DONDE ESTA?

PUERTOS Y BARCAS: Horacio G. March

ARTE NAUTICO

En 2004 la UCA realizó una exposición de arte relacionado con los puertos y las barcas, exhibiendo obras de grandes pintores.

Gracias al aporte de Yudina, encontramos esta perla que presentamos en entregas. Esperamos que la disfruten!

Publicado por la Pontificia Universidad Católica Argentina

Pabellón de las Bellas Artes

Auspicia Secretaría de Cultura - Presidencia de la Nación




Horacio March
Paisaje
Oleo sobre car tón, 60 x 50 cm
Colección privada

Horacio Gerardo March. Pintor argentino, nace en Quilmes, provincia de Buenos Aires, el 24 de septiembre de 1899; muere en Quilmes, el 19 de agosto de 1978. Cursó sus estudios en la Academias Nacional de Bellas Artes, pero como pintor puede ser considerado autodidacto. Entre 1949 viajó por el Norte Argentino, Bolivia, Ecuador y Perú, radicándose en Lima, donde organizó un taller de dibujo y pintura. Profesor en el Instituto Argentino-Peruano de Lima. Colaborador artístico

del diario “El Comercio” de esa ciudad. Concurrió al Salón Nacional desde 1926 y a diversos salones provinciales. Realizó escenografías para el teatro y el cine.

Existen cuadros suyos en museos de Perú y otros países americanos, así como en el Museo Nacional de Bellas Artes, el Fondo nacional de las Artes, el Museo Municipal Eduardo Sívori, el Museo Municipal de La Plata, el Museo Municipal de Mar del Plata y otros repositarios oficiales y colecciones privadas.


PUERTOS Y BARCAS: Martin Malharro

ARTE NAUTICO

En 2004 la UCA realizó una exposición de arte relacionado con los puertos y las barcas, exhibiendo obras de grandes pintores.

Gracias al aporte de Yudina, encontramos esta perla que presentamos en entregas. Esperamos que la disfruten!

Publicado por la Pontificia Universidad Católica Argentina

Pabellón de las Bellas Artes

Auspicia Secretaría de Cultura - Presidencia de la Nación

http://200.16.86.38/uca/common/grupo50/files/catalogos-desplegables/06_puertos_cat.pdf




Martín Malharro
El corsario “La Argentina” en las costas de México azahares, 1894
Oleo, 60 x 100 cm
Colección privada


Martín A. Malharro. Pintor, grabador y litógrafo argentino, nacido en Azul, Provincia de Buenos Aires, el 25 de agosto de 1865; muere en Buenos Aires el 17 de agosto de 1911. De un hogar de modestos recursos, debió trabajar duramente desde temprana edad. Empleado en un taller litográfico de Buenos Aires hacía dibujos para etiquetas de cigarrillos, membretes comerciales y reconstrucciones litográficas de sucesos policiales para las crónicas periodísticas. Después de su trabajo frecuentaba las clases de dibujo y pintura que impartía el artista italiano Francesco Romero en la Sociedad Estímulo de las Bellas Artes (1889). Luego de haber solicitado ayuda oficial para poder proseguir con sus estudios y que esta le fuera negada, busco en Tierra del Fuego el mundo dimensional para su pintura. Allí trabajo sólo, espontáneo, libre; sus paisajes tuvieron el eco de una serenidad emocional. En marzo de 1895 se embarcó en el vapor Don Pedro, para “perfeccionarse en el arte de la pintura”, según diarios de la época. Colorista en el más estricto sentido de la palabra, opta y se incorpora sin reservas al impresionismo. Las pinceladas profundas, los contornos perdidos, el esponjoso color en busca de la luminosidad, no son para él simples referencias cromáticas, sino los principios mismos de su sensibilidad, la vía cierta para su mensaje. En 1902 la Galería Witcomb realizó la primera muestra de su obra. Ella desató a su alrededor una crítica violenta. Años más tarde, en 1908, expuso de nuevo en el mismo Salón Witcomb; pero si antes sus telas suscitaron ardientes polémicas, en esta ocasión el silencio deliberado despojó de toda significación a su trabajo. Una inexplicable fatalidad atormentó su vida: la incomprensión de su tiempo. Sus obra comprende óleos, pasteles y aguadas. Se halla representado en los Museos Nacional de Bellas Artes, Bellas Artes de la Plata, Concejo Deliberante de Buenos Aires y otros.


