Plaza y llegamos al Río. La gente allí se abrazaba, bailaba, gritaba, ¡Qué se yo! Ña Pancha, la mazamorrera del Temple, regalaba a manotadas sus confituras entre el gentío. A mí me abrazó una niña paqueta gritando: "¡Viva la Patria, paisano!". Un militar pegaba saltos como poséido. Los dotores decían discursos que tuitos aplaudíamos pero que nadie óia. Y muchos, como pa llegar a la Escuadra, se metían en el agua sin importarselés un ardite del frío de la oración.

Pasadas las cinco aquel loquero de tuita clase pelo y color, se abalanzó al muelle. Era que alguien había gritao: "¡Ahí viene!".

En una falúa venía el Almirante, serio como siempre, y aura tiznao y con su uniforme cargao de entorchaos y la medalla de Montevideo al pecho. Con él venían Espora, comandante de la "Veinticinco" y el griego Jorge, dos que –dispués supimos- se habían jugao como liones en el combate.

El bote atracó y ahí jué la cosa. Tuitos, como a la orden, corrimos y sacamos a los marinos en andas. El Viejo pedía calma y vivaba a la Patria. Espora –me pareció- yoraba y Jorge sonreía abatatao. Nojotros... ¡pa qué te voy a decir!... Los dotores pegaban gritos de "¡Viva el héroe del Mar!" " ¡Vivan los salvadores de la Patria!" y no sé cuántas cosas más. La banda tocaba el Himno.Y yo, paisano rudo que no comprendiendo de decir cosas lindas, me las pelaba gritando tuitas las palabrotas que me prohibía mi mamá, que Dios la tenga en Su gloria...

Así, a los empujones, los llevamos. Unas niñas de lo principal coronaron a Brown con flores. Él se sacó la corona y pegó un grito de " ¡Viva la Patria!" que me heló el tuétano porque me pareció que lo pegaba la Patria mesma. Dispués dentraron en el Juerte, ande los esperaba don Bernardino.

Esa noche Güenos Ayres ardió en fiestas. Yo -es la primera vez que me pasa- creo que me emborraché. También, ¡no era pa menos!

Te abraza tu tata

PONCIANO BERMUDEZ.

Texto de Argüero, Luis Eduardo; Cielo al Tope, Historias Marineras.


UNA OPCION DISTINTA II

Aporte de Hugo W. Barzola
Publicado en la revista A TODA VELA
Texto y Fotos: El viejito del acordeón.

Diagramación: L. M_ Bukavec.

UNA OPCION DISTINTA

Segunda parte del apasionante relato que cornenzara a entregarnos el mes pasado el viejito del acordeón, realmente una opción distinta.


22/02/87 Antes del amanecer, se levantaron, pues la pleamar era alrededor de las 06.20 hs; con las primeras luces zarparon hacia la Ría de Ajó con viento SE, para no variar, bien de trompa. El primer borde lo tiraron bien al Este, hasta perder de vista la costa y los demás, entre los 5 y 14 metros de profundidad.
A eso de las 18.00 hs. avistaron el Faro San Antonio y parte de la costa Sur de la Bahía de Samborombón.
Al anochecer, vieron en el cielo el pequeño resplandor de General Lavalle y para localizar la baliza de entrada, navegaron sobre la marcación de 75º. al Faro San Antonio, hasta visualizar la baliza, pero por la escasez de agua, se vararon unos 500 metros antes de llegar a ella, por lo que, siendo las 23.30 hs. fondearon al ancla y ... a sus respectivas conejeras ...

23/02/87 Se despertaron al alba y como crecía la marea, decidieron entrar, tomando como enfilación la baliza por popa. Ello les permitió, entrar sin dificultades en la ría, justito cuando se comenzaba a disipar la cerrazón que la cubría, lo que les permitió seguir avanzando velozmente, pues crecía con fuerza.

