DONDE ESTA?

LA GUAPEADA DE LOS POZOS

Güenos Ayres, 20 de junio de 1826

Año 17 de la Libertad

Querido hijo:

¡Lástima que haigas tenido que dirte pal Pergamino! De no, hubieras visto algo grande. ¡La que ti has perdío, muchacho!

El sábado 10 último yegué a Güenos Ayres. Me apié en lo de Fonchos y, mientras comía un bocao, vide al gentío arremolinarse en la Plaza. Pagué, y me acerqué a curiosiar.

Risultaba, asigún me dijeron, que los Imperiales habían aparecido con tuítos sus barcos frente al Puerto, con órdenes de reducir a cenizas a nuestra Escuadra, que el viejo Brown había guarecido en el fondeadero de Los Pozos, frente a la Recoleta.

Junto al Juerte hervía la concurrencia dándole gusto al pico. Unos dotores opinaban que no había nada que hacer, que el enemigo tomaría Güenos Ayres, porque el tonelaje, los cañones, el desplazamiento y qué sé yo cuántas cosas más. Yo metí baza diciendo que -a lo mejor- el Almirante correría a los Verdes como corrió a los godos en el catorce . Pero los dotores me hicieron callar diciéndome qué podría saber de cosas de mar un gaucho inorante como yo. Me alejé mohino. Cierto: yo no sabía nada de desplazamiento ni de tonelaje, pero me ricordaba del coraje de Brown en Montevideo y Martín García.

Como habían de llegar el alba y la creciente para poderse peliar, yo me metí en el Café de Marcos a cenar y esperar que aclarara.

Por fín amaneció el domingo, lindazo pero frío. Dispués de abrigarme con dos giñebras, me juí pal lao de San Francisco a pedir a un fraile amigo que me dejara subir al campanario. Me dejó el hombre y allí quedé con él y tres señores que dendenantes aguaitaban el Río. ¡Había que ver las azoteas, los miradores y las torres, repletos de curiosos! Allá lejos, la playa era un hormiguero.

No había pasao una hora cuando los Imperiales izaron velas y empezaron a desfilar hacia el Poniente. ¡Era de verlos! Un principal rubio que estaba al lao mío – medio gringo el hombre y muy estruído en cosas de marina- decía que eran nada menos que una fragata, cuatro corbetas, cinco bergantines, once goletas, un patacho y nueve cañoneras. ¡Treinta y un barcos! No sé qué es una fragata ni qué ventaja le saca un bergantín, pero yo veía que aquello era tuita una ciudá de buques grandotes, llenos de cañones que mostraban los dientes a nuestra Escuadra, ¡pobrecita ella! : la "Veinticinco", una barca, dos bergantines, siete cañoneras y... nada más. Yo me hacía cruces: " ¡En ésta sí que te quiero ver! ". Noté que el curita, muy pálido, rezaba entre dientes.

Sonaron las doce en las campanas, que casi me dejan sordo. Dispués... el silencio. Denguno hablaba, pero tuitos mirábamos el Río. Ya los enemigos llegaban a Los Pozos. El Almirante los esperaba anclao, haciendo la pata ancha. ¡ Amalaya los Verdes!

Era la una y media pasada cuando el señor rubio de mi lao, con su antiojo alcanzó a ver lo que decían unas banderitas que habían izao en la "Veinticinco": "FUEGO RASANTE QUE EL PUEBLO NOS CONTEMPLA". "¡Lindo viejo -me dije- que antes que rendirse nos quiere dar tiatro!". Y de repente... ¡Cataplún! Nuestros barquitos empezaron a los cañonazos. ¡Hubieras oido, m’hijo, qué batuque y qué humadera ! Los Imperiales respondieron al juego y aquello ya jué un infierno. No se véia nada. Tuito era humo y jogonazos. El horizonte del Río parecía noche con rejucilos y truenos.

El señor gringo maldecía su antiojo, yo deshilachaba mi poncho de puro nervioso y el fraile rezaba cada vez más juerte. Poco a poco, el rubio se jué callando y sólo se oían los cañonazos y la voz del padre.

¡Qué momentos! Vos sabís que siempre he sido poco rezador, pero nos empezó a dentrar no sé qué...La cuestión jué que, mientras en Los Pozos seguían los chumbos, los del campanario nos juimos descubriendo y, cuando menos lo pensábamos, estábamos arrodillados y rezando... "Hacé, Virgencita güena y gaucha de Luján que no dentren en Tu Ciudá los enemigos. No dejés que redoten a la Patria...".

De pronto calló el juego. Yo tirité. Tuitos nos paramos de golpe. ¿Qué habría pasao? "Ya hundieron al Viejo", me dije. Pero aquella humadera de porra no dejaba ver nada.

Esperamos un rato más. En una de ésas, uno de los señores gritó: " ¡Ahí se ven barcos! ¡Es el enemigo que se viene!"

Sí: allá se véian varios buques que empezaban a moverse. ¡Dios nos asista! ¿Sería posible que nos madrugaran los Imperiales? En la plaza los paisanos y señores pedían armas frente al Juerte. El mujererío disparaba. Yo me persiné y, sin querer, manotié el facón.

"¡ Viva la Patria !" –gritó de pronto el curita con tal juerza que tuvimos que agarrarlo de la sotana pa que no se viniera del campanario abajo. " ¡Viva la Patria, canejo!" - volvió a gritar -. ¡Son los barcos nuestros, caracho!".

Cierto era. Disipao un poco el humo se véia nuestra bandera al tope de aquellos buques. Los contamos. No faltaba ni uno.

Nojotros, como los de la Plaza, las azoteas y las torres, dentramos a pegar gritos como locos. También, ¡no era pa menos! ¡Almirante lindo! ¡Y eso que el Gobierno le había ordenado embicar o incendiar sus barcos! ¡Diande! ¡Ahí estaba! ¡Viva la Patria!.

¿Y los Imperiales? Se iban. Se iban, al parecer, pa atacar las cañoneras del criollo Rosales que llegaba al galope de Martín García pa dar una mano al Almirante.

¿Vos sabís lo que es una cañonera? No ti vayás a cráir que es un barco grandote. No. Es una lancha morrudita, con un cañon o dos. Nada más. Güeno. Ti explico ésto pa que ti agarrés y no ti caigás por lo que voy a contarte.

Cuando el enemigo se iba, las siete cañoneras de Brown salieron a todo correr atrás de él. ¡Y ahí jué lo lindo! Aquellos barcos grandotes de los enemigos, perseguidos por nuestros cuzquitos, aguantaron un rato sus mordiscos y dispués... dispararon. Sí. Has léido bien. ¡Los treinta y un barcos imperiales dis-pa-ra-ron y las cañoneras de Brown se perdieron en el horizonte yendoselés al humo y mordiendolés los garrones!

Ya no aguantamos más. Bajamos de la torre tan rápido que casi nos rompimos la crisma. Corriendo cruzamos la Plaza y llegamos al Río. La gente allí se abrazaba, bailaba, gritaba, ¡Qué se yo! Ña Pancha, la mazamorrera del Temple, regalaba a manotadas sus confituras entre el gentío. A mí me abrazó una niña paqueta gritando: "¡Viva la Patria, paisano!". Un militar pegaba saltos como poséido. Los dotores decían discursos que tuitos aplaudíamos pero que nadie óia. Y muchos, como pa llegar a la Escuadra, se metían en el agua sin importarselés un ardite del frío de la oración.

Pasadas las cinco aquel loquero de tuita clase pelo y color, se abalanzó al muelle. Era que alguien había gritao: "¡Ahí viene!".