PUERTOS Y BARCAS

EL ARTE NAUTICO

En 2004 la UCA realizó una exposición de arte relacionado con los puertos y las barcas, exhibiendo obras de grandes pintores.
Gracias al aporte de Yudina, encontramos esta perla que presentaremos en entregas. Aquí va la primera. Esperamos que la disfruten!


Publicado por la Pontificia Universidad Católica Argentina

Pabellón de las Bellas Artes

Auspicia Secretaría de Cultura - Presidencia de la Nación

http://200.16.86.38/uca/common/grupo50/files/catalogos-desplegables/06_puertos_cat.pdf


Barcos, lanchones, lanchas, yates y botes, todo dice de una Argentina de mares, anchurosos ríos arroyos lagos y lagunas, donde muchos han hecho de su vínculo con el agua un hábito esencial.

Puertos de abrigo, llegada y partida, esperanza y aventura, suscitadores de poesía y materia generosa para la felicidad de nuestros artistas.

El Pabellón de las Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica Argentina se enorgullece de presentar esta muestra donde se ofrece mucho de lo ejemplar de nuestra pintura.

Lic. Cecilia Cavanagh

Directora del Pabellón de las Bellas Artes


PUERTOS Y BARCAS

El puerto de la Boca se amplía en 1878 con el proyecto del ingeniero Huergo abriendo el primer canal de acceso al Riachuelo. En 1898 Puerto Madero queda totalmente habilitado, sus dos grandes dársenas y cuatro diques contaban con una superficie de agua de 660.000 m2, y se encontraban bordeados por amplios depósitos de mercadería y silos cuya arquitectura industrial iba a asombrar a los arquitectos Walter Gropius y Le Corbusier. Este movimiento de puerto estaba asegurado por 130 grúas móviles y fijas, y una red ferroviaria de 78 kilómetros de extensión. En 1926 se concluye Puerto Nuevo, situado a continuación de Puerto Madero con un conjunto de seis dársenas. Buenos Aires se transforma en ese período de modernización en el primer puerto de la América Latina y de todo el hemisferio austral.

A fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, Argentina se abre al mundo a través de una economía de puerto. Los años ‘80 caracterizado por su movimiento inmigratorio y la gran afluencia poblacional contribuye a este desarrollo. El gris de humo fundido con el gris de nubes mostraban a una de las urbes mas gigantescas con un dinamismo que era característico de un pueblo que alentaba la idea de progreso.

En los barrios de la ribera como la Boca se van asentando en la Vuelta de Rocha (antiguo puerto de los tachos) una población proveniente de la región mediterránea.

La actividad artística y literaria formará gran parte de la vida cotidiana de estos pobladores. De este movimiento nacen las instituciones en torno a una población ávida de manifestaciones culturales, el arte iba a cumplir uno de sus roles esenciales al mostrar la identidad imaginaria de un país en pleno crecimiento.

El Pabellón de las Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica Argentina prosiguiendo con su acción de difundir el arte argentino ha realizado una selección de artistas que se inscriben en la producción pictórica de las imágenes portuarias. La escuela de la ribera, la boquense en particular, incluyendo Barracas y la isla Maciel, ha sido muchas veces citada como parte de una tradición que integra un legado valioso para el estudio e investigación de nuestro presente y que, gracias a los cuidados de coleccionistas y museos, pueden ser hoy apreciadas en su conjunto. Debemos ver en estas obras no sólo nuestro imaginario social e individual reflejado en imágenes que pueden reconstruir una época, sino un material cultural que forma parte de nuestra identidad. Humanismo y voluntad creativa trascienden de esta valiosa iconografía. Estudios y homenajes rendidos a estos maestros de la pintura, nos hacen saber con mayor detalle, el esfuerzo y la desazón de muchos de ellos hasta ser aceptados en nuestro medio, tal es el caso de Martín Malharro (1865-1911), cuya obra El Corsario “La Argentina”, expuesta en 1894 cuando el artista tenía 29 años, era al decir de Jorge Romero Brest, “un cumplido marinista romántico”. Este marinista ha sido pionero e iniciador de la escuela impresionista en nuestro país.


