DONDE ESTA?

UNA OPCION DISTINTA - por El Viejito del Acordeón

Aporte de Hugo W. Barzola
Publicado en la revista A TODA VELA
Texto y Fotos: El viejito del acordeón.
Diagramación: L. M. Bukavec.

Cuando en el Club Náutico Sarandí el 'Papa Golf" (en el léxico radioperacíonal de Prefectura, 'Papa Golf" significa Prefecto General) Oscar Risso, comentó que saldría de crucero en el ''ANDARIN III', hacia San Clemente del Tuyú y escalas, los contertulios se miraron entre sí y preguntaron:
-Con el loco Tito M.?¿Por qué justamente a esa zona? ¿No es un barco muy chico?-...
Y cuando éste se retiró, arreciaron los comentarios como: -Habiendo tantos puertitos lindos en la costa uruguaya, cercanos unos de otros, a quién se le ocurre ir para esos lados... -¿Estos dos" rayados" qué pretenden? Hacer patria arrastrando el C ... por los cangrejales?
En parte tenían razón en lo de "rayados", pues si observamos sus ''curriculums" el "Papa golf" (52 años), es además de piloto de yate, piloto aviador, paracaidista, operador radiotelefónico restringido, etc. y el "Loco” Tito (67 años) piloto de yate con 61 años de navegante, muchas millas bajo la quilla y un sonado naufragio, hace muchísimos años, en la zona de Punta Médanos, con un pesquerito de 5,60m. de eslora.
Como "Dios los cría y ellos se juntan", así lo hicieron, zarpando en un 22 pies de eslora, 2,82 ms. de manga y 0,75 ms. de calado mínimo, más o menos bien preparado para navegación oceánica, a las 0040 hs. del miércoles 18/11/87.
Como el agua estaba crecida y soplaba viento E-NE a 30 Km/ph, con foque y mayor cruzaron el Canal Mitre a la altura de Olivos, para tirarse a Colonia R.O.U., donde Tito tenía que realizar una entrevista.
Dejando atrás unas 3 Ms. el Canal Mitre; equilibrando las velas, y atando el timón, no encontrando nada mejor que irse a dormir para evitarse los sobresaltos que significa navegar en la zona de Playa Honda, donde las boyas de casco a pique o están apagadas, o los cascos están corridos, de modo que lo más seguro y sano es confiar en Dios.
Los despertó la claridad del alba, mostrándoles por la amura de babor la Isla Farallón. Continuaron el mismo borde, hasta tener por el través el Puerto Franco de Colonia y tiraron el otro borde hacia el Puerto de Yachting, entrando alrededor de las 1000 hs.
A la tarde un tapicero muy amable les repasó algunas de las costuras de la chubasquera, que no estaban en muy buenas condiciones, y terminada la tramitación, que los había llevado a Colonia, volvieron despachados en Prefectura al Club donde una vez embarcados y cenados, "morfeo" los sumió en el más dulce de los sueños.
A ese respecto, debo acotar, que es notable la suavidad con que ronca "Papa Golf'' similar a la de un taladro neumático de romper pavimentos; pero corno el otro tampoco dormía con sordina, no se molestaron mutuamente.
19/11/87. A las 07.15 hs. zarparon de Colonia a Rv. 145º. y con un promedio de 3,5 Ns., viento de ceñida, continuaron hasta las 14.25 hs. en que se les negó el viento y tuvieron que modificar el Rv. a 170°.
A las 18.30 hs., cerca del Banco Magdalena, cambiaron de amura a Rv. 60º. A las 22.15 hs. tiraron el otro borde a Rv. 170º. y achicaron paño para navegar más confortablemente, pues el oleaje era bastante grande por esa zona de la "Oyarvide".
Otro borde luego hasta el Canal Punta Indio y nuevo cambio de amura.
Siendo las 23.30 hs. 'Tito se va a dorrnir para reponer energías.
20/11/87. 01.30 hs. Un sonido de agua en cascada lo despierta; prende la luz y observa medio dormido como el agua salta rebalsando las cuchetas de proa, hacia popa, a pesar de ser compartimentadas, pues están llenas. Comienza la operación "desagote”: bomba de achique y balde; se trabaja febrilmente, resbalando, golpeándose, etc. A pesar de la situación hubo momentos realmente cómicos, como cuando con balde y todo, el "Papa Golf" cayó sobre la mesa de navegación, derramando todo el contenido sobre la misma.