En una falúa venía el Almirante, serio como siempre, y aura tiznao y con su uniforme cargao de entorchaos y la medalla de Montevideo al pecho. Con él venían Espora, comandante de la "Veinticinco" y el griego Jorge, dos que –dispués supimos- se habían jugao como liones en el combate.

El bote atracó y ahí jué la cosa. Tuitos, como a la orden, corrimos y sacamos a los marinos en andas. El Viejo pedía calma y vivaba a la Patria. Espora –me pareció- yoraba y Jorge sonreía abatatao. Nojotros... ¡pa qué te voy a decir!... Los dotores pegaban gritos de "¡Viva el héroe del Mar!" " ¡Vivan los salvadores de la Patria!" y no sé cuántas cosas más. La banda tocaba el Himno.Y yo, paisano rudo que no comprendiendo de decir cosas lindas, me las pelaba gritando tuitas las palabrotas que me prohibía mi mamá, que Dios la tenga en Su gloria...

Así, a los empujones, los llevamos. Unas niñas de lo principal coronaron a Brown con flores. Él se sacó la corona y pegó un grito de " ¡Viva la Patria!" que me heló el tuétano porque me pareció que lo pegaba la Patria mesma. Dispués dentraron en el Juerte, ande los esperaba don Bernardino.

Esa noche Güenos Ayres ardió en fiestas. Yo -es la primera vez que me pasa- creo que me emborraché. También, ¡no era pa menos!

Te abraza tu tata

PONCIANO BERMUDEZ.

Texto de Argüero, Luis Eduardo; Cielo al Tope, Historias Marineras.


UNA OPCION DISTINTA II

Aporte de Hugo W. Barzola
Publicado en la revista A TODA VELA
Texto y Fotos: El viejito del acordeón.

Diagramación: L. M_ Bukavec.

UNA OPCION DISTINTA

Segunda parte del apasionante relato que cornenzara a entregarnos el mes pasado el viejito del acordeón, realmente una opción distinta.


22/02/87 Antes del amanecer, se levantaron, pues la pleamar era alrededor de las 06.20 hs; con las primeras luces zarparon hacia la Ría de Ajó con viento SE, para no variar, bien de trompa. El primer borde lo tiraron bien al Este, hasta perder de vista la costa y los demás, entre los 5 y 14 metros de profundidad.
A eso de las 18.00 hs. avistaron el Faro San Antonio y parte de la costa Sur de la Bahía de Samborombón.
Al anochecer, vieron en el cielo el pequeño resplandor de General Lavalle y para localizar la baliza de entrada, navegaron sobre la marcación de 75º. al Faro San Antonio, hasta visualizar la baliza, pero por la escasez de agua, se vararon unos 500 metros antes de llegar a ella, por lo que, siendo las 23.30 hs. fondearon al ancla y ... a sus respectivas conejeras ...

23/02/87 Se despertaron al alba y como crecía la marea, decidieron entrar, tomando como enfilación la baliza por popa. Ello les permitió, entrar sin dificultades en la ría, justito cuando se comenzaba a disipar la cerrazón que la cubría, lo que les permitió seguir avanzando velozmente, pues crecía con fuerza.

El río es bonito, profundo, con costas bajas donde pulo lan los cangrejos y vuelan
infinidad de flamencos, cuervos, garzas, (muchas de las cuales son rosadas), etc.
A las 07.00 hs., teniendo a la vista el campanario de la Iglesia de General Lavalle,
decidieron fondear, para tener privacidad y poder higienizarse y desayunar. Así lo hicieron, pero cuando intentaron izar el ancla, no lo consiguieron, pese a varias técnicas que emplearon para lograrlo. La sonda marcaba 5,50 metros de profundidad y la corredera, 2 nudos de velocidad de la correntada; realmente, no eran las condiciones ideales para intentar el rescate del ancla, pero Tito, a quien por algo lo llaman el "loco", atándose un cabo con un nudo corredizo a la muñeca, intentó agarrándose de la cadena, tres veces infructuosamente, por el dolor de oídos; pero en la cuarta pudo llegar al ancla, colocar el nudo corredizo a una uña y tantear que estaba entre piedras, pero se le acabó el aire, por lo que tuvo que ascender rápidamente, sin tomarse del cabo o de la cadena, con lo que la correntada, hizo que emergiera, lejos del barco.
En el interín, como demoraba mucho en salir, "Papa Golf" aprestó el salvavidas y un cabo, que cuando "Tito" apareció, se lo arrojó, con tan mala suerte, que el otro extremo se le escapó. "Tito" nadando con salvavidas y cabo, se dirigió a la costa, pensando ir caminando por ella, hasta más arriba del lugar donde estaba el "ANDARIN III" para neutralizar la correntada, pero cuando se acercó a ella, la presencia de miles de cangrejos, lo disuadió, y sólo atinó a remontar muy lentamente, por donde hacía pie, en 1,20 m. de profundidad.
Mientras tanto, "Papa Golf" corrió al V.H.F. a pedir auxilio, con tanta suerte, que dos pescadores, lo escucharon y salieron remando velozmente en una chalana, para auxiliar a "Tito". Cuando éste se trepó, notó que estaba cortajeado en las manos y pies, rodillas, etc., y hasta el short, corno si hubiese mantenido un duelo con ho¬jas de afeitar, seguramente ello fue debido a los "dientes de perro" (caracolillos muy filosos) adheridos a las piedras.
Llegados a bordo los pescadores García y Gonzalez (dos nombres difíciles de retener), sumaron sus esfuerzos para recobrar el ancla, tirando de la cadena y los dos tripulantes, halando del cabo con un molinete del "genoa". Así, consiguieron bajar la proa unos 40 centímetros, y se dio moto a fondo. Al segundo intento, el barco avanzó unos 5 metros, con respecto a la costa; al comunicárselo, uno de los pescadores, propuso ir para la costa, en el nuevo intento, en busca de menor profundidad para poder trabajar mejor. Al hacerlo así, la proa pegó un salto hacia arriba, señal evidente que el ancla se había liberado y la izaron sin dificultad.

Por si alguno va a esa zona, le informo, que el río no tiene piedras y que donde se enganchó el ancla fue en los escombros de un mueIle derrumbado, que se visualiza tácilmente sobre la margen izquierda, al remontar.
Muy contentos y agradecidos por el accionar de los pescadores, continuaron hasta el puerto de General LavaIle, donde se amarraron frente a la Prefectura.

Olvidé explicar, que "Papa Golf", una vez que se comunicó por V.H.F. con los pescadores, se puso a inflar a pulmón desesperadamente el bote neumático, consiguiendo hacerlo en tiempo récord.

El pueblo de General LavaIle, es una de esas ciudades típicas del interior, donde la vida, parece transcurrir sin prisa. Las ovejas pastando tranquilamente en las veredas, los pollos y los patos caminando confiadamente por las mismas y la poca gente que circula por ellas, haciéndolo sin apuro.
La Municipalidad, muy pintadita, con reminiscencias de la Casa de Tucumán.
El Museo instalado en una antiquísima casa, es uno de los atractivos que se presentan al turista. La iglesia, muy arregladita data de 1892. Existe un ahumadero y saladero de pescado y puede según creo, comprarse pescado bien fresco, directamente en las lanchas pescadoras. Unos pocos servicios de microómnibus, la conectan con San Clemente del Tuyú, distante aproximadamente unos 30 km. y así lo hicieron los dos aventureros, para conseguir masilla y rollo de película que se le habían terminado.