Martín Malharro
El corsario “La Argentina”
en las costas de México azahares, 1894
Oleo, 60 x 100 cm
Colección privada

El proceso y desarrollo lingüístico que va a caracterizar a estos artistas dentro del panorama de la pintura argentina, ampliarán la lectura de los cambios operados en sus trabajos, observando cada período de sus trayectorias. Tal es el caso de las obras aquí expuestas de Fortunato Lacámera (1887-1951), Quinquela Martín (1890-1977), Horacio Butler (1897-1983), Faustino Brughetti (1877-1956), Víctor Cúnsolo (1898-1937), Desiderio Rosso (1898-1958) y Manuel Larravide (1871-1910).

En estas obras pueden verse resoluciones plásticas que tienen una clara diferenciación, esto puede valorarse a través de algunas pinturas aquí presentadas gracias al cuidado de coleccionistas que con esmero conservaron su estado primigenio.

La escuela metafísica en las obras de Horacio March ( 1899-1978) y Onofrio Pacenza (1904-1971), se inspiran en el paisaje boquense acentuando el estado de soledad y melancolía a través de una luminosidad que destaca el sentido atemporal de la pintura, esta característica señala la filiación a la escuela metafísica italiana en las figuras de De Chirico y Carrá.

La presencia de los maestros Alfredo Lázzari (1871-1949), Eduardo Sívori (1847-1918) y Pío Collivadino (1869-1945), el primero con la técnica del óleo, y estos últimos con dos acuarelas de la zona del Delta resueltas con espontaneidad sin perder la visión estructural de nuestros paisajes ribereños, se presentan como unidades de gran interés plástico.


Eduardo Sívori
Delta
Acuarela, 20 x 30 cm
Colección privada


Eugenio Daneri (1881-1970) y Enrique Policastro(1898-1971), guardan una especial atención al poder constatar, a pesar de sus diferencias de objetivos, un espíritu que sostiene sus creaciones: el silencio, la humildad, el tono bajo, la sencillez, y la atmósfera de una tierra que puede ser amasada como la pintura otorgándole a la materia un sesgo emotivo. Rául Russo (1912-1984), muestra un nivel homogéneo en la saturación del color y en sus arabescos encarando sus barcas con características fauves, haciendo del espacio un organismo vivo. Leopoldo Presas, Rómulo Maccio, Francisco Travieso, Adalberto Barbosa, Eduardo Faradje, están totalmente impregnados del espíritu que nos ocupa, ellos han sabido captar esa idiosincrasia que caracteriza a esta cultura de mezclas, esta manera de confrontar lo local y lo universal. La tónica común que se expresa en sus lenguajes nos hablan de una energía y sensibilidad sustentada por la capacidad del trabajo diario. Debemos ver en ellos los continuadores de una problemática pictórica que tiende a buscar las raíces de una genealogía en la línea de los grandes maestros de la pintura rioplatense. Sus lenguajes aquilataron las conquistas de un arte que habla a la contemporaneidad utilizando resoluciones acordes a nuestro tiempo. Leopoldo Presas (1915) da pruebas de su vigor, pintando como lo hizo Horacio Butler con el entusiasmo que se agiganta en la medida de sus años; en el caso de Franciso Travieso, la síntesis compositiva aporta interesantes encuadres en sus nuevos trabajos, que se ven complementados por el uso inteligente del color y del empaste de la materia pictórica; Rómulo Maccio presenta la curiosa y pequeña obra que caracteriza bien su hacer pictórico, antropomorfiza el fantasma del velamen de la barca y muestra la tormentosa visión acuosa de nuestro río; de Adalberto Barbosa vemos el atrevido color lacre de la construcción geometrizante del paisaje típico de Puerto Madero; y de Eduardo Faradje esa visión fantasmal y fragmentada del gigante puente metálico negro que atraviesa como un dinosaurio ambas orillas del Riachuelo.


Eugenio Daneri
Atardecer en el Riachuelo, 1957
Oleo, 60 x 80 cm
Colección privada


No visualizamos ahora el humo gris de las chimeneas, es otro tiempo, estamos en el año 2004, las obras del pasado y del presente nos remiten a su lenguaje simbólico, a los emblemas vivos que posee nuestro país.

Rosa Faccaro

De la Asociación Argentina e Internacional de Críticos de Arte


PATROCINANTES

TELÉFONICA

CORREO ARGENTINO

AUSPICIANTE

TERMINALES RIO DE LA PLATA


DE NAUFRAGIOS Y DE FAROS

Recalando con Juan Antonio Varese

http://www.chasque.net/jvarese/index.html


Buscador de misterios, perseguidor de luces, el escritor de los naufragios nos regala algunas perlas buceadas en la profundidad de su conocimiento íntimo de nuestras aguas y nuestras costas. Este fotógrafo, escritor, historiador e investigador uruguayo que, paradójicamente, no es un navegante, vive enamorado de los secretos que esconde el mar, y los viene retratando de todas las maneras posibles, dando cuerpo a la fascinación que todos los que navegamos compartimos con él.


