DONDE ESTA?

ITHURBIDE


EL RINCON DE HUGO W.
del inagotable archivo de Hugo W. Barzola





ITHURBIDE

PARA CONSTRUCTORES AFICIONADOS







VICTORY 34

EL RINCON DE HUGO W.

del inagotable archivo de Hugo W. Barzola




VICTORY 34




PUERTOS Y BARCAS: Francisco Travieso


ARTE NAUTICO
En 2004 la UCA realizó una exposición de arte relacionado con los puertos y las barcas, exhibiendo obras de grandes pintores.
Gracias al aporte de Yudina, encontramos esta perla que presentamos en entregas. Esperamos que la disfruten!

Publicado por la Pontificia Universidad Católica Argentina
Pabellón de las Bellas Artes
Auspicia Secretaría de Cultura - Presidencia de la Nación








Composición con barcos, 2001 Los hombres del río, 2001 El hombre del lago Leman
Témpera, 41 x 16 cm Témpera, 41 x 16 cm Témpera, 41 x 16 cm


Francisco Travieso. Nació en Buenos Aires en 1942. Precozmente iniciado en el dibujo y la pintura, en 1955 participa en el Salón Nacional de Estudiantes. Se gradúa de abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1973 viaja a Europa recorriendo España e Italia. La pintura ocupa todo su tiempo. Se detiene en las ciudades de la Provenza. Establece su taller en Av. Rivadavia 2009, esquina Ayacucho junto con Páez, uniéndose luego con José Ferrari. En 1982 expone en el Instituto Iberoamericano de Cultura ICI, Madrid. Viaja a Madrid, recorre España. En 1983 el Estado Nacional edita un sello postal reproduciendo su obra “El Congreso iluminado”. En 1986 expone en Galería Palatina, Buenos Aires. Su estrecha vinculación con dicha Galería continuará con las exposiciones que realiza en 1988, 1990, 1992, 1994, 1996, 1998, 2000 y 2002. En 1987 viaja a España. Recorre Galicia. En 1990 se instala en su actual estudio de la calle Juncal. Desde 1994 viaja todos los años a Ginebra, donde reside su hija mayor.

PENSAMIENTOS TIPICOS DE UN DOMINGO SIN BARCO

Por Gustavo Agra

Siempre insisto en que soy de origen crucerista, me gustan las navegaciones largas que obligan a vivir abordo mientras se avanza hacia el puerto de destino y brindar por el éxito del arribo a puerto pero con esa sensación extraña que se siente al finalizar un buen juego.

Corro regatas porque me gusta sacarle el máximo provecho posible al barco y disfruto sobremanera el aceitado trabajo en equipo de la tripulación que cuando crucereo trato de aplicar para lograr una mejor y más segura navegación.

Cada vez que subo a un barco que no conozco (últimamente nuevos barcos de amigos ya que hace años no navego con gente nueva) me dedico a recorrer la maniobra, reconozco la posición del equipo y compruebo que las cosas funcionen correctamente y si no lo hacen aprendo las mañas necesarias, en fin...me pongo la camiseta de tripulante, me hago parte de la cosa.

Cuando cae el sol la costubre es siempre la misma en todos los barcos que navego: El que sale de la cabina debe tener el arnés puesto. No importa el estado del tiempo, el gancho debe estar puesto.

Ponele que estamos navegando en una noche cálida, el cielo está despejado y sin luna, el viento sopla suave por el través y el barco fila poco más de cuatro nudos, la tripulación ronca descaradamente en las cuchetas y en el cockpit estamos nosotros dos, ambos sabemos que un litrito per cápita de cerveza helada no nos hace nada apenas nos mejora el humor, el trapo no necesita trimado y el automático lleva el barco a rumbo, entre anécdotas, comentarios varios y algunos cigarrillos nos chupamos dos tubos de Quilmes........el efecto del alcohol ayudado por la fresca de la madrugada me hacen pensar en un cafecito cargado para aguantar la guardia y caliente para ahuyentar el frío que se avecina antes del amanecer.

- Che culeao, por qué no te haces un cafecito (frotando las manos como claro gesto de fresquete exagerado)

- Sí che, se hace necesario (el culeao se manda lentamente a la camareta)

Todos sabemos que entre la cerveza y el pis hay sólo 15 minutos de diferencia, entonces me levanto (el culo me pesa un poquito más a causa de la alegría generada por la cerveza y un estomago vacío) me acerco al balcón, me peleo con mi pantalón de agua, el polar, el cinturón y la bragueta del jean que siempre se traba, de golpe una leve, pero muy leve escorada causada por el culeao que se estiró a babor tratando de llegar al frasco de galletas que estaba detrás de la cocina hizo que pierda el equilibrio haciendo que me deslice lentamente al agua, medio de cabeza con los pantalones hasta las rodillas, y las manos en el lugar equivocado.

Al ratito, no más de dos minutos el culeao sale con dos tazas de café y unas cuantas galletas en la mano, ahí se da cuenta que el ruido que escuchó era mi caída.

Me encontraron dos meses después en una playa desierta al Este de Jesus María, cerca de las barrancas de San Gregorio, me reconocieron por mis tatuajes, el del brazo Derecho dice "Buenas" y el izquierdo dice "Malas"

Versión 2 de la misma historieta.

