DONDE ESTA?

PUERTOS Y BARCAS

EL ARTE NAUTICO

En 2004 la UCA realizó una exposición de arte relacionado con los puertos y las barcas, exhibiendo obras de grandes pintores.
Gracias al aporte de Yudina, encontramos esta perla que presentaremos en entregas. Aquí va la primera. Esperamos que la disfruten!


Publicado por la Pontificia Universidad Católica Argentina

Pabellón de las Bellas Artes

Auspicia Secretaría de Cultura - Presidencia de la Nación

http://200.16.86.38/uca/common/grupo50/files/catalogos-desplegables/06_puertos_cat.pdf


Barcos, lanchones, lanchas, yates y botes, todo dice de una Argentina de mares, anchurosos ríos arroyos lagos y lagunas, donde muchos han hecho de su vínculo con el agua un hábito esencial.

Puertos de abrigo, llegada y partida, esperanza y aventura, suscitadores de poesía y materia generosa para la felicidad de nuestros artistas.

El Pabellón de las Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica Argentina se enorgullece de presentar esta muestra donde se ofrece mucho de lo ejemplar de nuestra pintura.

Lic. Cecilia Cavanagh

Directora del Pabellón de las Bellas Artes


PUERTOS Y BARCAS

El puerto de la Boca se amplía en 1878 con el proyecto del ingeniero Huergo abriendo el primer canal de acceso al Riachuelo. En 1898 Puerto Madero queda totalmente habilitado, sus dos grandes dársenas y cuatro diques contaban con una superficie de agua de 660.000 m2, y se encontraban bordeados por amplios depósitos de mercadería y silos cuya arquitectura industrial iba a asombrar a los arquitectos Walter Gropius y Le Corbusier. Este movimiento de puerto estaba asegurado por 130 grúas móviles y fijas, y una red ferroviaria de 78 kilómetros de extensión. En 1926 se concluye Puerto Nuevo, situado a continuación de Puerto Madero con un conjunto de seis dársenas. Buenos Aires se transforma en ese período de modernización en el primer puerto de la América Latina y de todo el hemisferio austral.

A fines del siglo XIX y a comienzos del siglo XX, Argentina se abre al mundo a través de una economía de puerto. Los años ‘80 caracterizado por su movimiento inmigratorio y la gran afluencia poblacional contribuye a este desarrollo. El gris de humo fundido con el gris de nubes mostraban a una de las urbes mas gigantescas con un dinamismo que era característico de un pueblo que alentaba la idea de progreso.

En los barrios de la ribera como la Boca se van asentando en la Vuelta de Rocha (antiguo puerto de los tachos) una población proveniente de la región mediterránea.

La actividad artística y literaria formará gran parte de la vida cotidiana de estos pobladores. De este movimiento nacen las instituciones en torno a una población ávida de manifestaciones culturales, el arte iba a cumplir uno de sus roles esenciales al mostrar la identidad imaginaria de un país en pleno crecimiento.

El Pabellón de las Bellas Artes de la Pontificia Universidad Católica Argentina prosiguiendo con su acción de difundir el arte argentino ha realizado una selección de artistas que se inscriben en la producción pictórica de las imágenes portuarias. La escuela de la ribera, la boquense en particular, incluyendo Barracas y la isla Maciel, ha sido muchas veces citada como parte de una tradición que integra un legado valioso para el estudio e investigación de nuestro presente y que, gracias a los cuidados de coleccionistas y museos, pueden ser hoy apreciadas en su conjunto. Debemos ver en estas obras no sólo nuestro imaginario social e individual reflejado en imágenes que pueden reconstruir una época, sino un material cultural que forma parte de nuestra identidad. Humanismo y voluntad creativa trascienden de esta valiosa iconografía. Estudios y homenajes rendidos a estos maestros de la pintura, nos hacen saber con mayor detalle, el esfuerzo y la desazón de muchos de ellos hasta ser aceptados en nuestro medio, tal es el caso de Martín Malharro (1865-1911), cuya obra El Corsario “La Argentina”, expuesta en 1894 cuando el artista tenía 29 años, era al decir de Jorge Romero Brest, “un cumplido marinista romántico”. Este marinista ha sido pionero e iniciador de la escuela impresionista en nuestro país.