La Recalada: Cómo se relacionan el uruguayo y el argentino con el Río de la Plata?

Juan Antonio Varese: Más que argentino y uruguayo en su relación con el Río de la Plata debemos considerar, de un lado los porteños que viven en capital federal y de otro los que viven o se manejan desde Martínez o San Isidro al norte y por otro lado los montevideanos. Un arquitecto de Buenos Aires, en un congreso de historia de la fotografía argentina, dijo que la ciudad había perdido el diálogo con el Río. Que el terreno ganado al mar y la construcción de un puerto privó a la ciudad de la costa, hay que ir hasta Palermo para encontrar una costanera. En cambio Montevideo vive de cara al mar, la rambla que va desde la Ciudad Vieja hasta Carrasco es el principal paseo de la ciudad. Si no tuviéramos rambla y en consecuencia costa, no concebiríamos Montevideo. Y nuestro horizonte se vuelve familiar con la inconfundible silueta de la isla de Flores o la pequeña isla de las Gaviotas. El puertito del Buceo nos da la pequeña cuota de navegación deportiva, mucho más extendida del otro lado del río.

LR: Desde qué época se registran naufragios en el Río de la Plata?

JAV: En cuanto a los naufragios en el Río de la Plata podemos decir que se originaron prácticamente desde el descubrimiento, ya ocurrió uno durante la expedición de Gaboto en 1526.

LR: Qué tipo de buques registra más naufragios en el Río de la Plata? Mercantes, de guerre, veleros, cruceros, naves de gran porte, pequeñas?

JAV: Por supuesto que el tipo de buque que mayores percances ha padecido, según las épocas, son los mercantes de mediano porte, víctimas de las corrientes traicioneras o del Banco Inglés.

LR: Conocés algo acerca del naufragio del Mariana y la desaparición de Pablo Valls? Podés dar algún dato esclarecedor sobre lo que ocurrió con el barco y su único tripulante? Y sobre la actuación de la Prefectura de Santiago Vazquez en la investigación del caso?

JAV: No tengo conocimiento del naufragio del Mariana ni, en consecuencia, de la desaparición de Pablo Valls. Me gustaría información al respecto para completar la lista que estoy llevando con miras a un próximo libro.

LR: Qué secreto guarda la historia del naufragio del Agamemnon?

JAV: El AGAMEMNON descansa en la bahía de Maldonado, a escasos 500 metros de la playa Mansa. Naufragó de puro viejo, se desencuadernó al haber anclado sobre el "bajo del Monarca" y sobrevenir la bajante. Barco de línea, el predilecto del Nelson de los años jóvenes, conserva el secreto de sus amores con la subyugante Lady Hamilton, esposa del embajador inglés en Nápoles, con la que Nelson tuvo un cálido romance en su recámara.

LR: A qué se deben la mayoría de los naufragios en el Río de la Plata? Hay una causa principal?

JAV: Los naufragios en el Río de la Plata suelen tener una etapa previa: el encallamiento. No se precipitan en las profundidades sino que quedan varados cerca de la costa. El peligro dura mientras dura la tormenta, luego que las aguas calman el rescate resulta fácil, a veces hasta se han salvado por si mismos. A diferencia de lo que acontece en costas más bravías como las chilenas donde la profundidad de las aguas y el oleaje no perdonan.

LR: Existen misterios o leyendas contemporáneas relacionadas con naufragios?

JAV: Muchos son los misterios y las leyendas que circulan sobre las aguas del Río de la Plata. ¿De donde viene el nombre de Banco Inglés? Seguramente del naufragio de la barca Francis, propiedad del corsario (para nosotros) y caballero de la Reina (para los británicos) Sir Francis Drake, piloteada por su sobrino John Drake. Muchos otros episodios del pasado esperan las respuestas de la historia y de la arqueología subacuática para develar misterios.

LR: Hay muchos naufragios provocados intencionalmente?

JAV: Supongo que deben haber existido algunos naufragios intencionales para cobrar el seguro. Por lo menos resulta previsible en algunos casos en que el viaje se verificaba como el último permitido antes de exigirse una renovación y puesta a punto para permitir el reaseguro.

