DONDE ESTA?

VICTORY 34

EL RINCON DE HUGO W.

del inagotable archivo de Hugo W. Barzola




VICTORY 34




PUERTOS Y BARCAS: Francisco Travieso


ARTE NAUTICO
En 2004 la UCA realizó una exposición de arte relacionado con los puertos y las barcas, exhibiendo obras de grandes pintores.
Gracias al aporte de Yudina, encontramos esta perla que presentamos en entregas. Esperamos que la disfruten!

Publicado por la Pontificia Universidad Católica Argentina
Pabellón de las Bellas Artes
Auspicia Secretaría de Cultura - Presidencia de la Nación








Composición con barcos, 2001 Los hombres del río, 2001 El hombre del lago Leman
Témpera, 41 x 16 cm Témpera, 41 x 16 cm Témpera, 41 x 16 cm


Francisco Travieso. Nació en Buenos Aires en 1942. Precozmente iniciado en el dibujo y la pintura, en 1955 participa en el Salón Nacional de Estudiantes. Se gradúa de abogado en la Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1973 viaja a Europa recorriendo España e Italia. La pintura ocupa todo su tiempo. Se detiene en las ciudades de la Provenza. Establece su taller en Av. Rivadavia 2009, esquina Ayacucho junto con Páez, uniéndose luego con José Ferrari. En 1982 expone en el Instituto Iberoamericano de Cultura ICI, Madrid. Viaja a Madrid, recorre España. En 1983 el Estado Nacional edita un sello postal reproduciendo su obra “El Congreso iluminado”. En 1986 expone en Galería Palatina, Buenos Aires. Su estrecha vinculación con dicha Galería continuará con las exposiciones que realiza en 1988, 1990, 1992, 1994, 1996, 1998, 2000 y 2002. En 1987 viaja a España. Recorre Galicia. En 1990 se instala en su actual estudio de la calle Juncal. Desde 1994 viaja todos los años a Ginebra, donde reside su hija mayor.

PENSAMIENTOS TIPICOS DE UN DOMINGO SIN BARCO

Por Gustavo Agra

Siempre insisto en que soy de origen crucerista, me gustan las navegaciones largas que obligan a vivir abordo mientras se avanza hacia el puerto de destino y brindar por el éxito del arribo a puerto pero con esa sensación extraña que se siente al finalizar un buen juego.

Corro regatas porque me gusta sacarle el máximo provecho posible al barco y disfruto sobremanera el aceitado trabajo en equipo de la tripulación que cuando crucereo trato de aplicar para lograr una mejor y más segura navegación.

Cada vez que subo a un barco que no conozco (últimamente nuevos barcos de amigos ya que hace años no navego con gente nueva) me dedico a recorrer la maniobra, reconozco la posición del equipo y compruebo que las cosas funcionen correctamente y si no lo hacen aprendo las mañas necesarias, en fin...me pongo la camiseta de tripulante, me hago parte de la cosa.

Cuando cae el sol la costubre es siempre la misma en todos los barcos que navego: El que sale de la cabina debe tener el arnés puesto. No importa el estado del tiempo, el gancho debe estar puesto.

Ponele que estamos navegando en una noche cálida, el cielo está despejado y sin luna, el viento sopla suave por el través y el barco fila poco más de cuatro nudos, la tripulación ronca descaradamente en las cuchetas y en el cockpit estamos nosotros dos, ambos sabemos que un litrito per cápita de cerveza helada no nos hace nada apenas nos mejora el humor, el trapo no necesita trimado y el automático lleva el barco a rumbo, entre anécdotas, comentarios varios y algunos cigarrillos nos chupamos dos tubos de Quilmes........el efecto del alcohol ayudado por la fresca de la madrugada me hacen pensar en un cafecito cargado para aguantar la guardia y caliente para ahuyentar el frío que se avecina antes del amanecer.

- Che culeao, por qué no te haces un cafecito (frotando las manos como claro gesto de fresquete exagerado)

- Sí che, se hace necesario (el culeao se manda lentamente a la camareta)

Todos sabemos que entre la cerveza y el pis hay sólo 15 minutos de diferencia, entonces me levanto (el culo me pesa un poquito más a causa de la alegría generada por la cerveza y un estomago vacío) me acerco al balcón, me peleo con mi pantalón de agua, el polar, el cinturón y la bragueta del jean que siempre se traba, de golpe una leve, pero muy leve escorada causada por el culeao que se estiró a babor tratando de llegar al frasco de galletas que estaba detrás de la cocina hizo que pierda el equilibrio haciendo que me deslice lentamente al agua, medio de cabeza con los pantalones hasta las rodillas, y las manos en el lugar equivocado.

Al ratito, no más de dos minutos el culeao sale con dos tazas de café y unas cuantas galletas en la mano, ahí se da cuenta que el ruido que escuchó era mi caída.

Me encontraron dos meses después en una playa desierta al Este de Jesus María, cerca de las barrancas de San Gregorio, me reconocieron por mis tatuajes, el del brazo Derecho dice "Buenas" y el izquierdo dice "Malas"

Versión 2 de la misma historieta.

Todo igual hasta la salida del culeao de la cabina.

El culeao mira el cockpit vacío y se asusta, asoma la cabeza para ver la cubierta y se le va el efecto de la cerveza con la velocidad del rayo, pero antes de alertar al resto de la tripulación alcanza a escuchar un extraño sonido gutural que venía desde la popa, mira nuevamente y alcanza a ver mis dos patas que asomaban por arriba del balcón aún con los pantalones hasta las rodillas, corrió los tres metros, me agarró de las patas y tiró lo que las carcajadas le permitían, el espectáculo era bochornoso, los pelos mojados, el pitilín al aire casi estrangulado por el arnés que me sostenía desde la cornamusa de popa, el fuera de borda vomitado de cerveza y algunos restos de Club Social Pizza hacían que la situación sea una verdadera porquería.

Luego de mucho esfuerzo el culeao logró ponerme de vuelta en el cockpit, entre carcajadas y algunas quejas del resto de la tripulación que ignoraba lo sucedido pudimos tomar el café con galletas.

Dicen que es malo beber cuando se navega, yo digo que beber es generador de buenas anécdotas....lo malo es no usar arnés.