De ahí en más, no se preocuparon del rumbo, sino de que el barco navegase en forma tal que la proa no se hundiese, para no seguir embarcando agua. Empapados, molidos, reventados; los sorprendió el alba, habiendo achicado más de 280 litros de agua, sin saber por dónde entraba; sospechando que por el sensor de la corredera, recientemente instalada.
Para que levantara la proa, realizaron la titánica tarea de estibar todo lo de proa, a popa.
Se puso rumbo al Sur y "Papa Golf" agotado, se tiró a "apoliyar" y el sonido del “taladro neumático'' tapó el silbido del viento sobre las jarcias.
Tres horas le bastaron; y un poderoso café con leche levantó los espíritus y permitió a 'Tito apoliyar dos horas con la barriga llena.
Cuando éste se levantó y previo unos poderosos emparedados, achicaron el resto del agua que: Oh, insondable misterio ... no habla entrado más. Allí comenzaron dos clases de elucubraciones: por dónde ''m.....'' entraría, pues por la corredera no era, y dónde diablos se encontrarían, pues a partir del "gran despiporre", la planilla de estima y la carta náutica fueron dos objetos ignorados. Además tierra no habían visto desde el obscurecer.
Una precisa medición radiogoniométrica al SODRE, estación de radio recomendable por su potencia, programación y partes meteorológicos, les informó que a 50o. tenían a Montevideo; así que en las vecindades de Africa no andaban.
Entonces elaboraron un astuto plan, que ya Cristóbal Colón en 1492 habla realizado con éxito: "navegando hacia el W encontrarían tierra".
Así lo hicieron, a las 13.30 hs. El barco impulsado por el viento franco por primera vez en el viaje, desarrollaba por el agua límpida y salada, una velocidad de 4,5 Ns. Gozando de esa placentera navegación, al "Papa Golf", se le ocurrió que el problema radicaría en , la caja de cadenas, y allí metió la cabeza; sacándola asombrado, pues en la parte posterior, por no haber sido bien entelada y plastificada, penetraba perfectamente en un vértice la mano y en el otro, el puño.
Con un trapo rejilla y masilla Nódulo, se hizo la obturación provisoria, que les evitaría otra página, corno la de la noche anterior.
A eso de las 18.00 hs., visitaron tierra y se acercaron a ella, hasta encontrar un metro de profundidad.
La costa era muy baja y se veía a través de la lluvia, que al fondo circulaban numerosos autos y camiones. En el "ANDARIN III", se han reemplazado los antiguos y tradicionales flechastes sobre los obenques, por una versión más moderna, escalones de acero inoxidable remachados al mástil, pues Tito, su anciano propietario, ya no está en condiciones de trepar a pulso. Ese comodísimo sistema permitió al "Papa Golf'' subir con sus 95 Kg. hasta la Cruceta, para visualizar una entrada, en esa costa baja. Así, con 0,80 m. de profundidad, se metieron en un río, que no tenía mas de 100 metros de longitud.
Una nueva trepada a la cruceta les permitió ver a unos 300 metros más al Norte, una entrada aparentemente más importante y allí se dirigieron, entre el saltar de las "lisas", que pululaban en una forma realmente impresionante. Hay dos palitas clavadas que dejaron por estribor.
Así, ingresaron en un arroyo de costas bajas donde pululaban los cangrejos, y fondearon unos 100 metros antes de un puente carretero con intenso tránsito, desde donde muchos de los micros que pasaban, saludaban y tocaban bocina.