24/02/87 Al otro día, en medio de lluvias interminables, zarparon a eso de las 09.30 hs., rumbo al último puerto a tocar, el de San Clemente del Tuyú. Rv. 25° hasta en¬contrar algo de agua a unos 3 rns. de la costa y luego, con un ojo en la ecosonda, a Rv. 90º. en dirección al Faro San Antonio.
A media milla de la baliza de entrada, se quedaron sin agua, siendo las 13.00 hs. A la espera de la creciente, fondearon ancla y almorzaron.
A eso de las 15.00 hs., comenzó la creciente y al rato levaron ancla e inten¬taron llegar a la baliza, pero no encontraron agua por ningún lado, por lo que decidieron salir para el Norte, en busca de aguas mas profundas. En eso intervino "el de allá arriba" y apareció una
lancha pescadora que regresaba de una excursión de pesca, con turistas; a la cual siguieron en la estela, descubriendo unas varillitas casi invisibles, entre las que había que pasar, para acercarse a la baliza.
Así penetraron en la ría de San Clemente y llegaron hasta la "Tapera de Lopez", que es un club náutico que tiene una darsenita y un embarcadero, pero con casi nada de agua en bajamar.
Averiguaron con el capitán del pesquero la ruta al puerto, pero éste, con muy buen criterio, les aconsejó no intentarlo, por las dificultades que ello representaba. Este está después de "Mundo Marino", hermoso espectáculo, que debe enorgullecernos a los argentinos.
Lamentablemente el puerto queda casi seco, corno podrán apreciarlo en la fotografía, a tal punto, que un catamarán para turistas, queda varado.

A mi modesto entender, en caso de temporal del sudeste, que puede durar tres o cuatro días, lo mas aconsejable, si el calado lo permite, es fondearse en la Ría de Ajó, mucho más sencilla de entrar, aunque sea de noche pues se ven las luces del puerto; más reparada, sin problemas de profundidad dentro, con un puerto en el mismo pueblo, lo que favorece el avituallamiento y hasta con la ventaja de teléfono a pocos pasos del barco.
Como ambos tenían que estar en la Capital el viernes siguiente a más tardar; el viento no se presentaba propicio, pues se había virado al Norte y el lugar no era nada atrayente como para estar fondeados al ancla, decidieron de común acuerdo zarpar para San Isidro, pues el tiempo se presentaba Iluvioso y con poco viento.
Así, a las 16 hs. partieron; después de cruzar la baliza y las "micro balizas" (de alguna manera hay que denominar las cañitas), tiraron el primer borde a tierra Rv. 330" y como estaba crecido se largaron por arriba del banco del Tuyú, con 1,20ms. de profundidad, sobre el cual, pese al poco viento, arbolaba una marejada bastante molesta, que con vientos más fuertes, podría hacer peligrar una embarcación. A las 1900 hs. habiendo recorrido 8 Ms., con 13 m. de agua bajo la quilla, tiraron el otro borde a Rv.45° hasta que a las 23.30 hs. con 18 m. de profundidad, tuvieron que modificar el rumbo a 70º.
25/02/87 – 03.00 hs. Cambiaron de amura a Rv. 3259º., cuando ya llevaban 25,6Ms. recorridas. A las 09.45 hs. el viento sólo les permitió un Rv. 310o., a las 11.15 hs. Rv. 320° y a las 16.00 hs. Rv. 330o, tenían por el travez Punta Piedras, cuando el ingerido de la driza de mayor cedió, y tuvieron que arreglarla provisoriamente y rápidamente, porque por el SW, se venía una nube rnedio rara, por lo que achicaron genoa con el enrollador y con el ''rolIIng" achicaron mayor hasta el baten inferior. Unos pocos minutos de viento no demasiado fuerte, fueron el aperitivo de lo que vendría después.
A eso de las 18.00 hs. se vino, siempre del SW, un frente impresionante, de ésos que, cuando uno está en tierra, le hace pensar "Que suerte que no me agarra navegando..."
Era un paredón gris obscuro, todo revuelto, de una altura impresionante, con una banda violeta obscuro pegada contra el agua; acompañado de una intensa cohetería y rayos, a tal punto que primero colocaron el parrarayos (cable de cobre muy grueso del estay al agua) y luego redujeron mayor hasta el baten superior y enrollaron el genoa dejándolo con una superficie menor de un metro cuadrado. Corno venía desde tierra, decidieron correrlo los primeros minutos. Vino con agua a baldes, rachas de hasta 120 krn/ph, según informó luego el Guardacostas Prefecto Fiqué, que se hallaba en la zona; y lo que fue peor comenzaron a caer huevos de hielo, que si les hubiesen pegado en la cabeza, los habrían "averiado seriamente", por lo cual decidieron capear y al ver lo bien que se comportaba, ataron el timón, equilibraron las velas y se metieron en la cabina, donde para matar el tiempo, no se les ocurrió nada mejor, que preparar una abundante cena, para reparar las energías perdidas por la mojadura.
A las 21.30 hs., "Tito" se hizo cargo de la guardia afuera, a pesar de la "noche de perros", pues se veían algunas luces de barcos en la zona, y largó algo del genoa pues el viento había aminorado.

26/02/87. 00.20 hs. "Papa Golf" se despierta y toma la guardia del timón, con el "maldito" NW. como si fuese una cargada. Deciden tirar bordes entre 2 y 5 m. de profundidad, para no meterse en el camino de los barcos grandes. A pesar del poco viento, deciden no largar paño a la mayor, pues relampagueaba mucho y si el Norte se quedaba, seguramente "tendrían baile". Así fue: de 03.00 hs. a 05.00 hs. se largó otro "pampero" mientras Tito dormía plácidamente, y que "Papa Golf", tuvo que bancarse el timón solito; habiendo reducido bastante el genoa.
05.40 hs.
Se despierta Tito con las últimas rachas del "Pampero" que se va quedando, larga todo el trapo, el barco comienza a andar bien, a buen rumbo, pero al levantarse el sol, sobreviene una calma "aceitosa", por lo que pone el B.M.W. gasolerito, a 3 Ns. para ir adelantando camino.
Así suavemente con "viento de sentina" comienza a desfilar la costa, Punta Indio, Punta Atalaya, etc. A las 11.00 hs. ven los "fosforitos" de Ensenada y a las 12.30 hs. pasan frente a las torres de entrada al Puerto de Ensenada. A las17.00 frente a Quilmes se levanta un suave viento del Este, el segundo viento bien franco de todo el viaje, por lo que aprovechan a izar otra genoa, en "oreja de burro" y apagar el motor.
El obscurecer, los toma a Buenos Aires y a las 23.40 hs. arriban con toda felicidad, al Club Náutico Sarandí, dando fin a una "opción diferente" y lo que lo hizo más interesante, como no habían conseguido cartas de la zona de la Bahía de Samborombón, lo hicieron empleando una carta de la vieja y recordada "Gia Neptunia" tercera edición de 1949,que a pesar de los 38 años transcurridos, les resultó de suma utilidad.

UNA OPCION DISTINTA

Aporte de Hugo W. Barzola
Publicado en la revista A TODA VELA
Texto y Fotos: El viejito del acordeón.
Diagramación: L. M. Bukavec.