El río es bonito, profundo, con costas bajas donde pulo lan los cangrejos y vuelan
infinidad de flamencos, cuervos, garzas, (muchas de las cuales son rosadas), etc.
A las 07.00 hs., teniendo a la vista el campanario de la Iglesia de General Lavalle,
decidieron fondear, para tener privacidad y poder higienizarse y desayunar. Así lo hicieron, pero cuando intentaron izar el ancla, no lo consiguieron, pese a varias técnicas que emplearon para lograrlo. La sonda marcaba 5,50 metros de profundidad y la corredera, 2 nudos de velocidad de la correntada; realmente, no eran las condiciones ideales para intentar el rescate del ancla, pero Tito, a quien por algo lo llaman el "loco", atándose un cabo con un nudo corredizo a la muñeca, intentó agarrándose de la cadena, tres veces infructuosamente, por el dolor de oídos; pero en la cuarta pudo llegar al ancla, colocar el nudo corredizo a una uña y tantear que estaba entre piedras, pero se le acabó el aire, por lo que tuvo que ascender rápidamente, sin tomarse del cabo o de la cadena, con lo que la correntada, hizo que emergiera, lejos del barco.
En el interín, como demoraba mucho en salir, "Papa Golf" aprestó el salvavidas y un cabo, que cuando "Tito" apareció, se lo arrojó, con tan mala suerte, que el otro extremo se le escapó. "Tito" nadando con salvavidas y cabo, se dirigió a la costa, pensando ir caminando por ella, hasta más arriba del lugar donde estaba el "ANDARIN III" para neutralizar la correntada, pero cuando se acercó a ella, la presencia de miles de cangrejos, lo disuadió, y sólo atinó a remontar muy lentamente, por donde hacía pie, en 1,20 m. de profundidad.
Mientras tanto, "Papa Golf" corrió al V.H.F. a pedir auxilio, con tanta suerte, que dos pescadores, lo escucharon y salieron remando velozmente en una chalana, para auxiliar a "Tito". Cuando éste se trepó, notó que estaba cortajeado en las manos y pies, rodillas, etc., y hasta el short, corno si hubiese mantenido un duelo con ho¬jas de afeitar, seguramente ello fue debido a los "dientes de perro" (caracolillos muy filosos) adheridos a las piedras.
Llegados a bordo los pescadores García y Gonzalez (dos nombres difíciles de retener), sumaron sus esfuerzos para recobrar el ancla, tirando de la cadena y los dos tripulantes, halando del cabo con un molinete del "genoa". Así, consiguieron bajar la proa unos 40 centímetros, y se dio moto a fondo. Al segundo intento, el barco avanzó unos 5 metros, con respecto a la costa; al comunicárselo, uno de los pescadores, propuso ir para la costa, en el nuevo intento, en busca de menor profundidad para poder trabajar mejor. Al hacerlo así, la proa pegó un salto hacia arriba, señal evidente que el ancla se había liberado y la izaron sin dificultad.

Por si alguno va a esa zona, le informo, que el río no tiene piedras y que donde se enganchó el ancla fue en los escombros de un mueIle derrumbado, que se visualiza tácilmente sobre la margen izquierda, al remontar.
Muy contentos y agradecidos por el accionar de los pescadores, continuaron hasta el puerto de General LavaIle, donde se amarraron frente a la Prefectura.

Olvidé explicar, que "Papa Golf", una vez que se comunicó por V.H.F. con los pescadores, se puso a inflar a pulmón desesperadamente el bote neumático, consiguiendo hacerlo en tiempo récord.