Una lancha con motor fuera borda, que salió con pescadores, les informó que estaban en el Río Samborombón y que 40 m. antes del puente había clavados en el fondo unos peligrosos rieles que velaban en bajamar. Como querían dar noticias de ellos a sus familiares, inflaron a pulmón un pequeño bote de goma (para una persona y media) y mientras Tito preparaba una suculenta cena, el "Papa Golf" se embarcó en él y fue a dar a una especie de playita cubierta de cangrejos.
Tanteó con el remo el suelo, que le pareció lo suficientemente firme y saltó a tierra, es decir al barro; pues inmediatamente, su humanidad, se enterró hasta el pecho antes de encontrar piso firme. Para salir de esa situación, inició una sensual danza del vientre que le permitió irse lentamente desplazando entre los cangrejos hasta salir del lodazal.
Cargó el bote y los remos, y caminó hasta el puente caminero, debajo del cual se desvistió y lavó la campera, los pantalones, camisa, etc. Eso de lavar es una forma de decir, pues por el río San Borombón circula un barro semilíquido salobre, que para lo que menos sirve es para lavar.
Una vez hecho esto, se dirigió a una confitería-bar llamado "Bahía Rica", que está a unos 300 metros del puente, cuyos dueños, gente muy gaucha y amable, le prometieron que irían a Verónica y por intermedio de un tal Bevilacqua, transmitírían sus mensajes a los familiares.
Al otro día, aprovechando el regreso de una lancha, de unos acampantes, Tito se hizo remolcar y fue a tierra para requerir los resultados de la comunicación, conseguir agua potable y un mate, pues el de ellos se había desfondado. En "Bahía Rica" le informaron de la feliz comunicación, le prestaron un mate y le dieron agua dulce, cosa muy crítica en esa región, pues la tienen que traer de lejos porque la de la zona es completamente salobre. Enterados que 3 Km. más al Sud se halla la desembocadura del Río Salado, con un destacamento de Prefectura, decidieron partir para ella, en cuanto se produjese la creciente. Hay que aclarar que en esa zona, si bien los barcos se varan, por la naturaleza del fondo que es muy fangoso, el barco no queda escorado, lo que brinda comodidad para la vida de abordo. También por esa misma razón, es muy difícil determinar la profundidad exacta ya sea con una cañita o con un escandallo; por eso lo más práctico es la sonda ecoica. A eso de las 15.30 hs. se produjo la creciente a gran velocidad, al punto tal que el sensor de la ecosonda que estaba sumergido en el barro en escasos minutos indicaba un metro de profundidad. Media hora después, con buena profundidad, zarparon para el Río Salado.
Por si alguien desea intentar una aventurita similar, debo informarle, que la navegación "por la humedad" en esa zona de bancos, no es tan difícil si se cuenta con ecosonda y si se observa bien el agua, pues cuando parece espejo, es un banco; y donde mas rizadita está la superficie, más agua hay. Así las cosas, navegaron a unos 500 ms. de la costa, paralelos a la misma, hasta ver la antena y el edificio de la Prefectura. Luego, divisaron un palo clavado en el agua y para allí rumbearon. "Papa Golf" se trepó a la cruceta para ver mejor la entrada y tornar fotografías de la misma.
Entrando, se encuentra sobre la margen derecha, una baliza luminosa que facilita el acceso nocturno. Dentro del río, que es de aguas límpidas, hay arriba de tres metros de profundidad. Fondeados al ancla, pues no existe un buen muelle para atracar, se desembarcaron en el botecito inflable con el rol y los recibió un oficial de Prefectura el Sr. Ramón Candarle, con el cual matearon y departieron amablernente. La inminencia de un "pampero'' que reventó con lluvia a los pocos minutos, los hizo regresar al barco, después de haber comprado a un viejo pescador de la zona cuatro hermosas corvinas y una lisa, que cocinadas en una cacerola-horno con perejil, orégano, vino y limón fueron a parar como cena a sus abultadas “bodegas".
Llegó así la hora del descanso.