Todo igual hasta la salida del culeao de la cabina.

El culeao mira el cockpit vacío y se asusta, asoma la cabeza para ver la cubierta y se le va el efecto de la cerveza con la velocidad del rayo, pero antes de alertar al resto de la tripulación alcanza a escuchar un extraño sonido gutural que venía desde la popa, mira nuevamente y alcanza a ver mis dos patas que asomaban por arriba del balcón aún con los pantalones hasta las rodillas, corrió los tres metros, me agarró de las patas y tiró lo que las carcajadas le permitían, el espectáculo era bochornoso, los pelos mojados, el pitilín al aire casi estrangulado por el arnés que me sostenía desde la cornamusa de popa, el fuera de borda vomitado de cerveza y algunos restos de Club Social Pizza hacían que la situación sea una verdadera porquería.

Luego de mucho esfuerzo el culeao logró ponerme de vuelta en el cockpit, entre carcajadas y algunas quejas del resto de la tripulación que ignoraba lo sucedido pudimos tomar el café con galletas.

Dicen que es malo beber cuando se navega, yo digo que beber es generador de buenas anécdotas....lo malo es no usar arnés.


EL CRUCE DEL FORO



Por Martín Pachiani



Rumbo a la Estrella Polar
Al fin llego el gran día!, nos levantamos temprano y completamos la carga de combustible agregando varios bidones extra previendo que tendríamos calma los primeros días de navegación. Dejamos la Simpson Lagoon con el puente de  las 9:00 hs y de esta manera mi querida St Maarten quedaba en la estela cargada de viejos recuerdos. El cruce de atlántico había sido planificado con años de anticipación y como la consigna era hacerlo principalmente a vela estábamos de acuerdo en realizar la ruta  mas larga, alcanzando la latitud de Bermudas en busca de los westerlies (vientos del oeste) de modo de viajar con vientos portantes hacia Europa. Esta es la ruta habitual aunque muchos prefieren hacer el viaje directo atravesando el anticiclón de la Azores con sus largos días de calma en la tristemente conocida horse latitud, llamada así porque en los viajes de antaño cuando los veleros quedaban encalmados y comenzaba a escasear el agua los primeros en ser sacrificados eran los caballos que los colonizadores traían en los barcos.
Como anticipaba el pronostico el mar se fue transformando en una pileta y nuestro avance era a fuerza de maquina, con el consentimiento de Poli, propietario y Capitán del Foro establecí dos guardias de 4 horas cada una con una dog watch de 2 horas, en la primera Poli con Raúl y en la segunda Luis y yo. Este sistema con dos guardias cortas permite rotar los horarios evitando la rutina generando una disciplina mas justa donde los tripulantes cubrimos todos los horarios.


 


  


En la tarde pasamos la Isla Sombrero aunque no logramos verla y solo nos espera ver mar a nuestro alrededor por varios días, tenemos problemas con el BLU ya que no recibimos ninguna estación, lo cual no es alentador. La noche llego temprano iluminada por una gran luna que se refleja en el mar calmo, mientras tanto Poli se debate en la cocina preparando un lomo de cerdo con verduras a la cacerola y para celebrar nuestra zarpada brindamos con un buen vino.
La mañana continua en calma y el mate acompaña la charla con Luis, mi compañero de guardia. Para el mediodía completamos nuestra primera singladura con 160 millas a motor y no hay señales de la menor brisa en el mar como un espejo, aprovecho el sol radiante del mediodía para bajarlo con el sextante y obtener la meridiana a modo de práctica. Nos visitaron unos delfines y la tarde deja paso a la noche con la luna llena rielando sobre el mar. Luis cocino esa noche y nos sorprendió con una abundante paella, que dura la vida del marino!!.


 


 


En nuestro tercer día en el mar ya nos fastidia  la calma condenándonos a seguir oyendo el motor, paso las horas estudiando el manual de BLU y Eureka!! descubro que hay un cable mal conectado y el equipo quedo funcionando. A la tarde se levanta una brisa del noroeste y establecemos una ceñida a toda vela que nos aparta de la ruta pero es mejor que aguantar el motor. A las 19:00 de nuestros relojes nos comunicamos con la rueda de los navegantes que conduce Alejandro y recibimos el pronóstico con viento del este para la siguiente jornada, es motivo para festejar mientras el Foro con su piloto automático navega a toda vela con rumbo a la Estrella Polar. En la madrugada de nuestra cuarta singladura el AIS detecta un buque a 20 millas y lo marca con todos sus datos de navegación en el display del Chart Plotter, este sistema de identificación es sencillamente fantástico y permite conocer el riesgo de colisión con otros buques con mucho tiempo de antelación, su costo es cada vez mas bajo y como resultado mas embarcaciones de placer lo tienen a bordo.  La rutina ya estaba establecida y definitivamente este seria un crucero de alto valor gastronómico, el desayuno llega cada mañana con tostados de jamón y queso, cereales, café con leche y en algunas oportunidades huevos fritos. Para las once de la mañana se preparaba el trago del día con la picadita antes del almuerzo, los mas requeridos son Negroni, Gin Tonic, Cuba Libre, Destornillador  o simplemente cerveza. Poli me  preparaba los tragos algo mas livianos porque no soy muy aguantador para el alcohol. La comida fuerte era a la noche y allí competían con abundantes delicias los tres chef de abordo, Poli, Raúl y Luis. Otra de mis rutinas seria la navegación astronómica la que realizaba diariamente a modo de práctica.





