
(aporte de Hugo W. Barzola)
Reglamento de Regatas Parte V - Otras reglas de navegación. Obligaciones del Timonel y tripulación al Maniobrar un Yate:
Ayuda Externa
Excepto lo permitido por la Regla Fundamental A (Prestando Ayuda), la regla 55 (Varadura o Abordaje a una Obstrucción) y la Regla 58 (Embarcando), un yate no debe recibir ayuda externa ni usar cualquier otro aparejo que la que se encontraba a bordo cuando su señal preparatoria fue hecha.
-Buenas ...
-Oué tal?
El Dr. Crespi toma
asiento, los otros miembros del Comité de Protesta lo imitan. Con un suspiro de
resignación leen el formulario que ha presentado Ignacio Bedoya, timonel del
“Cachafaz".
El Vasco había cruzado
la línea de llegada con bandera de protesta en el obenque: la usa tan a menudo
que el rojo se ha decolorado hasta un rosado sucio.
El caso es que Ignacio
conoce el reglamento hasta en sus mínimos detalles y modificaciones, es técnico
en el texto oficial de la I.Y.R.U., se regodea cuando puede citar casos ya
juzgados por el Yacht Club Argentino en su carácter de autoridad nacional.
La Comisión de Protesta
ya hace mucho que dejó de sospechar para alcanzar una total certidumbre: el
Vasco disfruta enormemente luciendo sus conocimientos, pero lo que más le
agrada es poner a sus sufridos miembros en apuros.
Crespi, como abogado,
es el que se siente más afectado, pero el que mejor se defiende. Ahora se calza
bien los anteojos. y lee: "... habiendo Marcelo Rossi, timonel del
“Espina", solicitado ayuda externa para cruzar la línea de llegada, le fue
concedido dicho auxilio, contraviniendo así la regla 60 del Reglamento de
Regatas."
-¡No me digan que el
Curita hizo eso!
La exclamación se cruza
con otros comentarios asombrados. Todos saben que Marcelo es correctísimo. Es
impensable que apele a una trampa para ganar.
El Curita, como le
dicen a Marcelo Rossi, no es sacerdote sino seminarista y gracias pero el
apodo. como la vocación, le viene desde chiquilín.
-Pero este Bedoya está
loco. Yo fui oficial de día y les digo que los únicos que estaban cerca de la
llegada eran el "Cachafaz" y el "Espina", los demás estaban
por allá lejos, no había nadie más...
-Si fuiste oficial,
contá la llegada, pero no te vayas por las ramas.
-El "Espina"
y el "Cachafaz" pelearon toda la regata. Al final Bedoya sacó una
pequeña ventaja. Soplaba poco, se transformó en una brisita, después fue un
suspiro y calmó. El "Cachafaz" llegó a unos veinte metros de la
lancha. Flotaba inmóvil o quizá retrocedía algo, había una leve corriente en
contra. A popa, a unas dos esloras, se balanceaba el "Espina" acunado
por la calma. Hacía un calor de achicharrarse, aunque en la lancha no estábamos
tan mal, salvo esas moscas que aparecen cuando no sopla. Muchas veces me he
preguntado de dónde saldrán esos bichos, cubren la cubierta, las velas, te
caminan encima... Son tontos, lerdos, casi cariñosos... ¿vieron que hay algunos
que tienen rayas de colores en el cuerpo o en las patas? Para mí que en su
tiempo libre juegan rugby. Uno de ellos parecía de ciencia ficción. Negro,
flaquito, caminaba por mi brazo esquivando los pelos. Tenía dos antenas
rematadas por unos ojitos redondos y verdes, las movía a destiempo mientras
avanzaba y me miraba...
-Si no volvés a la
regata no terminamos más, se hace tarde.
-Lo siento, perdonen.
En la calma se oye todo, así que oímos al Vasco gritándole al Curita para que
rezara.
-¿Que rezara?
-Sí, que pidiese
viento. Tres o cuatro veces le gritó, con ese vozarrón que raja las velas.
Marcelo no contestaba, pero con ese calor, en el lightning inmóvil...
-Abreviá, por favor.
-En realidad nosotros
nos divertíamos porque la lancha tiene toldilla y tomando algo frío, salvo las
moscas...
-¡Terminá con las
moscas o traigo un insecticida!
-Perdón. Ignacio volvió
a vociferar "rezá, Curita, rezá" pero se lo gritó de mal modo,
burlándose. Nos callamos, esperando que Marcelo le rajara una buena...
-¡AI grano, al grano!
-¡Ya termino, qué
tanto! En el silencio, sobre el agua quieta, rebotó la voz del Curita,
contenida pero furiosa. Se notaba que se le había acabado la paciencia...
-A mi mujer se le va a
acabar la paciencia si llego tarde otra vez. ¿Qué dijo el Curita, qué hizo?
-Mordiendo cada palabra
dijo algo como “te ruego, Dios mío, que sople o lo mato". Después,
gritando las palabras, cada una bien separada de la siguiente, rezó un
Padrenuestro.
-¿Y?
-Apenas se rizó el agua
con un soplo que era el aliento de un ratón, pero el spinnaker se hinchó y el
"Espina" se movió, resbaló y despacito, despacito, alcanzó al
“Cachafaz”. El Vasco estaba impresionante, la cara escarlata y como tiene
el cuello más ancho que la cabeza...
-¡Vuelva a la huella,
amigo!
-Eso fue todo, salvo
que Marcelo pasó junto al “Cachafaz” con una sonrisa beatífica, tan grande que
creí que se le iban a caer las orejas dentro de la boca. Sopló algo más, cruzó
atrás el "Cachataz" y al rato, los demás.
-¿Quién ayudó al
“Espina”?
-Nadie. Si no había
nadie más...
El Dr. Crespi pidió la
presencia de los dos timoneles. Se odiaba por haber aceptado participar en la
Comisión de Protesta. Otra llegada tarde significaba el tribunal inquisitivo de
su mujer y su suegra. Su habilidad de abogado naufragaba ante esos interrogatorios
cruzados y descreídos, desde que una vez, años atrás...
Reconciliados después
de algunas cervezas, entraron Ignacio y Marcelo.
-Oíme, Bedoya. ¿de qué
te quejás?
-El timonel del
"Espina" pidió ayuda externa, y Dios se la dio.
Todos se rieron, hasta
Marcelo. No se reía Crespi, que miraba preocupado el reloj.
Miró serio al Curita:
-¿Vos creés que Dios
ayuda a los que le rezan?
La pregunta estaba mal
formulada, se dio cuenta inmediatamente.
En la cara del inglés
Stevens, los ojitos celestes relumbraban de malicia; Carbonell, catalán y ateo
desde su nacimiento, sonreía burlonamente.
El Curita respiró
hondo, enrojeció. No hace falta un león sarnoso para ingresar en el
martirologio. Susurró:
-Sí...
Avergonzado de su
debilidad, gritó:
-¡Claro que ayuda, se
lo pedí y me ayudó!
Lo descalificaron por
aplicación a la regla 60, pero hasta el Vasco reconoció que tiene pasta de
Obispo, por parte baja.
2 comentarios:
Muy bien!!! Reconocer al que ayudó externamente convierte el regalmento en creyente. Admirable y estoy de acuerdo, fue ayuda externa. Marche preso.
Totalmente de acuerdo Martín!
Los ateos estaremos libres de penalidades, gracias a Dios.
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