22/02/87 Antes del amanecer, se levantaron, pues la pleamar era alrededor de las 06.20 hs; con las primeras luces zarparon hacia la Ría de Ajó con viento SE, para no variar, bien de trompa. El primer borde lo tiraron bien al Este, hasta perder de vista la costa y los demás, entre los 5 y 14 metros de profundidad.
A eso de las 18.00 hs. avistaron el Faro San Antonio y parte de la costa Sur de la Bahía de Samborombón.
Al anochecer, vieron en el cielo el pequeño resplandor de General Lavalle y para localizar la baliza de entrada, navegaron sobre la marcación de 75º. al Faro San Antonio, hasta visualizar la baliza, pero por la escasez de agua, se vararon unos 500 metros antes de llegar a ella, por lo que, siendo las 23.30 hs. fondearon al ancla y ... a sus respectivas conejeras ...

23/02/87 Se despertaron al alba y como crecía la marea, decidieron entrar, tomando como enfilación la baliza por popa. Ello les permitió, entrar sin dificultades en la ría, justito cuando se comenzaba a disipar la cerrazón que la cubría, lo que les permitió seguir avanzando velozmente, pues crecía con fuerza.

El río es bonito, profundo, con costas bajas donde pulo lan los cangrejos y vuelan
 infinidad de flamencos, cuervos, garzas, (muchas de las cuales son rosadas), etc.
A las 07.00 hs., teniendo a la vista el campanario de la Iglesia de General Lavalle,
 decidieron fondear, para tener privacidad y poder higienizarse y desayunar. Así lo hicieron, pero cuando intentaron izar el ancla, no lo consiguieron, pese a varias técnicas que emplearon para lograrlo. La sonda marcaba 5,50 metros de profundidad y la corredera, 2 nudos de velocidad de la correntada; realmente, no eran las condiciones ideales para intentar el rescate del ancla, pero Tito, a quien por algo lo llaman el "loco", atándose un cabo con un nudo corredizo a la muñeca, intentó agarrándose de la cadena, tres veces infructuosamente, por el dolor de oídos; pero en la cuarta pudo llegar al ancla, colocar el nudo corredizo a una uña y tantear que estaba entre piedras, pero se le acabó el aire, por lo que tuvo que ascender rápidamente, sin tomarse del cabo o de la cadena, con lo que la correntada, hizo que emergiera, lejos del barco.
En el interín, como demoraba mucho en salir, "Papa Golf" aprestó el salvavidas y un cabo, que cuando "Tito" apareció, se lo arrojó, con tan mala suerte, que el otro extremo se le escapó. "Tito" nadando con salvavidas y cabo, se dirigió a la costa, pensando ir caminando por ella, hasta más arriba del lugar donde estaba el "ANDARIN III" para neutralizar la correntada, pero cuando se acercó a ella, la presencia de miles de cangrejos, lo disuadió, y sólo atinó a remontar muy lentamente, por donde hacía pie, en 1,20 m. de profundidad.
 Mientras tanto, "Papa Golf" corrió al V.H.F. a pedir auxilio, con tanta suerte, que dos pescadores, lo escucharon y salieron remando velozmente en una chalana, para auxiliar a "Tito". Cuando éste se trepó, notó que estaba cortajeado en las manos y pies, rodillas, etc., y hasta el short, corno si hubiese mantenido un duelo con ho¬jas de afeitar, seguramente ello fue debido a los "dientes de perro" (caracolillos muy filosos) adheridos a las piedras.
Llegados a bordo los pescadores García y Gonzalez (dos nombres difíciles de retener), sumaron sus esfuerzos para recobrar el ancla, tirando de la cadena y los dos tripulantes, halando del cabo con un molinete del "genoa". Así, consiguieron bajar la proa unos 40 centímetros, y se dio moto a fondo. Al segundo intento, el barco avanzó unos 5 metros, con respecto a la costa; al comunicárselo, uno de los pescadores, propuso ir para la costa, en el nuevo intento, en busca de menor profundidad para poder trabajar mejor. Al hacerlo así, la proa pegó un salto hacia arriba, señal evidente que el ancla se había liberado y la izaron sin dificultad.

Por si alguno va a esa zona, le informo, que el río no tiene piedras y que donde se enganchó el ancla fue en los escombros de un mueIle derrumbado, que se visualiza tácilmente sobre la margen izquierda, al remontar.
Muy contentos y agradecidos por el accionar de los pescadores, continuaron hasta el puerto de General LavaIle, donde se amarraron frente a la Prefectura.