LR: Se han encontrado tesoros en los naufragios del Río de la Plata o de la costa rochense?

JAV: Los tesoros en el fondo del mar en el Río de la Plata son muy escasos. No lo son en el Caribe o regiones donde las profundidades volvieron inviolables los pecios hasta llegar a la moderna tecnología después de la Segunda Guerra Mundial en que varios buzos torpedistas norteamericanos quedaron sin trabajo y se dedicaron a profundizar en busca de los galeones sumergidos. En el Río de la Plata, dada su escasa profundidad, fueron buceados y rescatados por las autoridades españolas. En 1763, cuando la expedición de Bougainville pasa por la isla Gorriti, el abate Pernetty se sorprende de un grupo de esclavos que eran obligados a zambullirse embadurnados en aceite en procura de monedas de oro. Se le explicó que se trataba de monedas de oro y plata de un antiguo navío inglés, el SEA HORSE, naufragado en 1728, es decir que durante más de 35 años estuvieron buceando. Pocas monedas deben quedar. El único naufragio donde, por haberse desperdigado el casco en varios pedazos, no pudo encontrarse el grueso de la carga en contrabando de monedas de oro, fue el de NUESTRA SEÑORA DE LA LUZ, encontrada por Rubén Collado. Toda una leyenda moderna en cuanto a la cantidad de monedas y objetos rescatados, salpimentada por la personalidad especial del buscador de tesoros argentino.

LR: Se conservan mejor los restos arqueológicos en el río que en el mar?

JAV: Según opinión de los científicos y arqueólogos subacuáticos los pecios se conservan mejor en el agua dulce y fundamentalmente si se entierran en el fango, que los protege de la depredación y el deterioro. Pero los fondos son esencialmente movibles y suelen taparse y destaparse máxime si están cerca de la costa.

LR: Navegaban por el Río de la Plata los pobladores precolombinos? Cruzaban el río? Era el río parte de su hábitat o vivían de espaldas a él?

Los indígenas navegaban en los ríos interiores, en la zona del Río de la Plata no era factible encontrar troncos apropiados para una navegación más alejada de la costa. Con todo existen relatos de que cruzaban el Río de la Plata...

LR: Cuál es el origen de los faros?

JAV: Respecto de los faros existen desde la más remota antigüedad. Se encendían hogueras durante las noches en las montañas para guiar el regreso de las embarcaciones. Tuve oportunidad, en el corriente año, de visitar la isla de Pharos en Alejandría, Egipto, isla de la que deriva el nombre de faro, considerado una de las 7 maravillas del mundo antiguo. Hoy existe un fuerte construido por el sultán Quaitbay en el lugar donde antes se levantó el faro, derruido por un terremoto hacia el año 400 de nuestra era.

LR: Qué es PARA VOS un faro? Qué significado tiene en tu imaginario?

JAV: La finalidad de los faros ha ido evolucionando con los años. Me maravilló darme cuenta de que en un principio los faros fueron construidos para señalar peligros aislados de la navegación y luego pasaron a señalar una ruta solidaria por los caminos del mar. Ya no tanto para prevenir peligros aislados sino para indicar un camino seguro en la oscuridad.

LR: Cuál considerás el faro más emblemático de nuestras costas?

JAV: El faro más emblemático tal vez lo sea el del cabo Polonio. Cuando los marinos lo avistan sienten que están llegando a casa, que a la tarde siguiente estarán desembarcando en su punto de destino. Desde el punto de vista de su altura y potencia el más emblemático es el de la isla de Lobos y desde el punto de vista histórico el de la isla de Flores.

LR: Por qué creés que los faros ejercen tanta atracción sobre los hombres?

JAV: La fascinación la despiertan los faros porque suelen ser la frutilla de la torta. Construidos en lugares apartados, aislados del mundo y de la gente, acaparaban los mejores paisajes y veían los mejores atardeceres. Claro que en los tiempos modernos los faros quedaron en medio de los balnearios o casi frente a las ciudades pero en nuestra época se ha perdido mucho sentimiento de poesía en todos los campos.

LR: Existen todavía los fareros? Queda alguno?

JAV: Todavía existen los fareros. Cada vez menos porque los faros se automatizan. De todas maneras se los llama faros tripulados a los que cuentan con personal.