Cuando en el Club Náutico Sarandí el 'Papa Golf" (en el léxico radioperacíonal de Prefectura, 'Papa Golf" significa Prefecto General) Oscar Risso, comentó que saldría de crucero en el ''ANDARIN III', hacia San Clemente del Tuyú y escalas, los contertulios se miraron entre sí y preguntaron:
-Con el loco Tito M.?¿Por qué justamente a esa zona? ¿No es un barco muy chico?-...
Y cuando éste se retiró, arreciaron los comentarios como: -Habiendo tantos puertitos lindos en la costa uruguaya, cercanos unos de otros, a quién se le ocurre ir para esos lados... -¿Estos dos" rayados" qué pretenden? Hacer patria arrastrando el C ... por los cangrejales?
En parte tenían razón en lo de "rayados", pues si observamos sus ''curriculums" el "Papa golf" (52 años), es además de piloto de yate, piloto aviador, paracaidista, operador radiotelefónico restringido, etc. y el "Loco” Tito (67 años) piloto de yate con 61 años de navegante, muchas millas bajo la quilla y un sonado naufragio, hace muchísimos años, en la zona de Punta Médanos, con un pesquerito de 5,60m. de eslora.
Como "Dios los cría y ellos se juntan", así lo hicieron, zarpando en un 22 pies de eslora, 2,82 ms. de manga y 0,75 ms. de calado mínimo, más o menos bien preparado para navegación oceánica, a las 0040 hs. del miércoles 18/11/87.
Como el agua estaba crecida y soplaba viento E-NE a 30 Km/ph, con foque y mayor cruzaron el Canal Mitre a la altura de Olivos, para tirarse a Colonia R.O.U., donde Tito tenía que realizar una entrevista.
Dejando atrás unas 3 Ms. el Canal Mitre; equilibrando las velas, y atando el timón, no encontrando nada mejor que irse a dormir para evitarse los sobresaltos que significa navegar en la zona de Playa Honda, donde las boyas de casco a pique o están apagadas, o los cascos están corridos, de modo que lo más seguro y sano es confiar en Dios.
Los despertó la claridad del alba, mostrándoles por la amura de babor la Isla Farallón. Continuaron el mismo borde, hasta tener por el través el Puerto Franco de Colonia y tiraron el otro borde hacia el Puerto de Yachting, entrando alrededor de las 1000 hs.
A la tarde un tapicero muy amable les repasó algunas de las costuras de la chubasquera, que no estaban en muy buenas condiciones, y terminada la tramitación, que los había llevado a Colonia, volvieron despachados en Prefectura al Club donde una vez embarcados y cenados, "morfeo" los sumió en el más dulce de los sueños.
A ese respecto, debo acotar, que es notable la suavidad con que ronca "Papa Golf'' similar a la de un taladro neumático de romper pavimentos; pero corno el otro tampoco dormía con sordina, no se molestaron mutuamente.
19/11/87. A las 07.15 hs. zarparon de Colonia a Rv. 145º. y con un promedio de 3,5 Ns., viento de ceñida, continuaron hasta las 14.25 hs. en que se les negó el viento y tuvieron que modificar el Rv. a 170°.
A las 18.30 hs., cerca del Banco Magdalena, cambiaron de amura a Rv. 60º. A las 22.15 hs. tiraron el otro borde a Rv. 170º. y achicaron paño para navegar más confortablemente, pues el oleaje era bastante grande por esa zona de la "Oyarvide".
Otro borde luego hasta el Canal Punta Indio y nuevo cambio de amura.
Siendo las 23.30 hs. 'Tito se va a dorrnir para reponer energías.
20/11/87. 01.30 hs. Un sonido de agua en cascada lo despierta; prende la luz y observa medio dormido como el agua salta rebalsando las cuchetas de proa, hacia popa, a pesar de ser compartimentadas, pues están llenas. Comienza la operación "desagote”: bomba de achique y balde; se trabaja febrilmente, resbalando, golpeándose, etc. A pesar de la situación hubo momentos realmente cómicos, como cuando con balde y todo, el "Papa Golf" cayó sobre la mesa de navegación, derramando todo el contenido sobre la misma.
De ahí en más, no se preocuparon del rumbo, sino de que el barco navegase en forma tal que la proa no se hundiese, para no seguir embarcando agua. Empapados, molidos, reventados; los sorprendió el alba, habiendo achicado más de 280 litros de agua, sin saber por dónde entraba; sospechando que por el sensor de la corredera, recientemente instalada.
Para que levantara la proa, realizaron la titánica tarea de estibar todo lo de proa, a popa.
Se puso rumbo al Sur y "Papa Golf" agotado, se tiró a "apoliyar" y el sonido del “taladro neumático'' tapó el silbido del viento sobre las jarcias.
Tres horas le bastaron; y un poderoso café con leche levantó los espíritus y permitió a 'Tito apoliyar dos horas con la barriga llena.
Cuando éste se levantó y previo unos poderosos emparedados, achicaron el resto del agua que: Oh, insondable misterio ... no habla entrado más. Allí comenzaron dos clases de elucubraciones: por dónde ''m.....'' entraría, pues por la corredera no era, y dónde diablos se encontrarían, pues a partir del "gran despiporre", la planilla de estima y la carta náutica fueron dos objetos ignorados. Además tierra no habían visto desde el obscurecer.
Una precisa medición radiogoniométrica al SODRE, estación de radio recomendable por su potencia, programación y partes meteorológicos, les informó que a 50o. tenían a Montevideo; así que en las vecindades de Africa no andaban.
Entonces elaboraron un astuto plan, que ya Cristóbal Colón en 1492 habla realizado con éxito: "navegando hacia el W encontrarían tierra".
Así lo hicieron, a las 13.30 hs. El barco impulsado por el viento franco por primera vez en el viaje, desarrollaba por el agua límpida y salada, una velocidad de 4,5 Ns. Gozando de esa placentera navegación, al "Papa Golf", se le ocurrió que el problema radicaría en , la caja de cadenas, y allí metió la cabeza; sacándola asombrado, pues en la parte posterior, por no haber sido bien entelada y plastificada, penetraba perfectamente en un vértice la mano y en el otro, el puño.
Con un trapo rejilla y masilla Nódulo, se hizo la obturación provisoria, que les evitaría otra página, corno la de la noche anterior.
A eso de las 18.00 hs., visitaron tierra y se acercaron a ella, hasta encontrar un metro de profundidad.
La costa era muy baja y se veía a través de la lluvia, que al fondo circulaban numerosos autos y camiones. En el "ANDARIN III", se han reemplazado los antiguos y tradicionales flechastes sobre los obenques, por una versión más moderna, escalones de acero inoxidable remachados al mástil, pues Tito, su anciano propietario, ya no está en condiciones de trepar a pulso. Ese comodísimo sistema permitió al "Papa Golf'' subir con sus 95 Kg. hasta la Cruceta, para visualizar una entrada, en esa costa baja. Así, con 0,80 m. de profundidad, se metieron en un río, que no tenía mas de 100 metros de longitud.
Una nueva trepada a la cruceta les permitió ver a unos 300 metros más al Norte, una entrada aparentemente más importante y allí se dirigieron, entre el saltar de las "lisas", que pululaban en una forma realmente impresionante. Hay dos palitas clavadas que dejaron por estribor.
Así, ingresaron en un arroyo de costas bajas donde pululaban los cangrejos, y fondearon unos 100 metros antes de un puente carretero con intenso tránsito, desde donde muchos de los micros que pasaban, saludaban y tocaban bocina.
Una lancha con motor fuera borda, que salió con pescadores, les informó que estaban en el Río Samborombón y que 40 m. antes del puente había clavados en el fondo unos peligrosos rieles que velaban en bajamar. Como querían dar noticias de ellos a sus familiares, inflaron a pulmón un pequeño bote de goma (para una persona y media) y mientras Tito preparaba una suculenta cena, el "Papa Golf" se embarcó en él y fue a dar a una especie de playita cubierta de cangrejos.
Tanteó con el remo el suelo, que le pareció lo suficientemente firme y saltó a tierra, es decir al barro; pues inmediatamente, su humanidad, se enterró hasta el pecho antes de encontrar piso firme. Para salir de esa situación, inició una sensual danza del vientre que le permitió irse lentamente desplazando entre los cangrejos hasta salir del lodazal.
Cargó el bote y los remos, y caminó hasta el puente caminero, debajo del cual se desvistió y lavó la campera, los pantalones, camisa, etc. Eso de lavar es una forma de decir, pues por el río San Borombón circula un barro semilíquido salobre, que para lo que menos sirve es para lavar.
Una vez hecho esto, se dirigió a una confitería-bar llamado "Bahía Rica", que está a unos 300 metros del puente, cuyos dueños, gente muy gaucha y amable, le prometieron que irían a Verónica y por intermedio de un tal Bevilacqua, transmitírían sus mensajes a los familiares.
Al otro día, aprovechando el regreso de una lancha, de unos acampantes, Tito se hizo remolcar y fue a tierra para requerir los resultados de la comunicación, conseguir agua potable y un mate, pues el de ellos se había desfondado. En "Bahía Rica" le informaron de la feliz comunicación, le prestaron un mate y le dieron agua dulce, cosa muy crítica en esa región, pues la tienen que traer de lejos porque la de la zona es completamente salobre. Enterados que 3 Km. más al Sud se halla la desembocadura del Río Salado, con un destacamento de Prefectura, decidieron partir para ella, en cuanto se produjese la creciente. Hay que aclarar que en esa zona, si bien los barcos se varan, por la naturaleza del fondo que es muy fangoso, el barco no queda escorado, lo que brinda comodidad para la vida de abordo. También por esa misma razón, es muy difícil determinar la profundidad exacta ya sea con una cañita o con un escandallo; por eso lo más práctico es la sonda ecoica. A eso de las 15.30 hs. se produjo la creciente a gran velocidad, al punto tal que el sensor de la ecosonda que estaba sumergido en el barro en escasos minutos indicaba un metro de profundidad. Media hora después, con buena profundidad, zarparon para el Río Salado.
Por si alguien desea intentar una aventurita similar, debo informarle, que la navegación "por la humedad" en esa zona de bancos, no es tan difícil si se cuenta con ecosonda y si se observa bien el agua, pues cuando parece espejo, es un banco; y donde mas rizadita está la superficie, más agua hay. Así las cosas, navegaron a unos 500 ms. de la costa, paralelos a la misma, hasta ver la antena y el edificio de la Prefectura. Luego, divisaron un palo clavado en el agua y para allí rumbearon. "Papa Golf" se trepó a la cruceta para ver mejor la entrada y tornar fotografías de la misma.
Entrando, se encuentra sobre la margen derecha, una baliza luminosa que facilita el acceso nocturno. Dentro del río, que es de aguas límpidas, hay arriba de tres metros de profundidad. Fondeados al ancla, pues no existe un buen muelle para atracar, se desembarcaron en el botecito inflable con el rol y los recibió un oficial de Prefectura el Sr. Ramón Candarle, con el cual matearon y departieron amablernente. La inminencia de un "pampero'' que reventó con lluvia a los pocos minutos, los hizo regresar al barco, después de haber comprado a un viejo pescador de la zona cuatro hermosas corvinas y una lisa, que cocinadas en una cacerola-horno con perejil, orégano, vino y limón fueron a parar como cena a sus abultadas “bodegas".
Llegó así la hora del descanso.