 




El viento se franqueo y establecimos el asimétrico, el sol calienta la tarde y aprovechamos para asearnos con el duchador en la popa del barco, el watermaker produce agua a diario y podemos darnos el lujo de usar toda la que necesitamos. Por la tarde el viento rota al este y abundantes nubes producen chubascos aislados muy visibles en el radar que esperamos reduciendo el paño. A la tarde volvemos a escuchar a Alejandro y nos anticipa viento rotando al sudeste lo que nos favorece. Nuestro ritmo sigue parejo y mientras la corredera nos muestra otras 165 millas al mediodía comienza el movimiento en la cocina para preparar pollo al wok. A la tarde el viento refresca y reducimos las velas, el Foro navega velozmente en el mar tendido y al caer la noche nos reunimos en la dinette para ver Dr. West en la TV de última generación que tiene el barco. En esta película actúa Terrence Hill y es la primera vez que veo una caw boys “sin tiros”. La noche es agradable y vivimos con ansiedad la jornada por la proximidad a Bermudas, hay una vía de agua por la cubierta de babor que esta haciendo estragos en las estibas del sector. El viento va en aumento con rachas de 40 nudos que nos acercan velozmente a nuestro destino y diminutos peces voladores despegan del mar arbolado. Cumpliendo con los requisitos legales me comunico con Bermudas Radio para avisar de nuestra situación y el protocolo continuo con un largo cuestionario de rutina con todo tipo de preguntas sobre la embarcación, tripulantes, elementos de seguridad, etc. Cuando vimos claramente la protegida entrada ingresamos por allí a la bahía de St. George, ya era de noche y con la esperanza de hacer los tramites portuarios al día siguiente enarbolamos la bandera amarilla y comenzamos a buscar un buen lugar para dejar caer el ancla, sin embargo fuimos disuadidos por el operador de radio que en su amable ingles nos ordeno que nos dirigiéramos directamente al muelle de Customs and Imnigration a realizar nuestra entrada. Cumplidas las formalidades del caso debimos dejar el muelle para pasar el resto de la noche anclados al borneo.


 

 


La ruta del viento
Con nuestra llegada a puerto vino el mal tiempo y el fuerte aguacero fue bienvenido para sacar la sal de la cubierta. Allí embarcaron Pablo y Tony que llegaron en avión desde Argentina para completar la tripulación. Conseguimos una muy buena amarra en el Bermuda Yachting Service y aprovechamos nuestra estadía  para hacer turismo. Alquilamos motos y recorrimos las calles de la isla visitando parques, playas, cavernas, museos y los dos faros de la isla. También recorrimos Hamilton, la ciudad capital que lucia tranquila el domingo, aprovechamos para visitar el Bermudas Yacht Club, una institución emblemática del yachting mundial donde el barman nos preparo el Darcknes’n Storm, trago típico del lugar elaborado con ginger bear y ron negro. Conocimos a Roberta, delegada de ADAN que vive Bermudas y nos ayudo enormemente al momento de reaprovisionar el Foro para el largo viaje que nos esperaba.
Dejamos St Georges navegando en ceñida con viento del este, cayendo gradualmente al norte, vemos algunas long tiled tropicbird, aves típicas de la zona y sobre la superficie del mar las fragatas portuguesas navegan con el viento con su vela color purpura. Si bien el GPS nos lleva navegando por círculo máximo he dividido las 1800 millas que nos separan de Azores en 10 waypoints para poder manejar un mejor ploteo de nuestra derrota. El viento alcanza fuerza 6 y no nos preocupa seguir cayendo respecto del rumbo ideal, ya habrá tiempo para recuperarlo y sin apretar mucho las escotas el Foro pulveriza las olas a 8 nudos. La rutina de guardias es muy descansada ya que siendo seis tripulantes que cubrimos los turnos de a dos nos toca una guardia cada ocho horas y como el sistema es rotativo cada tres días dormimos toda la noche de corrido. La cena sigue siendo el plato fuerte, ayer fue de pasta con camarones y hoy sale de peceto a la cacerola con verduras. Cada día esperamos conectarnos con la Rueda Argentina y esta vez Alejandro nos anticipa viento rotando al sur. Con el transcurso de las horas mejora nuestro rumbo aunque seguimos ciñendo, se acercan unos pequeños delfines que desaparecen rápidamente y el mar se vuelve estéril una vez mas, me sorprende no ver vida marina, ni siquiera aves que son tan abundantes y variadas en el Atlántico Sur, llevamos un señuelo de remoque día y noche pero parece que tampoco hay peces. Por suerte la despensa esta a pleno y los cocineros continúan luciéndose con sus platos. Es nuestro tercer día de navegación y nuestras singladuras oscilan las 170 millas en cada mediodía, hoy se rompió el arraigo del vang que reparamos provisoriamente con un cabo. Un movimiento inusual en la mecha del timón y una vía de agua preocupan a Poli y nos ponemos manos a la obra desalojando un panol para llegar a la limera y verificar el estado del timón. No encontramos ninguna avería y aprovechamos la movida para amarinar mejor la carga despejando la proa y popa de pesos, utilizamos los baños a cada banda para estibar las cosas y quedo el baño principal como el único utilizable. Entre tanta movilización escuchamos que se disparaba el reel de la caña y al recoger encontramos la línea cortada, perdimos la presa y con ella el señuelo. La noche con luna nueva se lleno de estrellas y durante la guardia paso las horas identificando astros y constelaciones, la estrella Polar es visible al través y se eleva 38 grados sobre el horizonte, nuestra latitud. Conforme avanzamos hacia el este el amanecer llega mas temprano cada día ya que hemos decidido mantener la hora de Bermudas, de esta manera las noches se nos hacen cada vez mas cortas. A la mañana escuchamos un aviso de seguridad emitido por canal 16 por una Fragata Dinamarquesa que se disponía a realizar ejercicios militares por la zona. 