El pueblo de General LavaIle, es una de esas ciudades típicas del interior, donde la vida, parece transcurrir sin prisa. Las ovejas pastando tranquilamente en las veredas, los pollos y los patos caminando confiadamente por las mismas y la poca gente que circula por ellas, haciéndolo sin apuro.
La Municipalidad, muy pintadita, con reminiscencias de la Casa de Tucumán.
El Museo instalado en una antiquísima casa, es uno de los atractivos que se presentan al turista. La iglesia, muy arregladita data de 1892. Existe un ahumadero y saladero de pescado y puede según creo, comprarse pescado bien fresco, directamente en las lanchas pescadoras. Unos pocos servicios de microómnibus, la conectan con San Clemente del Tuyú, distante aproximadamente unos 30 km. y así lo hicieron los dos aventureros, para conseguir masilla y rollo de película que se le habían terminado.

24/02/87 Al otro día, en medio de lluvias interminables, zarparon a eso de las 09.30 hs., rumbo al último puerto a tocar, el de San Clemente del Tuyú. Rv. 25° hasta en¬contrar algo de agua a unos 3 rns. de la costa y luego, con un ojo en la ecosonda, a Rv. 90º. en dirección al Faro San Antonio.
A media milla de la baliza de entrada, se quedaron sin agua, siendo las 13.00 hs. A la espera de la creciente, fondearon ancla y almorzaron.
A eso de las 15.00 hs., comenzó la creciente y al rato levaron ancla e inten¬taron llegar a la baliza, pero no encontraron agua por ningún lado, por lo que decidieron salir para el Norte, en busca de aguas mas profundas. En eso intervino "el de allá arriba" y apareció una
lancha pescadora que regresaba de una excursión de pesca, con turistas; a la cual siguieron en la estela, descubriendo unas varillitas casi invisibles, entre las que había que pasar, para acercarse a la baliza.
Así penetraron en la ría de San Clemente y llegaron hasta la "Tapera de Lopez", que es un club náutico que tiene una darsenita y un embarcadero, pero con casi nada de agua en bajamar.
Averiguaron con el capitán del pesquero la ruta al puerto, pero éste, con muy buen criterio, les aconsejó no intentarlo, por las dificultades que ello representaba. Este está después de "Mundo Marino", hermoso espectáculo, que debe enorgullecernos a los argentinos.
Lamentablemente el puerto queda casi seco, corno podrán apreciarlo en la fotografía, a tal punto, que un catamarán para turistas, queda varado.