Continuará ...

EL CLUB NAUTICO

Recalando con Héctor Campos
De opiniones radicales y argumentos apasionados, Héctor “el Gallego” Campos es ya una tradición en la náutica rioplatense. Un currículum que acumula títulos y campeonatos define a este navegante multifacético que abarca desde el atleta olímpico de los años ’70 hasta el Comodoro del Club Náutico Quilmes de comienzo de este milenio. El infaltable coro de efusivos “Eh, Campitos!” que se escuchan desde todos los cópits al paso de su nave da cuenta del respeto y el cariño que su estilo definido y frontal ha sabido cosechar.


La Recalada: Qué es un club náutico?
Héctor Campos: Es un lugar que agrupa gente con el mismo gusto, el mismo estilo de vida y unidos por un deporte común que es el yachting en sus distintas formas, de competición o de crucero.
LR: Qué prioridades debe tener un club náutico?
HC: Lo prioritario no es lo material sino el fin, para qué queremos un club náutico, y en base a ese fin se procuran los recursos materiales y humanos para lograrlo. Todo tiene que estar dirigido a lograr ese fin.
Para cumplir con el fin de este deporte se necesita gente idónea. Gente mayor que aporte experiencia con el empuje de la gente joven, como dirigentes en los puestos más altos y también en las distintas comisiones y subcomisiones.
La prioridad es fomentar sobre todas las cosas el yachting en los más chicos, el semillero. Porque si no hay semillero, yo estoy navegando en un club, tengo 64 años, dejo de navegar en 10 años y llega un momento que todos terminamos de navegar y se acaba el club como institución náutica y terminamos todos jugando a la baraja. Hay que formar chicos que continúen la actividad y que luego ocupen los puestos directivos. Para mantener y engrandecer el club, y seguramente las futuras generaciones lo harán cada vez mejor, porque así como todas las cosas de la vida evolucionan, el yachting también, y sin duda los chicos serán los precursores de esa evolución, los que sabrán llevarla adelante y concretarla. Fundamentalmente, es mi total y rotunda opinión en cualquier actividad deportiva, ver chicos es ver vida. En nuestro deporte con toda razón.
Sin dejar de lado el yachting de crucero, mi prioridad sería también fomentar el yachting competitivo. Por un lado es mi gusto, porque me gusta correr regatas. Pero también el hecho de fomentar las regatas lleva a tener mejores instalaciones por necesidad. Mejor varadero, mejor servicio de pluma, mejores elementos para apuntalar los barcos en el varadero, infraestructura para sacar los palos, palera, mínimo taller para poder hacer reparaciones en los barcos. Y seguramente en un club que tenga bastantes socios con actividad competitiva, a través de sus comentarios vamos a poder mejorar las maniobras de todos los barcos aunque sean de crucero. Hay una transmisión directa, personal de las formas de optimizar el barco que son siempre más eficaces que un catálogo. A través de las competencias, sobre todo si las organiza nuestro club, se realizan grandes eventos sociales que reúnen personas que hablan el mismo idioma.
LR: Que diferencia hay entre un club y una marina.
HC: Cuando yo empecé a navegar no habían marinas, yo estoy contaminado de club náutico, y así será mi respuesta. Una marina generalmente no tiene vida social, no suelen tener infraestructura náutica. Creo que tienen como ventaja que son entidades neutras, sin actividad política y por lo tanto, sin los avatares de dicha actividad. Pero yo en lo personal me siento más respaldado en un club náutico. En la marina soy un número. En el club habría una solidaridad implícita. En un club el socio pertenece y el club le pertenece al socio. Uno puede participar en la formación del club, tener opinión y tratar de lograr el club que uno quiere. En la marina, uno simplemente paga un servicio y lo utiliza. Uno en un club ayuda a formar el movimiento de ese club, su infraestructura. Uno al club puede representarlo competitivamente. Los clubes tienen escuelas y por lo tanto tienen embarcaciones que los socios pueden utilizar. Hay muchas diferencias, pero creo que es fundamental que el club tiene como ya dije un fin náutico, de fomento de la actividad en todas sus formas, mientras que la marina tiene un fin lucrativo a través de la prestación de un servicio náutico exclusivamente.
LR: Qué esperás de los dirigentes de un club náutico?
HC: Que sean honestos, que tengan capacidad para el puesto que van a ocupar en esa comisión directiva y tiempo para dedicarle a la función.
LR: Qué es lo que suele fallar en los dirigentes de los clubes?
HC: Generalmente cuando una CD comienza su período todos empiezan con gran entusiasmo. Pero con el tiempo, algunos lo van perdiendo. Entonces, aquellos que le dedican tiempo y pasión y sacrificio y tienen condiciones naturales, son reconocidos por los demás, la gente los resalta. Esas personas generalmente empiezan a molestarle a los demás miembros que no hacen nada, o que tienen menos protagonismo, especialmente a los inoperantes que se la pasan criticando. Se suele decir que el que verdaderamente trabaja en una CD le produce sombra a los demás. Otra cosa que falla suele ser el abuso de poder. También suele suceder que los dirigentes del club que deben dar ejemplo y velar porque se cumplan los estatutos son los primeros que no lo cumplen. Pasan por encima de ellos y los dejan de lado con tal de lograr sus fines, aunque sea un buen fin, pero esto no debería existir.
LR: Cómo definís a ese dirigente que trabaja para el club?
HC: El dirigente que trabaja para el club es aquel que propone ideas, que las consensúa con sus pares, que colabora en la concreción de los proyectos. En general, la persona que sólo quiere figurar es la que habla mucho y hace poco, la que está siempre criticando, está siempre apareciendo en los eventos para que lo vean, pero colabora poco o nada en la concreción de esos eventos. Está también el que se corta solo, que no respeta las decisiones tomadas en CD, que desautoriza a los demás, que hace prevalecer su opinión frente a las decisiones de la CD. Tanto este como el que no trabaja son nocivos para un club.
LR: Cuál es la función del Comodoro en un club?
HC: Hay clubes en los que la autoridad máxima es el presidente, y el comodoro es un puesto dentro de la CD. Hay otros en que la autoridad máxima es el Comodoro. En cualquier caso el Comodoro tiene por supuesto las funciones que establece el reglamento del club. Pero sin perjuicio del reglamento, la función del Comodoro es velar porque todas las actividades náuticas sean realizadas de la mejor forma posible dentro del club, impulsar y fomentar el yachting dentro de esa institución, implementando los medios necesarios para ello. Dirigir a las personas a su cargo dentro de la institución. Hacer y mantener los contactos con instituciones oficiales y particulares de la náutica, especialmente, Prefectura y demás clubes náuticos. Propiciar que toda la actividad siempre se rija por los reglamentos internos del club, los reglamentos de regata y demás normas que correspondan, que toda la actividad esté avalada por la normativa aplicable. Es fundamental que el Comodoro cumpla a rajatable con la ley. Fomentar los cursos de náutica para niños y adultos. Procurar que el club tenga las embarcaciones y elementos en perfecto estado de mantenimiento para esos cursos, que el personal de instrucción sea idóneo tanto en lo teórico como en lo práctico. Fomentar que se practique dentro de la institución la actividad deportiva competitiva, las regatas. Fomentar por sobre todas las cosas las clases olímpicas, internacionales y nacionales, en ese orden, si estuviera dentro de las posibilidades del club. Eso significa que si el club tiene barcos de clase olímpica hará regatas internas de esos barcos, pero también va a fomentar que los socios del club vayan a correr a otros clubes o participen en campeonatos de esas clases.
LR: Cómo hace el Comodoro para llevar adelante todas estas tareas que describiste?