  





En nuestro quinto día de navegación el viento ha continuando rotando en sentido horario, paso por el sur, suroeste y ahora esta casi del oeste así que establecemos el asimétrico atangonado por su puño de amura para trabajarlo tipo spinnaker con el viento de popa, disfrutamos la jornada hasta que la vela no aguanto mas y se desgarro el puno de amura, atangonamos el genoa y continuamos aprovechando el viento a orejas de burro, se acercaba la hora del cine mientras degustábamos un risoto al vino tinto con favada asturiana.
Cada guardia que abandona su puesto tiene la obligación de entregar  la sentina  seca y esta  noche se junto mas agua de la habitual, el mar esta arbolado y es posible que el liquido este ingresando por la cubierta de popa cuando nos alcanza alguna ola. Con la luz del día advierto que se esta descociendo el genoa y decido arriarlo para coserlo dejando  la trinquetilla como vela de proa, las olas son montañosas, es difícil precisar la altura pero deben rondar los 7 metros. El tiempo transcurre con jornadas de poco sol con algunas lloviznas y con el viento arreciando desde el norte, trayendo el aire frio del polo. El timón automático mantiene el rumbo mientras hacemos guardia al abrigo de la chubasquera, la vida a bordo sigue siendo cómoda y placentera. Pasamos horas leyendo, mateando, charlando, haciendo la navegación y mirando películas, mi preferida es la serie Lie tu Me. Llevamos un teléfono satelital que nos mantiene en contacto con los familiares y los negocios, además lo utilizo para bajar las cartas del tiempo, sin embargo el gran compañero del navegante es sin dudas el BLU con el invalorable aporte de los radioaficionados que están firmes todos los días para ayudarnos desinteresadamente, y en cada ocasión  aparece algún navegante amigo, hoy hable con Federico del Quijote que anda por Floria.

 

Llevamos ocho días navegando y el viento ha disminuido obligándonos a encender el motor para mantener nuestra velocidad de crucero que no debe ser menor a 5 nudos, aprovechamos para realizar algunas tareas de mantenimiento y almorzamos un suculento guiso de lentejas.
El 25 de Mayo se cumple nuestro decimo día de navegación hemos pasado la calma y se estableció la brisa del sudoeste, estamos al sur de Flores la isla mas occidental del archipiélago de Azores, adivinamos su posición por un grupo de nubes que permanecen encima en el cielo despejado. Celebramos el día de la patria almorzando pasta con una salsa que llamamos “25 de mayo” elaborada con hongos, jamón, curry, cebolla, puerro, cebolla de verdeo, crema, roquefort y vino blanco. Con el paso de las horas aumenta la ansiedad y la tarde deja lugar a la noche sin luna custodiada por las estrellas septentrionales, estamos tan desfasados con nuestra hora bitácora que amanece a las tres de la mañana con un día frio y desapacible, sin embargo nos alegra ver Faial con sus colinas verdes y costas escarpadas de imponente belleza. Nos dirigimos a Horta, su puerto principal donde anclamos a las 4:30 de nuestros atrasados relojes, en un puerto en pleno movimiento al promediar la mañana.

Hacia los Pilares de Hércules
Nuestra llegada a Faial coincidió con la llegada del mal tiempo, si embargo nos regocijamos por ello ya que si bien los barcos están hechos para navegar solo están seguros en puerto. Alquilamos una van de nueve asientos y aprovechamos para conocer toda la isla y visitamos lugares de cautivante belleza como Ponta Dos Capelinhos donde en 1958 hizo erupción el volcán dejando un paisaje desolado cubierto por ceniza negra. Faial es prácticamente escala obligada para la gran cantidad de veleros que viajan a Europa desde América y las marinas están abarrotadas en esta época del año, conseguimos abarloarnos en tercera andana y entablamos amistad con nuestros vecinos. Cumpliendo con la tradición de Horta buscamos un lugar en el muro de contención para pintar nuestro mural en la piedra y cenamos en el bar Peter, escala obligatoria de los navegantes que visitan el antiguo puerto ballenero. Allí se despidieron Pablo y Tony siendo reemplazados por Eduardo y Martin Cruz, el hijo de Poli. Nuestro tiempo se agotaba y deseábamos completar la travesía, tal es así que en cuanto migro el ciclón y mejoro el tiempo soltamos amarras dejando el archipiélago con viento favorable del sudoeste.