A mi modesto entender, en caso de temporal del sudeste, que puede durar tres o cuatro días, lo mas aconsejable, si el calado lo permite, es fondearse en la Ría de Ajó, mucho más sencilla de entrar, aunque sea de noche pues se ven las luces del puerto; más reparada, sin problemas de profundidad dentro, con un puerto en el mismo pueblo, lo que favorece el avituallamiento y hasta con la ventaja de teléfono a pocos pasos del barco.
Como ambos tenían que estar en la Capital el viernes siguiente a más tardar; el viento no se presentaba propicio, pues se había virado al Norte y el lugar no era nada atrayente como para estar fondeados al ancla, decidieron de común acuerdo zarpar para San Isidro, pues el tiempo se presentaba Iluvioso y con poco viento.
Así, a las 16 hs. partieron; después de cruzar la baliza y las "micro balizas" (de alguna manera hay que denominar las cañitas), tiraron el primer borde a tierra Rv. 330" y como estaba crecido se largaron por arriba del banco del Tuyú, con 1,20ms. de profundidad, sobre el cual, pese al poco viento, arbolaba una marejada bastante molesta, que con vientos más fuertes, podría hacer peligrar una embarcación. A las 1900 hs. habiendo recorrido 8 Ms., con 13 m. de agua bajo la quilla, tiraron el otro borde a Rv.45° hasta que a las 23.30 hs. con 18 m. de profundidad, tuvieron que modificar el rumbo a 70º.
25/02/87 – 03.00 hs. Cambiaron de amura a Rv. 3259º., cuando ya llevaban 25,6Ms. recorridas. A las 09.45 hs. el viento sólo les permitió un Rv. 310o., a las 11.15 hs. Rv. 320° y a las 16.00 hs. Rv. 330o, tenían por el travez Punta Piedras, cuando el ingerido de la driza de mayor cedió, y tuvieron que arreglarla provisoriamente y rápidamente, porque por el SW, se venía una nube rnedio rara, por lo que achicaron genoa con el enrollador y con el ''rolIIng" achicaron mayor hasta el baten inferior. Unos pocos minutos de viento no demasiado fuerte, fueron el aperitivo de lo que vendría después.
A eso de las 18.00 hs. se vino, siempre del SW, un frente impresionante, de ésos que, cuando uno está en tierra, le hace pensar "Que suerte que no me agarra navegando..."
Era un paredón gris obscuro, todo revuelto, de una altura impresionante, con una banda violeta obscuro pegada contra el agua; acompañado de una intensa cohetería y rayos, a tal punto que primero colocaron el parrarayos (cable de cobre muy grueso del estay al agua) y luego redujeron mayor hasta el baten superior y enrollaron el genoa dejándolo con una superficie menor de un metro cuadrado. Corno venía desde tierra, decidieron correrlo los primeros minutos. Vino con agua a baldes, rachas de hasta 120 krn/ph, según informó luego el Guardacostas Prefecto Fiqué, que se hallaba en la zona; y lo que fue peor comenzaron a caer huevos de hielo, que si les hubiesen pegado en la cabeza, los habrían "averiado seriamente", por lo cual decidieron capear y al ver lo bien que se comportaba, ataron el timón, equilibraron las velas y se metieron en la cabina, donde para matar el tiempo, no se les ocurrió nada mejor, que preparar una abundante cena, para reparar las energías perdidas por la mojadura.
A las 21.30 hs., "Tito" se hizo cargo de la guardia afuera, a pesar de la "noche de perros", pues se veían algunas luces de barcos en la zona, y largó algo del genoa pues el viento había aminorado.

26/02/87. 00.20 hs. "Papa Golf" se despierta y toma la guardia del timón, con el "maldito" NW. como si fuese una cargada. Deciden tirar bordes entre 2 y 5 m. de profundidad, para no meterse en el camino de los barcos grandes. A pesar del poco viento, deciden no largar paño a la mayor, pues relampagueaba mucho y si el Norte se quedaba, seguramente "tendrían baile". Así fue: de 03.00 hs. a 05.00 hs. se largó otro "pampero" mientras Tito dormía plácidamente, y que "Papa Golf", tuvo que bancarse el timón solito; habiendo reducido bastante el genoa.
05.40 hs.
Se despierta Tito con las últimas rachas del "Pampero" que se va quedando, larga todo el trapo, el barco comienza a andar bien, a buen rumbo, pero al levantarse el sol, sobreviene una calma "aceitosa", por lo que pone el B.M.W. gasolerito, a 3 Ns. para ir adelantando camino.
Así suavemente con "viento de sentina" comienza a desfilar la costa, Punta Indio, Punta Atalaya, etc. A las 11.00 hs. ven los "fosforitos" de Ensenada y a las 12.30 hs. pasan frente a las torres de entrada al Puerto de Ensenada. A las17.00 frente a Quilmes se levanta un suave viento del Este, el segundo viento bien franco de todo el viaje, por lo que aprovechan a izar otra genoa, en "oreja de burro" y apagar el motor.
El obscurecer, los toma a Buenos Aires y a las 23.40 hs. arriban con toda felicidad, al Club Náutico Sarandí, dando fin a una "opción diferente" y lo que lo hizo más interesante, como no habían conseguido cartas de la zona de la Bahía de Samborombón, lo hicieron empleando una carta de la vieja y recordada "Gia Neptunia" tercera edición de 1949,que a pesar de los 38 años transcurridos, les resultó de suma utilidad.

UNA OPCION DISTINTA

Aporte de Hugo W. Barzola
Publicado en la revista A TODA VELA
Texto y Fotos: El viejito del acordeón.
Diagramación: L. M. Bukavec.