Olvidé explicar, que "Papa Golf", una vez que se comunicó por V.H.F. con los pescadores, se puso a inflar a pulmón desesperadamente el bote neumático, consiguiendo hacerlo en tiempo récord.

El pueblo de General LavaIle, es una de esas ciudades típicas del interior, donde la vida, parece transcurrir sin prisa. Las ovejas pastando tranquilamente en las veredas, los pollos y los patos caminando confiadamente por las mismas y la poca gente que circula por ellas, haciéndolo sin apuro.
 La Municipalidad, muy pintadita, con reminiscencias de la Casa de Tucumán.
El Museo instalado en una antiquísima casa, es uno de los atractivos que se presentan al turista. La iglesia, muy arregladita data de 1892. Existe un ahumadero y saladero de pescado y puede según creo, comprarse pescado bien fresco, directamente en las lanchas pescadoras. Unos pocos servicios de microómnibus, la conectan con San Clemente del Tuyú, distante aproximadamente unos 30 km. y así lo hicieron los dos aventureros, para conseguir masilla y rollo de película que se le habían terminado.

24/02/87 Al otro día, en medio de lluvias interminables, zarparon a eso de las 09.30 hs., rumbo al último puerto a tocar, el de San Clemente del Tuyú. Rv. 25° hasta en¬contrar algo de agua a unos 3 rns. de la costa y luego, con un ojo en la ecosonda, a Rv. 90º. en dirección al Faro San Antonio.
 A media milla de la baliza de entrada, se quedaron sin agua, siendo las 13.00 hs. A la espera de la creciente, fondearon ancla y almorzaron.
A eso de las 15.00 hs., comenzó la creciente y al rato levaron ancla e inten¬taron llegar a la baliza, pero no encontraron agua por ningún lado, por lo que decidieron salir para el Norte, en busca de aguas mas profundas. En eso intervino "el de allá arriba" y apareció una
 lancha pescadora que regresaba de una excursión de pesca, con turistas; a la cual siguieron en la estela, descubriendo unas varillitas casi invisibles, entre las que había que pasar, para acercarse a la baliza.
Así penetraron en la ría de San Clemente y llegaron hasta la "Tapera de Lopez", que es un club náutico que tiene una darsenita y un embarcadero, pero con casi nada de agua en bajamar.
 Averiguaron con el capitán del pesquero la ruta al puerto, pero éste, con muy buen criterio, les aconsejó no intentarlo, por las dificultades que ello representaba. Este está después de "Mundo Marino", hermoso espectáculo, que debe enorgullecernos a los argentinos.
Lamentablemente el puerto queda casi seco, corno podrán apreciarlo en la fotografía, a tal punto, que un catamarán para turistas, queda varado.