 

 Nuestro destino es Gibraltar, aquel lugar místico donde según la leyenda fue el mismo Hércules quien separo los dos montes unidos (Abila y Calpe) como una cordillera continua y así el Mar Mediterráneo se unió al Océano Atlántico  separado por los dos pilares donde hoy se encuentran Gibraltar y Ceuta. A un mes de nuestra zarpada de St Maarten volvemos a tener la luna llena como reina en la noche, pero el buen tiempo no dura mucho y una vaguada provoca un inesperado giro del viento que se pone de proa con gran intensidad.  Mientras navegábamos con dos rizos y trinquetilla Poli advirtió que llevábamos algo enganchado en el timón, pusimos el barco a la capa y afortunadamente fue sencillo liberar un largo calabrote que con sus incrustaciones marinas quedo en la estela continuando su viaje a la deriva. Una leve filtración por el tambucho de proa llega al watermaker dañando su parte electrónica, con alta dosis de paciencia, cambiando algunas conexiones y puenteando con mangueras logre que la maquina vuelva a producir agua.  La condición adversa dura poco y en nuestra tercera jornada de navegación volvemos a filar escotas.  Un carguero se acerca en vuelta encontrada pero gracias al AIS (automatic identification sistem) conocemos todos sus datos y lo llamo por su nombre, el Capitán del Bavaria ordena caer unos grados a estribor y nosotros hacemos lo mismo, amablemente nos facilita el pronostico que será favorable para nuestro quinto día de navegación. La niebla no estaba prevista y debemos estar atentos porque a mediada que nos vamos acercando al continente aumenta el trafico de buques, pasamos unas 60 millas al sur del Cabo San Vicente donde el cruce del dispositivo de separación de trafico nos mantuvo en vela toda la noche, atentos al radar, al plotter y a todos los medios disponibles para esquivar los buques. Crecen las apuestas sobre la ETA a Gibraltar, nuestro siguiente destino en la puerta del Mediterráneo. La navegación es placentera y se dan las condiciones para estrenar un nuevo spinnaker asimétrico y tenemos la suerte de ver una ballena que se alejo resoplando en la superficie. Por la tarde vemos el Cabo Trafalgar en la costa española, en sus proximidades el 21 de octubre de 1805, la armada británica al mando del Almirante Nelson derrotó a la flota franco-española en la Batalla de Trafalgar donde además el marino Ingles perdió la vida a bordo de su magnifico navío Victoty. Disfrutamos nuestra ultima cena en navegación degustando escalopines a la marsalla con papas a la crema, se terminaba nuestro viaje y con el sus opulentos platos. En el estrecho de Gibraltar los buques entran y salen del Mediterráneo como por una gran avenida y en una magnifica noche la luna llena ilumina las costas de Europa y Africa a cada lado. Ayudados por la fuerte corriente a favor ingresamos en la Bahía Gibraltar que alberga decenas de buques anclados en sus aguas calmas. Debemos serpentear esquivando sus pesadas cadenas hasta llegar a Marina Bay, nuestro puerto de destino situado a la vera de la antigua ciudad fortificada, sobre la ladera del mítico peñón, en la colonia británica.

Martin Pachiani
Julio 2012

MARTIN GARCIA A VELA


Por Martín Pachiani









Remontando el delta





Buscando rememorar  un viaje realizado años atrás volvimos a juntarnos para zarpar hacia la isla Martín García. En el Verónica III Ariel estaba acompañado por su hija y una amiga y como no se sentía respaldado por su tripulación decidió hacer la ruta por el delta. Nosotros preferimos aventurarnos a cubrir el trayecto íntegramente a vela por Playa Honda hasta alcanzar los Pozos del Barca Grande. A bordo del Hannah Boden estábamos Víctor, Marcela, mi pequeño hijo Guido y yo. Rápidamente alcanzamos la boya Km. 20 y ponemos rumbo al antiguo mareógrafo de San Isidro, lo dejamos por babor cruzando el canal Mitre a la altura del par Km. 34.5, a partir de aquí comienza nuestra aventura ya que la ruta elegida no es usual para los veleristas y existen los fantasmas de los bajo fondos, el refulado, los barcos hundidos, los caños, etc. Sin embargo somos concientes de las bondades de nuestro Albatros 950, tan capaz de navegar en un charco como de soportar un fuerte chubasco en el mar. Con la ayuda del compás y el GPS llevamos rumbo a un waypoint ubicado en el extremos SE del pozo del Barca Grande (wp I  34 22,7- 58 20,6), navegamos con bastante agua bajo la quilla hasta que la ecosonda da un salto de los 3 a los 8 metros indicándonos que alcanzamos el pozo, el aumento en la marejada es la confirmación tangible. El viento del noreste y la corriente en contra hacia que nuestros bordes sean bastante malos, a pesar de ello el día era magnifico y nuestro humor excelente. Manteníamos comunicación con Ariel por VHF y parecía que perderíamos la apuesta de llegar primero navegando a vela. Al llegar a los palos que marcan el canal a Martín García el viento disminuyó a tal punto que debimos prender el motor para seguir remontando el pozo hasta la desembocadura del Paraná Miní. Hicimos el ingreso  buscando el paso con más profundidad ayudados por el efectivo escandallo, y una vez adentro remontamos hasta el Chana para dirigirnos a la cabaña que tiene Ariel por la zona. Fue nuestra primera escala y aprovechamos para disfrutar algún chapuzón, pescar  y una opípara cena.