HC: Primero, no quedándose solo en su cargo. Y segundo, creando una Comoduría o una comisión o subcomisión de náutica poderosa, integrada por toda gente que navega, gente que corre regatas y gente de distintas edades dado que ingresando gente muy joven vamos a estar formando los futuros dirigentes del club. Según mi opinión, para que un Comodoro sea eficiente y pueda realizar su compromiso, tiene que formar subcomisiones dentro del área náutica. Subcomisión de varadero por ejemplo. Una que generalmente los clubes chicos no le dan importancia pero yo considero fundamental es una buena subcomisión de relaciones. A través de ella entre las tantas cosas que un club puede obtener son sponsors y perfecta relación con las demás instituciones. Subcomisión de protestas. Subcomisión de mantenimiento de los barcos de la institución. Subcomisión encargada de las escuelas de náutica. Y todas las que hagan falta para que el club funcione bien.
LR: Cuáles son los incentivos para que una persona ocupe un puesto directivo?
HC: Primero es que tiene sentimientos, quiere a su club, tiene la bandera de su club. Luego, si hay cosas que no le gustan en el club o que cree que se pueden mejorar, ese es otro incentivo para que quiera comprometerse a trabajar para lograr mejoras o cambios. Hay clubes que todavía se están haciendo y se están haciendo a pulmón a medida que los recursos materiales le permiten ir creciendo. Hay dirigentes que se sienten con la capacidad de llevar a cabo determinada obra necesaria en el crecimiento del club: dragado, escollera, poner una pluma mejor, lo que sea. Y eso los motiva. Otros dirigentes pueden tener incentivos espurios, pero de eso mejor no hablemos.
LR: Siendo Comodoro del CNQ, cómo armaste tu equipo?
HC: Básicamente convocándolos. Convoqué a mis amigos más capaces, todos honestos, para ocupar los cargos de subcomisión, contando con que tuvieran tiempo para dedicarse. Se reunió un grupo de gente que trabajó mucho y promovió muchas actividades. Esto fue creando un círculo virtuoso que daba cada vez más ganas de seguir haciendo cosas. Se veían los resultados, los buenos resultados, había gran apoyo de la CD, y esto generó una estropada benéfica. Por qué busqué amigos, justamente porque busqué gente que compartiera mi visión sobre el club, que más allá de las diferencias de opinión en muchas cosas, compartiéramos la imagen de club que deseábamos tener, lo que queríamos del club. Había mucha gente joven llena de ganas de trabajar por el club. Estaban muy motivados y formamos un equipo que trabajó mucho, que logró mucho y que tuvo gran satisfacción. De ese grupo, muchos de los jóvenes que fueron miembros de subcomisiones pasaron a formar parte de la CD de los períodos siguientes. Surgieron muchos dirigentes como Pablo Maseira, Juan Knight, Agustín Belocchio, Silvina Otado, Norberto Davicino.
LR: Qué papel juegan las relaciones públicas dentro de un club?
HC: Fundamental. Con buenas campañas publicitarias se suelen atraer socios, pero para mí la manera más eficaz de atraer nuevos socios es mostrar el club tal cual es, lograr que la gente se acerque a conocerlo. Organizar regatas en las que participe gente que no es del club, y que terminen en el club con grandes fiestas, donde los regatistas puedan conocer el club, su gente, sus marineros, sus amarras, sus instalaciones, su buena onda, eso siempre deja nuevos socios entusiastas del club. Estas regatas organizadas con esta finalidad forman parte de las relaciones públicas de un club, además de ser parte de la actividad deportiva. Es muy importante también un buen manejo de relaciones públicas con las autoridades, municipios, policía, y prefectura por supuesto. Fomentar las buenas relaciones con las autoridades, tener presencia ante las mismas. Nunca hay que olvidar el consejo del viejo Vizcacha: “Hacete amigo del juez ...”. No es con una intención ventajera, sino para contar con las instituciones oficiales para seguridad y respaldo del club. Y en cuanto a la prefectura ... bueno, hablamos el mismo idioma, el del agua, el de las naves. Es fundamental tener una relación activa con Prefectura. Y luego están los demás clubes. Para mí es muy importante la buena relación con los clubes fundamentalmente por una cuestión de respeto recíproco. Por ejemplo, en la formación del fixture de regatas, la buena relación entre clubes es imprescindible para logarlo. Es importante la solidaridad entre clubes en lugar de la competencia. Las situaciones de reciprocidad entre clubes en cortesía y apoyo de los socios que están en otro club y más aún, en otras costas. Todo lo que el club pueda hacer para estar bien relacionado es un beneficio para sus socios. Las instituciones más de una vez se prestan ayuda facilitando embarcaciones de apoyo en regatas, o facilitándose dragas, o haciendo convenios para el uso de instalaciones.
LR: Cómo se atraen socios?
HC: Si el club necesita una mayor masa societaria, tengo que atraer gente. Cómo lo hago? Tengo que vender el mejor producto: que el club esté elegante, confortable, que tenga todas las instalaciones necesarias y en buen funcionamiento, que desarrolle todas las actividades que hacen a un club, que se vea una CD fomentando un club próspero, con actividad deportiva y con actividades sociales afines al deporte. Generando situaciones o actividades que permitan mostrar el club, como lo que ya comenté de las regatas. Y es fundamental mostrar un club que no esté dividido, que la gente no esté peleada. Que pueda haber diversidad de ideas y opiniones pero que haya mancomunión de intereses. Que haya buena onda. Esto se percibe y atrae gente.
LR: Cómo se incentiva a los socios a participar activamente en el club?
HC: Es parte de lo que comentamos en el punto anterior. Y la otra parte es prender la mechita. Organizar actividades donde la gente se pueda divertir. Regatas sencillas y divertidas con un buen tercer tiempo, que a la gente le dé ganas de participar, de compartir. Invitando a los socios a actividades sociales, un gran asado por ejemplo, para que la gente se conozca y comparta buenos momentos. Hay muchas maneras. Sólo hay que implementarlas.
LR: Qué resaltarías y qué criticarías hoy de la generalidad de los clubes náuticos?
HC: Resalto o critico de los dirigentes de turno, no de los clubes. Para mí un club tiene que tener vida. Qué es vida: regatas, cruceros, escuelas, barcos que suben y bajan en las plumas, barcos en los varaderos, CD que apoyen ese movimiento de gente y de barcos en todas sus formas. Pienso que hay muchos clubes con poca vida en el sentido que le doy al término. Algunos por desidiosos, otros por dirigentes malintencionados que quieren trabajar poco y limitan la actividad del club, y otros que tienen poca vida por su propia idiosincrasia, que funcionan tal vez como suertes de guarderías pero con poca actividad institucional, que no fomentan el deporte, la actividad familiar, el semillero. Eso lo critico. Como contrapartida, hay otros que explotan de vida náutica, que fomentan las escuelas, la náutica infantil y juvenil, que mejoran las instalaciones, que trabajan, que promueven la actividad familiar de distintas formas. Eso lo resalto. Y otra cosa que resalto de muchos clubes náuticos hoy día es que se reúnen para realizar convocatorias multitudinarias de barcos de todos tipos en campeonatos que resultan verdaderas fiestas náuticas, eso me llena de emoción. También resalto que hoy día hay clubes que están posibilitando y fomentando la participación de argentinos en competencias internacionales de altísimo nivel, y con excelentes resultados. Esas actitudes de los clubes son un gran impulso para este deporte y yo los aplaudo calurosamente.
LR: Cuándo creés que un dirigente puede considerarse satisfecho de su gestión?
HC: Yo creo que el dirigente que logra que los socios se sientan orgullosos de representar al club y de lucir su escudo en el pecho y su gallardete en el stay puede estar satisfecho de su gestión.