Cuando en el Club Náutico Sarandí el 'Papa Golf" (en el léxico radioperacíonal de Prefectura, 'Papa Golf" significa Prefecto General) Oscar Risso, comentó que saldría de crucero en el ''ANDARIN III', hacia San Clemente del Tuyú y escalas, los contertulios se miraron entre sí y preguntaron:
-Con el loco Tito M.?¿Por qué justamente a esa zona? ¿No es un barco muy chico?-...
Y cuando éste se retiró, arreciaron los comentarios como: -Habiendo tantos puertitos lindos en la costa uruguaya, cercanos unos de otros, a quién se le ocurre ir para esos lados... -¿Estos dos" rayados" qué pretenden? Hacer patria arrastrando el C ... por los cangrejales?
En parte tenían razón en lo de "rayados", pues si observamos sus ''curriculums" el "Papa golf" (52 años), es además de piloto de yate, piloto aviador, paracaidista, operador radiotelefónico restringido, etc. y el "Loco” Tito (67 años) piloto de yate con 61 años de navegante, muchas millas bajo la quilla y un sonado naufragio, hace muchísimos años, en la zona de Punta Médanos, con un pesquerito de 5,60m. de eslora.
Como "Dios los cría y ellos se juntan", así lo hicieron, zarpando en un 22 pies de eslora, 2,82 ms. de manga y 0,75 ms. de calado mínimo, más o menos bien preparado para navegación oceánica, a las 0040 hs. del miércoles 18/11/87.
Como el agua estaba crecida y soplaba viento E-NE a 30 Km/ph, con foque y mayor cruzaron el Canal Mitre a la altura de Olivos, para tirarse a Colonia R.O.U., donde Tito tenía que realizar una entrevista.
Dejando atrás unas 3 Ms. el Canal Mitre; equilibrando las velas, y atando el timón, no encontrando nada mejor que irse a dormir para evitarse los sobresaltos que significa navegar en la zona de Playa Honda, donde las boyas de casco a pique o están apagadas, o los cascos están corridos, de modo que lo más seguro y sano es confiar en Dios.
Los despertó la claridad del alba, mostrándoles por la amura de babor la Isla Farallón. Continuaron el mismo borde, hasta tener por el través el Puerto Franco de Colonia y tiraron el otro borde hacia el Puerto de Yachting, entrando alrededor de las 1000 hs.
A la tarde un tapicero muy amable les repasó algunas de las costuras de la chubasquera, que no estaban en muy buenas condiciones, y terminada la tramitación, que los había llevado a Colonia, volvieron despachados en Prefectura al Club donde una vez embarcados y cenados, "morfeo" los sumió en el más dulce de los sueños.
A ese respecto, debo acotar, que es notable la suavidad con que ronca "Papa Golf'' similar a la de un taladro neumático de romper pavimentos; pero corno el otro tampoco dormía con sordina, no se molestaron mutuamente.
19/11/87. A las 07.15 hs. zarparon de Colonia a Rv. 145º. y con un promedio de 3,5 Ns., viento de ceñida, continuaron hasta las 14.25 hs. en que se les negó el viento y tuvieron que modificar el Rv. a 170°.
A las 18.30 hs., cerca del Banco Magdalena, cambiaron de amura a Rv. 60º. A las 22.15 hs. tiraron el otro borde a Rv. 170º. y achicaron paño para navegar más confortablemente, pues el oleaje era bastante grande por esa zona de la "Oyarvide".
Otro borde luego hasta el Canal Punta Indio y nuevo cambio de amura.
Siendo las 23.30 hs. 'Tito se va a dorrnir para reponer energías.
20/11/87. 01.30 hs. Un sonido de agua en cascada lo despierta; prende la luz y observa medio dormido como el agua salta rebalsando las cuchetas de proa, hacia popa, a pesar de ser compartimentadas, pues están llenas. Comienza la operación "desagote”: bomba de achique y balde; se trabaja febrilmente, resbalando, golpeándose, etc. A pesar de la situación hubo momentos realmente cómicos, como cuando con balde y todo, el "Papa Golf" cayó sobre la mesa de navegación, derramando todo el contenido sobre la misma.