Isla estratégica en el pasado



Luego de la agradable escala en Los Piratas zarpamos junto al Verónica III para navegar el arroyo largo aguas abajo pasando por lugares estrechos, esquivando ramas y salvando algunos bajofondos gracias a la orza.  La belleza del lugar relucía bajo el sol implacable en una navegación familiar sumamente placentera. Al llegar al Paraná Miní volvimos sobre nuestra estela y nuevamente buscamos el paso a Martín García por los Pozos del Barca Grande. Un poco a vela y otro poco a motor vencíamos la corriente mientras nos acercábamos a la Isla Oyarvide, hicimos el paso Lancha Petrel y a proa apareció la frondosa Isla Martín García.  Allí el canal es profundo pero a mitad de camino hay un gran banco que impide hacer rumbo directo así que lo evitamos haciendo una gran parábola hasta anclar muy cerca del muelle de la isla en un metro de profundidad. Con la ayuda del bote auxiliar desembarcamos en un par de tandas llevando la vianda para hacer un Pic Nic costero. Esta pequeña isla no tiene nada que ver con el resto de nuestro delta, esto se debe a que es parte del afloramiento de rocas arcaicas que pertenece al macizo de Brasilia que también dio lugar, hace 1800 millones de años, a las sierras de Tandil. El resto de las islas son de formación aluvional y van creciendo conforme avanza el delta, tal es así que la vecina isla Timoteo Domínguez ROU hoy se ha unido con Martin García ARG, sin embargo las cuestiones limítrofes quedaron claras luego de la firma del Tratado del Río de la Plata (1973),  donde además el gobierno argentino dispuso su utilización como reserva  natural para la conservación de la flora y la fauna autóctonas. La isla fue descubierta por Juan Díaz de Solís (1516) donde falleció el despensero de su navío y fue en su honor que bautizo la isla con su nombre. En tiempos del virreinato del Río de la Plata ya era utilizada como presidio, guarnición y lugar de reclusión, siendo además un punto estratégico por su ubicación geográfica y  por poseer aguas más profundas que Buenos Aires.  Tal es así que fue artillada mediante baterías que se dispusieron estratégicamente en diferentes puntos de la isla y se desarrollaron algunos combates durante la guerra de la independencia argentina y más tarde en la guerra del Brasil. Por más de un siglo la isla estuvo en disputa pasando de mano en mano, fue ocupada por Portugal y luego cedida a España, fue en 1814 cuando el Almirante Brown se apodera de isla incorporándola al territorio nacional. En 1838 se produce el bloqueo anglo-francés y los franceses toman la isla, más tarde la ceden a los ingleses, luego los ingleses la devuelven y es recuperada en 1841. Sin embargo años más tarde Francia e Inglaterra vuelven a aliarse contra Rosas, someten a la escuadra de Brown y toman nuevamente la isla, los uruguayos también se instalan apoyados por los países europeos. En 1852 Urquiza reclama la posesión de Martín García y los orientales la devuelven sin oponer resistencia. Luego vendría la disputa por la isla entre la Provincia de Buenos Aires y la Confederación quedando en 1854 incluida dentro del territorio de la Provincia. Durante el gobierno de Rosas, mientras se llevaba a cabo la  “conquista del desierto”, los jefes indios Chipitruz y Juan José Catriel fueron capturados y confinados junto a centenares de indios a aquel reducto y puestos a trabajar en la fortificación y construcción de la capilla, la mayoría de los indios murieron por la epidemia de viruela en 1879. Además del presidio existía un lazareto de cuarentena que llegó a estar sobrepoblado hacia el final del siglo con la fuerte inmigración, actuaba como puesto sanitario tratando de prevenir las mortales epidemias de la época y los enfermos infecciosos terminales que morían eran cremados allí mismo en los hornos del crematorio que aún se conserva. Algunos importantes políticos de nuestra historia también estuvieron presos en Martín García, tal es el caso de Hipólito Irigoyen, Juan Domingo Perón y Arturo Frondizi. Hoy sólo quedan las ruinas de lo que fue la cárcel y al caminar por la isla encontramos por todas partes placas, monumentos y vestigios de su historia.