LA EPOPEYA DEL OLD EGGS

NAVEGAR ES PRECISO Y EL DIABLO LABURA LAS 24 HORAS

por Alita Wexler


-Estos huevos están viejos!, clamó Yogurtu Ngué mientras freía dos para echar encima de las milanesas que en cantidad interminable había preparado Latro-La para toda la tripulación.

-Cómo que están viejos?, preguntó toda la tripula al unísono.

-Y, no ven que están chatos y blandengues. Cuando están así, es que son viejos. Los huevos nuevos son más parados y duros.

-Vaya, qué coincidencia ... dijo Trián-Gulo.

Inmediatamente, la tripulación, también por unanimidad, adoptó el nuevo nombre para el barco: Old Eggs.

El hecho de estar viejos, chatos y blandengues, no impidió que Yogurtu los consumiera con tal deleite que Gavilan-Oh se sintió tentado y Latro-La le preparó un viejo ... digo un huevo a él también y luego otro para ella misma. Todos los huevos de abordo estaban viejos ... vaya! qué coincidencia!

El Old Eggs había comenzado su singladura el martes por la noche, embarcando a sus seis tripulantes que casi no se conocían entre sí. Decididos a navegar, navegaron en una noche maravillosa, de esas que hacen que uno se sienta en comunión con el universo. Una navegación placentera, con el genoa y el foque desplegados en la proa y la vela de termotanque en popa. Sí, porque el Old Eggs es el único barco aparejado con mayor y termotanque.

Gill-Da, que entiende mucho de barcos, enseguida identificó el termotanque en el camarote de popa ... Y bueno, quién no habría de confundir el mesana pasante con un termotanque?

Navegando por navegar, sólo porque es preciso, doblamos la punta Piedras y trazamos una recta que cortó la Bahía de Samborombón hasta llegar a unas 10 millas al norte de Punta Rasa. Allí viramos 180º. y, desandando nuestra estela, decidimos hacer puerto en Colonia. El aviso de temporal para los próximos días nos aconsejó prudencia y nos desalentó de nuestra primera intención a Punta del Este o Buceo.

Algunos malintencionados dicen que garreó Colonia y se fue a180 millas de Tigre.

Otros, con peor intención aún, dicen que teníamos el compás mareado.

Pero nosotros navegamos. Muchas millas serenas en el elegante Old Eggs, un ketch de 49 pies diseñado por Domato, que su capitán y anfitrión puso generosa, y temerariamente por cierto, a nuestra disposición.

La estadía de varios días en Colonia fue un rosario de placeres.

La cocina de Trián-gulo era francamente orgiástica. Merecía, y le hicimos los correspondientes honores, ser regada abundantemente por esa interminable cantidad de vinos tintos que brotaban del barco como el musguito en la piedrá.

No sé si habrá sido la comida, o el vino, o el balanceo del barco en las aguas tormentosas del desprotegido puerto de Colonia, pero empezamos todos a sufrir los síntomas del boludismo, enfermedad que solían transmitir las ratas pero que ahora ha hecho nido en cantidades masivas de humanos, no siendo los navegantes una excepción.

Consecuente con su estilo certero y filoso, identificando elementos y materiales abordo, Gill-Da expresó su asombro por lo poco que se parecía a la teca el piso de teca de la cabina. Claro que el piso de la cabina no era de teca, como ya habrán comprendido ustedes ...

Chama-naaaaa nos instruyó en el arte de las horas. Cada sección del día es ideal para una función humana determinada. Confieso que la única sección que recuerdo es la de las 19 a 21 hs, que según Chama sería la hora ideal para el sexo. No sé por qué ese lapso nos encontraba siempre a todos comiendo alguna tardía merienda y a algunos disfrutando del vibrador de asiento de la dinet ...

Efectivamente, nuestra inefable Gill-Da había descubierto esa función que Yogurtu Ngué sabiamente había instalado para beneficio de sus tripulantes e invitados, y que se ponía en marcha automáticamente con el generador. Claro que Chama-naaaaaaa también aprovechaba de las mieles vibraticias, especialmente en ese especial horario, mientras Latro-la no entendía por qué siempre terminaba (en el sentido literal de la palabra muchachis) en el asiento de enfrente, privada de las ventajas del vibrador pero sometida a los infaltables chistes de Gavilan-Oh. En fin. No todas tienen la misma suerte.