A mi modesto entender, en caso de temporal del sudeste, que puede durar tres o cuatro días, lo mas aconsejable, si el calado lo permite, es fondearse en la Ría de Ajó, mucho más sencilla de entrar, aunque sea de noche pues se ven las luces del puerto; más reparada, sin problemas de profundidad dentro, con un puerto en el mismo pueblo, lo que favorece el avituallamiento y hasta con la ventaja de teléfono a pocos pasos del barco.
Como ambos tenían que estar en la Capital el viernes siguiente a más tardar; el viento no se presentaba propicio, pues se había virado al Norte y el lugar no era nada atrayente como para estar fondeados al ancla, decidieron de común acuerdo zarpar para San Isidro, pues el tiempo se presentaba Iluvioso y con poco viento.
 Así, a las 16 hs. partieron; después de cruzar la baliza y las "micro balizas" (de alguna manera hay que denominar las cañitas), tiraron el primer borde a tierra Rv. 330" y como estaba crecido se largaron por arriba del banco del Tuyú, con 1,20ms. de profundidad, sobre el cual, pese al poco viento, arbolaba una marejada bastante molesta, que con vientos más fuertes, podría hacer peligrar una embarcación. A las 1900 hs. habiendo recorrido 8 Ms., con 13 m. de agua bajo la quilla, tiraron el otro borde a Rv.45° hasta que a las 23.30 hs. con 18 m. de profundidad, tuvieron que modificar el rumbo a 70º.
25/02/87 – 03.00 hs. Cambiaron de amura a Rv. 3259º., cuando ya llevaban 25,6Ms. recorridas. A las 09.45 hs. el viento sólo les permitió un Rv. 310o., a las 11.15 hs. Rv. 320° y a las 16.00 hs. Rv. 330o, tenían por el travez Punta Piedras, cuando el ingerido de la driza de mayor cedió, y tuvieron que arreglarla provisoriamente y rápidamente, porque por el SW, se venía una nube rnedio rara, por lo que achicaron genoa con el enrollador y con el ''rolIIng" achicaron mayor hasta el baten inferior. Unos pocos minutos de viento no demasiado fuerte, fueron el aperitivo de lo que vendría después.
A eso de las 18.00 hs. se vino, siempre del SW, un frente impresionante, de ésos que, cuando uno está en tierra, le hace pensar "Que suerte que no me agarra navegando..." 
Era un paredón gris obscuro, todo revuelto, de una altura impresionante, con una banda violeta obscuro pegada contra el agua; acompañado de una intensa cohetería y rayos, a tal punto que primero colocaron el parrarayos (cable de cobre muy grueso del estay al agua) y luego redujeron mayor hasta el baten superior y enrollaron el genoa dejándolo con una superficie menor de un metro cuadrado. Corno venía desde tierra, decidieron correrlo los primeros minutos. Vino con agua a baldes, rachas de hasta 120 krn/ph, según informó luego el Guardacostas Prefecto Fiqué, que se hallaba en la zona; y lo que fue peor comenzaron a caer huevos de hielo, que si les hubiesen pegado en la cabeza, los habrían "averiado seriamente", por lo cual decidieron capear y al ver lo bien que se comportaba, ataron el timón, equilibraron las velas y se metieron en la cabina, donde para matar el tiempo, no se les ocurrió nada mejor, que preparar una abundante cena, para reparar las energías perdidas por la mojadura.
A las 21.30 hs., "Tito" se hizo cargo de la guardia afuera, a pesar de la "noche de perros", pues se veían algunas luces de barcos en la zona, y largó algo del genoa pues el viento había aminorado.

26/02/87. 00.20 hs. "Papa Golf" se despierta y toma la guardia del timón, con el "maldito" NW. como si fuese una cargada. Deciden tirar bordes entre 2 y 5 m. de profundidad, para no meterse en el camino de los barcos grandes. A pesar del poco viento, deciden no largar paño a la mayor, pues relampagueaba mucho y si el Norte se quedaba, seguramente "tendrían baile". Así fue: de 03.00 hs. a 05.00 hs. se largó otro "pampero" mientras Tito dormía plácidamente, y que "Papa Golf", tuvo que bancarse el timón solito; habiendo reducido bastante el genoa.
 05.40 hs.
Se despierta Tito con las últimas rachas del "Pampero" que se va quedando, larga todo el trapo, el barco comienza a andar bien, a buen rumbo, pero al levantarse el sol, sobreviene una calma "aceitosa", por lo que pone el B.M.W. gasolerito, a 3 Ns. para ir adelantando camino.
 Así suavemente con "viento de sentina" comienza a desfilar la costa, Punta Indio, Punta Atalaya, etc. A las 11.00 hs. ven los "fosforitos" de Ensenada y a las 12.30 hs. pasan frente a las torres de entrada al Puerto de Ensenada. A las17.00 frente a Quilmes se levanta un suave viento del Este, el segundo viento bien franco de todo el viaje, por lo que aprovechan a izar otra genoa, en "oreja de burro" y apagar el motor.
El obscurecer, los toma a Buenos Aires y a las 23.40 hs. arriban con toda felicidad, al Club Náutico Sarandí, dando fin a una "opción diferente" y lo que lo hizo más interesante, como no habían conseguido cartas de la zona de la Bahía de Samborombón, lo hicieron empleando una carta de la vieja y recordada "Gia Neptunia" tercera edición de 1949,que a pesar de los 38 años transcurridos, les resultó de suma utilidad.

1 comentario:

la recalada dijo...

gracias kolo! lo mismo para vos! buenos vientos y mucha agua bajo la quilla!