La isla misteriosa


El antiguo semáforo, cuya función era indicar los datos de marea a los navegantes mediante el uso de balones y banderas, todavía permanece de pie, aunque abandonado y corroído por el óxido. La misma suerte corre la hermosa torre con luminaria que alguna vez funcionó como faro. Un cartel con la leyenda “en restauración” también muestra el deterioro del paso del tiempo. Víctor intenta en vano fotografiar un enorme lagarto que ágilmente gana unos arbustos, desde la copa de un espinillo un chimango vuela en círculos buscando algún roedor escurridizo. Mientras caminamos por una de las calles encontramos un niño muy amable que nos indica donde hallar el sendero que nos lleva a la laguna y mientras andamos entre los árboles un simpático colibrí extrae el polen de una pasionaria en flor. La antigua cantera de granito era trabajada por la mano de obra del presidio, donde los reclusos extraían el granito a fuerza de pico y pala. La explotación del mineral fue el principal recurso económico de la isla y desde allí se extrajeron los adoquines para la construcción de  algunas calles de Buenos Aires. Este sitio, en el que los picapedreros hacían trabajo forzado bajo el sol hoy se transformó en una hermosa laguna rodeada de frondosa arboleda, en sus aguas alcanzamos a ver una graciosa nutria y una tortuga que se asoleaba sobre un tronco. Continuamos la recorrida haciendo un poco de senderismo por la zona norte de la isla llegando a las ruinas del Barrio Chino donde antiguamente era el puerto y existía un muelle, la vegetación es exuberante y las especies nativas, como el tala, espinillo, coronillo, laurel criollo etc. compiten por el espacio con otras que han sido introducidas por los habitantes a lo largo de los años, como álamos, eucaliptus, paraíso, fresno y una verdadera planta invasora que es la caña de bambú. El calor nos lleva al Comedor Solís a tomar algo fresco, es un lugar muy bien ambientado donde José y Marita, sus dueños, nos brindaron un cálido servicio y como sobremesa un colorido diálogo donde nos ilustraron sobre la historia y algunos misterios de la isla. Continuamos nuestra caminata en busca de la Panadería, no queríamos dejar la isla sin comprar el famoso pan dulce que se elabora allí.  Martín García tiene mucho por visitar y recorrer, hay vestigios de la historia por todas partes y es un vergel para disfrutar la armonía de la naturaleza, gozando la abundante sombra, escuchando la música del viento y el trinar de las aves. Sin embargo es una isla ignorada de cautivante misterio y debiendo emprender el regreso siento la necesidad de volver, cada recalada en la isla es diferente y siempre queda algo por visitar. Abordamos nuestros veleros y antes que caiga la noche hicimos el paso Petrel  buscando un buen abrigo para pernoctar, franqueamos la barra de un arroyo del Islote Solís que no figura en las cartas, al que llamamos Arroyo Guido en honor a mi pequeño grumete que nos acompañó en el bote a explorar el lugar. A la mañana siguiente continuamos nuestro viaje aguas abajo ayudados por la corriente siguiendo los Pozos del Barca Grande sobre la ruta que habíamos realizado en el viaje de ida aunque esta vez el Verónica III venia al lado con sus tripulantes ya amarinadas. Encontramos el Río de la Plata bastante bajo pero no fue un impedimento para regresar airosos a San Isidro.

Martin Pachiani
Marzo de 2012
Fuente consultada: 
Misteriosa Martin García, Pedro Francisco Kropfl.
La Isla Martin García, Cristina Mirabelli y Susana Boragno.

NAVEGANDO EN EQUIPO 3


Por Alejandro Jeanne Canciani


ARRIANDO EL SPINNAKER

Vamos a repasar la maniobra de arriado del spinnaker, en esta situación: ALETA AMURAS A ESTRIBOR:
Independientemente si estamos en regata o no, si es regata, si el recorrido es barlo-sota,  marcas fijas o crucero, la maniobra en sí es la misma siempre y la diferencia radicará en la velocidad con la cual vamos a necesitar hacerla y la cantidad de barcos que potencialmente podríamos tener a nuestro lado.
Vamos a describir entonces la maniobra, arribando a la marca donde en principio vamos a arriar el globo y salir con genoa, tomaremos una distancia X antes de la marca para realizar el izado del genoa y el arriado del globo, casi casi todo junto...
Así pues, el TIMONEL o el TACTICO, darán la orden de izado del genoa, el PROEL izará lo más rápido posible mientras el DOS va recogiendo la driza sobre la carroza, una vez llegado a tope, éste repicara la driza hasta darle la tensión necesaria para la próxima pierna. La tensión de driza dependerá de la intensidad del viento, altura de la ola y rumbo que tomará el barco. Si es ceñida a rabiar necesitará bastante tensión y menor cuanto más derivado sea el próximo rumbo.
Mientras todo esto sucede, el PROEL ya está listo al lado del mástil para sacar el tangón del palo y despinchar la braza del spinnaker, cuando el DOS que estaba con la driza del genoa, le avisa que fila el AMANTILLO del tangón.
Rápidamente, se baja el tangón a cubierta, con el AMANTILLO filado y sin sacar del tangón, se lo lleva a la base del mástil (así las escotas del genoa podrán pasar libres de banda a banda en las viradas) y el PROEL se prepara para filar driza del globo desde el mástil, mientras el DOS, pasa a la banda de sotavento y toma la escota del spi para arriarlo.
Cuando están todos listos, se da la orden de arriado, primero el TRIMMER (que venía llevando escota y braza del spi), fila BRAZA así el globo se va a sotavento del genoa y se desventa y MUY rápidamente, el DOS estando a sotavento comienza a arriar el spi desde la base, juntando los puños de escota y braza y el PROEL comienza a filar la driza.
Aquí debe estar muy atento el PROEL, ya que si fila muy lento la driza, el DOS tirará mucho de la vela corriendo el riesgo de romperla, pero si fila demasiado rápido, se correrá el riesgo de que el DOS no llegue a juntar tan rápidamente la vela y ésta caiga al agua, con la consecuencia que hay que meterla adentro mojada y peor aún, que embolse agua, convirtiéndose en un verdadero freno y sí con un gran riesgo se rifarla por la presión del agua más los tirones por juntarla...