De ahí en más, no se preocuparon del rumbo, sino de que el barco navegase en forma tal que la proa no se hundiese, para no seguir embarcando agua. Empapados, molidos, reventados; los sorprendió el alba, habiendo achicado más de 280 litros de agua, sin saber por dónde entraba; sospechando que por el sensor de la corredera, recientemente instalada.
Para que levantara la proa, realizaron la titánica tarea de estibar todo lo de proa, a popa.
Se puso rumbo al Sur y "Papa Golf" agotado, se tiró a "apoliyar" y el sonido del “taladro neumático'' tapó el silbido del viento sobre las jarcias.
Tres horas le bastaron; y un poderoso café con leche levantó los espíritus y permitió a 'Tito apoliyar dos horas con la barriga llena.
Cuando éste se levantó y previo unos poderosos emparedados, achicaron el resto del agua que: Oh, insondable misterio ... no habla entrado más. Allí comenzaron dos clases de elucubraciones: por dónde ''m.....'' entraría, pues por la corredera no era, y dónde diablos se encontrarían, pues a partir del "gran despiporre", la planilla de estima y la carta náutica fueron dos objetos ignorados. Además tierra no habían visto desde el obscurecer.
Una precisa medición radiogoniométrica al SODRE, estación de radio recomendable por su potencia, programación y partes meteorológicos, les informó que a 50o. tenían a Montevideo; así que en las vecindades de Africa no andaban.
Entonces elaboraron un astuto plan, que ya Cristóbal Colón en 1492 habla realizado con éxito: "navegando hacia el W encontrarían tierra".
Así lo hicieron, a las 13.30 hs. El barco impulsado por el viento franco por primera vez en el viaje, desarrollaba por el agua límpida y salada, una velocidad de 4,5 Ns. Gozando de esa placentera navegación, al "Papa Golf", se le ocurrió que el problema radicaría en , la caja de cadenas, y allí metió la cabeza; sacándola asombrado, pues en la parte posterior, por no haber sido bien entelada y plastificada, penetraba perfectamente en un vértice la mano y en el otro, el puño.
Con un trapo rejilla y masilla Nódulo, se hizo la obturación provisoria, que les evitaría otra página, corno la de la noche anterior.
A eso de las 18.00 hs., visitaron tierra y se acercaron a ella, hasta encontrar un metro de profundidad.
La costa era muy baja y se veía a través de la lluvia, que al fondo circulaban numerosos autos y camiones. En el "ANDARIN III", se han reemplazado los antiguos y tradicionales flechastes sobre los obenques, por una versión más moderna, escalones de acero inoxidable remachados al mástil, pues Tito, su anciano propietario, ya no está en condiciones de trepar a pulso. Ese comodísimo sistema permitió al "Papa Golf'' subir con sus 95 Kg. hasta la Cruceta, para visualizar una entrada, en esa costa baja. Así, con 0,80 m. de profundidad, se metieron en un río, que no tenía mas de 100 metros de longitud.
Una nueva trepada a la cruceta les permitió ver a unos 300 metros más al Norte, una entrada aparentemente más importante y allí se dirigieron, entre el saltar de las "lisas", que pululaban en una forma realmente impresionante. Hay dos palitas clavadas que dejaron por estribor.
Así, ingresaron en un arroyo de costas bajas donde pululaban los cangrejos, y fondearon unos 100 metros antes de un puente carretero con intenso tránsito, desde donde muchos de los micros que pasaban, saludaban y tocaban bocina.
Una lancha con motor fuera borda, que salió con pescadores, les informó que estaban en el Río Samborombón y que 40 m. antes del puente había clavados en el fondo unos peligrosos rieles que velaban en bajamar. Como querían dar noticias de ellos a sus familiares, inflaron a pulmón un pequeño bote de goma (para una persona y media) y mientras Tito preparaba una suculenta cena, el "Papa Golf" se embarcó en él y fue a dar a una especie de playita cubierta de cangrejos.