Finalmente, Campitos responderá el CUN
(Cuestionario Universal Náutico de La Recalada)

LR: Cómo fue tu "primera vez"?
HC: Mi viejo tenía un motorsailer en el que salíamos a navegar desde siempre, pero me llevaban, no considero esa experiencia mi primera vez. Este barco tenía un chinchorrito de madera al cual yo le hice una velita cuadra con una sábana blanca vieja, que la insertaba en la bancada de proa y timoneando con un remo desde el espejo, navegaba escasos 50 mt. desde la entrada del club hasta el puente. Bajaba la velita y remaba nuevamente hasta la salida del canal, para volver a vela hacia adentro, siempre que los vientos me lo permitieran por supuesto. Esa fue mi primera experiencia navegando solo, por mi cuenta. Tendría entonces unos 8 años y esa es la que siento como mi primera vez. Tiempo después, a medida que fui creciendo, fui logrando colarme como tripulante en alguna regata de la clase Quilmes. Y más adelante también tripulaba barcos de la clase Snipe, flota que en su momento fue la más grande de Sudamérica.
LR: Te mareás cuando navegás?
HC: Sólo cuando bebo mucho... No, jamás.
LR: Sentís miedo cuando navegás?
HC: Sí, alguna vez he sentido miedo. Por qué negarlo.
LR: Sos capaz de relajarte cuando el barco está a cargo de otra persona?
HC: No siempre. Depende de quién quede a cargo del barco. Pero actualmente, como elijo mucho con quién navego, la respuesta sería que sí.
LR: Cómo elegís la compañía para navegar?
HC: Si es una navegación larga, busco que sea buena persona, que sepa compartir en un espacio reducido, que sepa navegar, que hayan pasado algunas millas bajo sus pies. Si es una navegación corta, específicamente una regata corta, es distinto, priorizo el conocimiento, la experiencia, pero fundamentalmente que le guste lo que estamos haciendo.
LR: Qué consejo le querés dar a los nautas que te están leyendo?
HC: Que naveguen, que naveguen y que naveguen. Sin miedo pero con respeto. Abriendo los oídos a los que saben.
LR: Qué deseo tenés para los nautas que hoy navegan nuestro Río?
HC: Que naveguen muchas singladuras cada vez con más devoción, siempre con seguridad, y que sigan arrimando gente a este deporte.

UN INTERESANTE PUERTO


Aporte de Hugo W. Barzola

SAN CLEMENTE DEL TUYU

Un interesante puerto de escala en la propia desembocadura del Río de la Plata

Por Carlos Saguier Fonrouge

Publicado en Revista Timoneles

Con una rica actividad histórica, donde hasta los corsarios, y especialmente los nuestros, lo eligieron como obligada escala durante la Guerra con el Imperio del Brasil San Clemente del Tuyú con su Club Náutico en la Tapera de López constituye una interesante escala para recalar en los viajes hacia el sur.

La Liga Naval Argentina organizó los primeros cruceros y regatas a este estratégico lugar hace muchos, pero muchos años.

Luego el recordado y querido navegante Julio Comercio, con su motovelero "CHIGUI" del Club Universitario Buenos Aires. recaló en estas aguas alrededor de 1980/81 y dictó las primeras clases teórico-prácticas a bordo.

Años mas tarde fue Martín Pachiani. oriundo de General Madariaga, quien siendo muy joven y con su flamante "Pamperito" navegaba por la zona hasta la Ría de Ajó, recalando también en el Puerto de Gral. Lavalle.

Por fin, con el empuje de Tony López„ Roberto Cela, y el decidido apoyo de los navegantes locales, la navegación deportiva se organizó en forma definitiva y comenzaron las regatas y el dictado de cursos de navegación ya en forma más regular.
Actualmente, el Club Náutico posee un fondeadero para embarcaciones de hasta 1,30 de calado y una rampa para lanchas, botes y embarcaciones de orza.
El Destacamento de la Prefectura Naval Argentina de General Lavalle, es la autoridad con jurisdicción en la zona y a través de su costera Lima Cinco Charlie controla el movimiento de las embarcaciones.