Algunos detalles a tener en cuenta

La distancia a la marca donde debemos arriar el globo e izar genoa, dependerá del entrenamiento que posea la tripulación.
Lo ideal, es hacer la maniobra lo más cerca posible de la marca para recorrer la máxima distancia posible con el globo izado.
Entonces, a mayor entrenamiento y velocidad de maniobra, podremos hacer todo esto más “arriba” de la boya y por el contrario, deberemos de tomar mayor distancia si no tenemos tanta cancha en la maniobra para no llegar a la boya con el genoa a medio izar, el globo a medio arriar y una catarata de puteadas de todos contra todos, que cazá acá, fila allá, izá esto, arriá lo otro, cuidado la trabuchada... y demás.
Si a todo esto le sumamos que llegamos a la marca en cuestión con, digamos, otros 2 barcos más tratando de hacer lo mismo que nosotros ... el combo puede resultar fatal ... o genial!!!
En una regata crucero o marcas fijas, si bien la maniobra también trataremos de hacerla lo más cerca de la marca posible y lo más rápido que podamos, este tipo de regatas nos permiten tener mayor tiempo previo de preparación de la maniobra, donde podemos ir repasando paso a paso el rol de cada uno e ir poniéndonos de acuerdo para que salga lo mejor posible, cosa que en un barlo-sota, los tiempos son sensiblemente menores lo que nos obliga a tener la maniobra bien presente.

EL VANG

El vang, es un elemento más para el trimado de la mayor. Funciona tanto en ceñida como en popa y sirve para achatar o no la mayor y para darle mayor o menor twist (tensión de la baluma) y siempre depende de la intensidad del viento.

En Ceñida:
Le daremos en principio una tensión promedio, digamos, cazarlo hasta donde hace fuerza y veremos luego de hacer todos los ajustes de trimado, si debemos cazarlo más o filarlo.
En esta condición, dado que la escota de mayor trabaja a popa del vang, esta tiene mayor influencia en la tensión de la baluma (ya que tiene mayor brazo de palanca) y el vang lo que hace es trabajar sobre el tercio superior de la vela, abriendo o cerrando la baluma de la misma en ese sector (el tercio superior es desde el puño de driza hasta el primer batten, aproximadamente).
Si tenemos mucho viento, podremos “jugar” con el traveler y el vang. Cuando carga una racha más fuerte, primero filaremos traveler para desventar la mayor. Si la racha fuese demasiado fuerte y así y todo el barco sigue teniendo demasiada potencia con riesgo de irse a la orza (guiñada), filaremos vang para desventar más aun la vela.
Siendo que el tercio superior, por estar más arriba, es el que tiene mayor brazo de palanca sobre la escora del barco, al filar esta parte de la vela descomprimiremos la presión, haciendo que ese excedente de potencia que era escora, desaparezca, retomando el control del barco en la caña.

En Popa:
El funcionamiento y principio del vang es el mismo que en ceñida.
La gran diferencia la encontramos en que navegando en popa (o con escotas abiertas) la escota de mayor deja de tener influencia en la tensión de la baluma ya que trabaja en un ángulo mucho más abierto y como el vang pivotea junto con la botavara, este pasa a ser el encargado de mantener la forma de la mayor.
Entonces, nuevamente luego de hacer el trimado fino de la vela, le daremos al vang una tensión media (hasta que comienza a hacer fuerza) y veremos cómo se comporta el barco y la forma de la mayor.
Dado que al navegar en franco, el viento hace presión en la mayor, si no tenemos nada de tensión en el vang, la botavara se elevara con cada racha de viento volviéndola peligrosa para las cabezas de la tripulación y haciendo que el barco se torne ingobernable.
Esta situación se manifiesta mucho más si las condiciones de viento y ola son más severas.
De tal modo, si nos encontramos con una racha más fuerte que las habituales y dado que por más que filemos escota, seguirá trabajando, filaremos primero escota de la vela de proa (sea genoa o spy) y si de todos modos el barco no se recupera y sigue tendiendo a irse a la orza, filaremos vang para desventar nuevamente el tercio superior de la mayor, perder presión en el tope y así recuperar gobierno del barco.

En ambas situaciones, el vang puede ser operado tanto por el PROEL como por el DOS, quien lo tenga más a mano y mejor ángulo para filarlo rápido, por lo que normalmente es el DOS quien trabaja el vang.