Hablando de vibraciones, Gill-Da no dudó en afirmar categóricamente que lo único que la hacía volar era la Isla Negra de Neruda. “Esto habla muy mal de tus hombres” sentenció Gavilan-Oh, con cara de si te agarro vas a ver lo que es volar.

Mientras este sustancioso diálogo tenía lugar en el casco viejo de Colonia, la anunciada lluvia nos tomó caminando en procura de tortas fritas que eran el repentino antojo de Latro-La.

Pasó alguien corriendo, como huyendo de la lluvia, lo que provocó el comentario técnico de Trián-Gulo: “Para qué corre si más adelante también llueve?”. Horas después, Latro-La logró convencer con argumentos contundentes a Trián-Gulo, que aquel experimento que clamaba haber visto en Discovery Channel o algo así, por el cual habían comprobado que dos personas que pasan por el mismo lugar sometidas a rociadores parejos, una caminando y la otra corriendo, reciben la misma cantidad de agua, según surgiría del peso idéntico de los trajes que llevaban puestos durante el evento, que ese experimento era un fraude y que si una persona camina recibe el agua durante más tiempo que si hace el mismo trayecto corriendo. La parábola del cuenco funcionó mejor que todas las triangulaciones a que Trián nos tenía acostumbrados y con las que nos dejaba mudos.

Y hablando de cuencos, Chama-naaaaa nos ofreció a todos una sesión de cuencos tibetanos para cuando regresáramos. También nos contó sus orígenes entre abejas y garrafas, ya que su padre se dedicaba a criar abejas y vender garrafas. Ello hizo que la poetisa del grupo, Latro-La, dejara volar su imaginación para crear la “Balada de Chama-naaaaa, de la garrafa al cuenco”, que tuvo gran aceptación entre la tripulación. Salvo Chama por supuesto.

Volviendo a la caminata bajo la lluvia, en la que, por seguir el consejo de Trián durante horas hasta que lo convencimos de lo contrario, la desarrollamos lentamente y absorbiendo todo el agua que caía sin desperdiciar ni una gotita .... volviendo a la caminata digo, finalmente encontramos un lugar que hacía tortas fritas. Después de media hora de espera, bajo techo eso sí, nos hicimos con media docena de enormes tortas fritas chatas como cagada de yack (nuestra Gill-Da es un manantial).

Estaban deliciosas. Valieron la espera y la empapada.

Ya instalados nuevamente en la cabina del Old Eggs, entre mates y tortas fritas, y mientras Yogurtu intentaba denodadamente enderezar el inodoro del baño del camarote principal que graciosamente había cedido a las tres doncellas marinas Chama-naaaaa, Gill-Da y Latro-La lo que le hizo sospechar que en algún momento se habrían sentado las tres juntas en el inmaculado trono porque había quedado irremediablemente escorado a estribor, entre mates y tortas fritas decía, Gavilan-Oh nos deleitaba con sus chistes y anécdotas que provocaban las risas histéricas de las mentadas doncellas que, a mi parecer, más deseaban complacerlo que encontraban graciosas sus historias.

Pero hay una de esas anécdotas que merece ser difundida. Cuenta Gavilan-Oh que estaba arribando en un velero a Palmira con un uruguayo abordo que conocía de navegación menos que la tripulación del Old Eggs (sin querer ofender a nadie, por favor no tomar a pecho). Iban arrastrando un gomón e iban a fondear al ancla. Prepara entonces la maniobra de fondeo en proa e instruye al uruguayo para que suelte el ancla cuando él se lo ordene. Llegado al punto indicado, vira para ponerse al viento y da la orden al charrúa: “Soltá proa!”, a lo cual el improvisado proero responde: “Ta”, y larga el fondeo. Y el ancla hizo cabeza enseguida. Hizo cabeza en el gomón! que se había deslizado hacia la proa!

En fin. “El diablo labura las 24 horas”, gusta de sentenciar Gavilan-Oh, mientras come sus consabidas “galletitas de zoológico” que supo conseguir para la provista, y escucha las “Siete Estaciones” ... “de Vivaldi?” pregunta incrédulo Trián-gulo. “No, del tren”, contesta Latro-La con su lengua viperina.

Comimos, bebimos, bailamos abordo y en las calles, nos reímos hasta doblarnos en dos, dormimos, nos mojamos, paseamos, compramos tortas fritas, sufrimos de severo boludismo, pero sobre todo, navegamos. Y como ustedes saben amigos nautas, navegar ... es preciso. Lo demás ... fue lujo.


Alita