A bordo del MENAI
En su segundo viaje del corriente y nuevo milenio a Mar del Plata, con escalas en La Plata y San Clemente, las correspondientes tripulaciones pudieron practicar los métodos de la navegación costera marítima al tiempo que recibían su bautismo de Mar. Sandra Naccarato, Daniel Bosoglanian, Jorge Agüero. Mark Welford y el subscripto, conformaba el equipo en el viaje de ida.
La zarpada prevista inicialmente para el Sábado 8 de Julio debió ser retrasada varios días en razón de una sudestada apreciable; pero luego la navegación se desarrolló sin inconvenientes hasta apenas unas treinta millas del Puerto de Mar del Plata, cuando el viento borneó al sudoeste al tiempo que incrementó su intensidad, acompañado de unos chubascos abundantes.
Alrededor de las nueve de la mañana del Sábado 15 entrábamos a puerto, dando bordes a las ráfagas muy fuertes. Los vientos casi huracanados, una lluvia casi agua-nieve y el frío intenso se radicaron en esta importante ciudad balnearia por varios días, dando por resultado una semana invernal particularmente muy dura.
Al mejorar las condiciones climáticas se realizaron algunas salidas diurnas costeras como práctica, en las que participaron Rodolfo Braña, Emilio Peverelli y Omar Arza.
La zarpada de regreso se realizó a las 19 horas del Sábado 22 de Julio, con Esteban Bellomo, Juan Carlos Batista, Carlos Ayesa, Manuel Pérez Collazo, Omar Arza y el subscripto.
Por radio nos enteramos que nuevamente las ballenas estuvieron presentes en Mar del Plata y alrededores, pero esta vez no pudimos divisarlas desde el velero, como ocurrió en viajes anteriores. Los vientos del oeste nos permitieron una navegación placentera y rápida. y es así que al atardecer del día siguiente fondeábamos a escasos metros de la Punta Rasa, en espera de la marca favorable para entrar a la Tapera de López.
El fondeadero utilizado por el "Menai" resulta interesante porque es de muy fácil acceso tanto viniendo de Mar del Plata, como desde Buenos Aires, ofrece un buen reparo a la marejada del primer, segundo y tercer cuadrante, en una profundidad de tres metros al cero local; y sólo está relativamente expuesto a la marejada del cuarto cuadrante, ya que cuando sopla de ese sector este fondeadero se hace tan incómodo como lo es el Puerto de Colonia del Sacramento cuando sopla del Norte.

Alrededor de las 23 horas de ese mismo día levamos anclas y comenzamos una lenta pero decidida entrada a la Tapera, ayudados por el ahora más confiable GPS y ecosonda.

La marea entrante nos permitía encontrar con tranquilidad la mayor profundidad de la canaleta y a la luz de la luna podía observar como la tripulación en pleno se esforzaba en mantener escorado al velero, que con sus 1,65 metros de calado necesitaba de esta maniobra para facilitar su entrada a la Tapera.

Apenas pasada la medianoche fondeábamos ahora frente mismo al muelle del club. Y ni bien promedió la mañana desembarcamos y de común acuerdo efectuamos un relevamiento terrestre por la Punta Rasa con el GPS en mano, dándole una mejor utilización ahora por su mayor exactitud; y al caer el sol visitamos el centro del Balneario de San Clemente del Tuyú.

Al día siguiente, el comedor del Club se convirtió en sala de estudio, y construyendo un canevás volcamos en él todos los datos recopilados en varios viajes anteriores y pudimos compararlos con los nuevos.

El Sr. Jorge, encargado del club, nos facilitó una fotografía aérea de la zona de pocos años atrás, y todo ello contribuyó a que el equipo de navegantes en pleno se abocara a la tarea y horas después pudiera obtener el croquis aproximado que acompaña la presente nota.
Evidentemente la Punta Rasa se ha extendido hacia el Nor-Noroeste aproximadamente unas dos décimas de milla (cables), por lo que cabe actualizar los datos de la carta H- f 59. También quedó ubicado el fondeadero del "Menai" donde casi podíamos embicar en la costa.
La recalada en San Clemente llegó a su fin, y casi a la puesta de sol zarpamos impulsados por un viento firme del sudoeste pero que ya se hallaba bajando en su intensidad.
Durante la navegación nocturna por la Bahía de Samborombón y ya casi en una calma total, todos los tripulantes se despidieron de las noctilucas que dejaban una larga y brillante estela por la popa del "Menai". agitadas por el "viento de sentina".

El amarillento corazón del escorpión, Antares, se encontraba casi culminando cuando a bordo se desarrollaba la identificación de los principales astros, en una bóveda celeste impresionante. apenas obstruida por la claridad de la Luna.
Al día siguiente y alrededor de las 15 horas nos encontrábamos ya a través de Punta Atalaya; pero el motor se plantó, y a pesar de una inspección detallada en la que se recorrió toda la cañería de alimentación, con la limpieza de filtros y correspondiente purga, no hubo caso.

Pero Eolo se apiadó de nosotros y comenzó a impulsarnos con vientos suaves pero firmes del Sudeste, con los que alcanzamos unos cuatro nudos.

Ya de noche cerrada entrábamos entre las escolleras del Puerto de la Plata por el través y a unos cinco nudos.
El viento nos permitió maniobrar sin inconvenientes para amarrarnos a la marina del Club de Regatas.
Algunos días después el Menai completaba su crucero entrando en Puerto Madero, a vela, ya que lo del motor fue una avería para una larga terapia mecánica en la que actualmente se encuentra.


Datos para la recalada en San Clemente del Tuyú y Tapera de López
En la recalada diurna como nocturna el Faro Cabo San Antonio se distingue muy bien, pero no obstante ello es recomendable observar permanentemente la ecosonda.

Las corrientes de marea pueden llegar a tirar alrededor de cuatro nudos entre los bancos de San Agustín y Tuyú.
Los vientos moderados del sudoeste determinan una cre¬ciente extraordinaria en el arroyo de San Clemente del Tuyú.
El fondo en general resulta un buen tenedero para el fondeo, pero es conveniente utilizar el de respeto y filar el cabo y cadena correspondiente hasta por lo menos siete veces la profundidad del lugar elegido.

Listado de WP para GPS:
Latitud Longitud (1) B-CABO 36° 14'000 56°44’300 (2) B-AGUS 36° 16'300 56°45’500 (3) Recalada 36° 16’900 56°47'900 (4) Boya (existía una boya que ya no está) 36° 17'200 56°47'900 (5) Poste con marca Roja 36° 17’852 56°47’503 (6) Tres ramas entreveradas con marca Roja 36° 18'156 56°47'308 (7) Poste con marca Rojo 36° 18429 56°47'123 (8) 147 Baliza Luminosa Roja 36° 18'912 56°46’811 (9) TAPERA 36° 19'344 56°46'510
Para efectuar una recalada segura conviene dirigirse primero al WP B-Cabo 1): luego se navegará hacia el WP BAGUS (2) aproximadamente en la enfilación formada por el Faro y la Baliza. Si el río se encontrara en bajante es probable que la corriente tire fuerte hacia el Este, entonces y en ese caso conviene prolongar un poco la navegación hasta la isobara de tres metros del veril del Banco San Agustín. Luego se navegará en procura del WP Recalada (3); una vez allí se pondrá rumbo al WP Boya (4). Desde allí conviene confirmar la altura de la marca en Tapera por VHF canal 71, o en todo caso por canal 16 con Lima Cinco Charlie ( L5C ).
Si hubiese que esperar se puede optar por fondear próximo a la Punta Rasa (consultar croquis), ya que está al reparo de tres cuadrantes y se encontrará tres metros de agua al cero.
Al proseguir en la recalada los postes se dejarán por estribor, apenas a una eslora, en forma sucesiva:(5), (6) y (7). Este último poste (7), posee una luz Roja a destellos, y luego de dejarlo también por estribor conviene hacer proa directamente hacia el extremo del muelle del Club Náutico, o aún mejor dirigirse hacia las construcciones con sus edificios blancos, siempre controlando la profundidad por la ecosonda.
Una vez recorridos unos cuatro cables se caerá a estribor rumbo a la cabecera del muelle del Club, dejándole unas tres esloras de respeto.
(9) Tapera, es el WP de fondeo en proximidades del muelle referido.
Las embarcaciones de un calado hasta 1,30 pueden optar por entrar al pequeño pero abrigado fondeadero del Club Náutico solicitando instrucciones al señor Jorge por Canal 71.