Tanteó con el remo el suelo, que le pareció lo suficientemente firme y saltó a tierra, es decir al barro; pues inmediatamente, su humanidad, se enterró hasta el pecho antes de encontrar piso firme. Para salir de esa situación, inició una sensual danza del vientre que le permitió irse lentamente desplazando entre los cangrejos hasta salir del lodazal.
Cargó el bote y los remos, y caminó hasta el puente caminero, debajo del cual se desvistió y lavó la campera, los pantalones, camisa, etc. Eso de lavar es una forma de decir, pues por el río San Borombón circula un barro semilíquido salobre, que para lo que menos sirve es para lavar.
Una vez hecho esto, se dirigió a una confitería-bar llamado "Bahía Rica", que está a unos 300 metros del puente, cuyos dueños, gente muy gaucha y amable, le prometieron que irían a Verónica y por intermedio de un tal Bevilacqua, transmitírían sus mensajes a los familiares.
Al otro día, aprovechando el regreso de una lancha, de unos acampantes, Tito se hizo remolcar y fue a tierra para requerir los resultados de la comunicación, conseguir agua potable y un mate, pues el de ellos se había desfondado. En "Bahía Rica" le informaron de la feliz comunicación, le prestaron un mate y le dieron agua dulce, cosa muy crítica en esa región, pues la tienen que traer de lejos porque la de la zona es completamente salobre. Enterados que 3 Km. más al Sud se halla la desembocadura del Río Salado, con un destacamento de Prefectura, decidieron partir para ella, en cuanto se produjese la creciente. Hay que aclarar que en esa zona, si bien los barcos se varan, por la naturaleza del fondo que es muy fangoso, el barco no queda escorado, lo que brinda comodidad para la vida de abordo. También por esa misma razón, es muy difícil determinar la profundidad exacta ya sea con una cañita o con un escandallo; por eso lo más práctico es la sonda ecoica. A eso de las 15.30 hs. se produjo la creciente a gran velocidad, al punto tal que el sensor de la ecosonda que estaba sumergido en el barro en escasos minutos indicaba un metro de profundidad. Media hora después, con buena profundidad, zarparon para el Río Salado.
Por si alguien desea intentar una aventurita similar, debo informarle, que la navegación "por la humedad" en esa zona de bancos, no es tan difícil si se cuenta con ecosonda y si se observa bien el agua, pues cuando parece espejo, es un banco; y donde mas rizadita está la superficie, más agua hay. Así las cosas, navegaron a unos 500 ms. de la costa, paralelos a la misma, hasta ver la antena y el edificio de la Prefectura. Luego, divisaron un palo clavado en el agua y para allí rumbearon. "Papa Golf" se trepó a la cruceta para ver mejor la entrada y tornar fotografías de la misma.
Entrando, se encuentra sobre la margen derecha, una baliza luminosa que facilita el acceso nocturno. Dentro del río, que es de aguas límpidas, hay arriba de tres metros de profundidad. Fondeados al ancla, pues no existe un buen muelle para atracar, se desembarcaron en el botecito inflable con el rol y los recibió un oficial de Prefectura el Sr. Ramón Candarle, con el cual matearon y departieron amablernente. La inminencia de un "pampero'' que reventó con lluvia a los pocos minutos, los hizo regresar al barco, después de haber comprado a un viejo pescador de la zona cuatro hermosas corvinas y una lisa, que cocinadas en una cacerola-horno con perejil, orégano, vino y limón fueron a parar como cena a sus abultadas “bodegas".
Llegó así la hora del descanso.

Continuará ...