Martín Malharro
El corsario “La Argentina”
en las costas de México azahares, 1894
Oleo, 60 x 100 cm
Colección privada

El proceso y desarrollo lingüístico que va a caracterizar a estos artistas dentro del panorama de la pintura argentina, ampliarán la lectura de los cambios operados en sus trabajos, observando cada período de sus trayectorias. Tal es el caso de las obras aquí expuestas de Fortunato Lacámera (1887-1951), Quinquela Martín (1890-1977), Horacio Butler (1897-1983), Faustino Brughetti (1877-1956), Víctor Cúnsolo (1898-1937), Desiderio Rosso (1898-1958) y Manuel Larravide (1871-1910).

En estas obras pueden verse resoluciones plásticas que tienen una clara diferenciación, esto puede valorarse a través de algunas pinturas aquí presentadas gracias al cuidado de coleccionistas que con esmero conservaron su estado primigenio.

La escuela metafísica en las obras de Horacio March ( 1899-1978) y Onofrio Pacenza (1904-1971), se inspiran en el paisaje boquense acentuando el estado de soledad y melancolía a través de una luminosidad que destaca el sentido atemporal de la pintura, esta característica señala la filiación a la escuela metafísica italiana en las figuras de De Chirico y Carrá.

La presencia de los maestros Alfredo Lázzari (1871-1949), Eduardo Sívori (1847-1918) y Pío Collivadino (1869-1945), el primero con la técnica del óleo, y estos últimos con dos acuarelas de la zona del Delta resueltas con espontaneidad sin perder la visión estructural de nuestros paisajes ribereños, se presentan como unidades de gran interés plástico.


Eduardo Sívori
Delta
Acuarela, 20 x 30 cm
Colección privada


Eugenio Daneri (1881-1970) y Enrique Policastro(1898-1971), guardan una especial atención al poder constatar, a pesar de sus diferencias de objetivos, un espíritu que sostiene sus creaciones: el silencio, la humildad, el tono bajo, la sencillez, y la atmósfera de una tierra que puede ser amasada como la pintura otorgándole a la materia un sesgo emotivo. Rául Russo (1912-1984), muestra un nivel homogéneo en la saturación del color y en sus arabescos encarando sus barcas con características fauves, haciendo del espacio un organismo vivo. Leopoldo Presas, Rómulo Maccio, Francisco Travieso, Adalberto Barbosa, Eduardo Faradje, están totalmente impregnados del espíritu que nos ocupa, ellos han sabido captar esa idiosincrasia que caracteriza a esta cultura de mezclas, esta manera de confrontar lo local y lo universal. La tónica común que se expresa en sus lenguajes nos hablan de una energía y sensibilidad sustentada por la capacidad del trabajo diario. Debemos ver en ellos los continuadores de una problemática pictórica que tiende a buscar las raíces de una genealogía en la línea de los grandes maestros de la pintura rioplatense. Sus lenguajes aquilataron las conquistas de un arte que habla a la contemporaneidad utilizando resoluciones acordes a nuestro tiempo. Leopoldo Presas (1915) da pruebas de su vigor, pintando como lo hizo Horacio Butler con el entusiasmo que se agiganta en la medida de sus años; en el caso de Franciso Travieso, la síntesis compositiva aporta interesantes encuadres en sus nuevos trabajos, que se ven complementados por el uso inteligente del color y del empaste de la materia pictórica; Rómulo Maccio presenta la curiosa y pequeña obra que caracteriza bien su hacer pictórico, antropomorfiza el fantasma del velamen de la barca y muestra la tormentosa visión acuosa de nuestro río; de Adalberto Barbosa vemos el atrevido color lacre de la construcción geometrizante del paisaje típico de Puerto Madero; y de Eduardo Faradje esa visión fantasmal y fragmentada del gigante puente metálico negro que atraviesa como un dinosaurio ambas orillas del Riachuelo.


Eugenio Daneri
Atardecer en el Riachuelo, 1957
Oleo, 60 x 80 cm
Colección privada


No visualizamos ahora el humo gris de las chimeneas, es otro tiempo, estamos en el año 2004, las obras del pasado y del presente nos remiten a su lenguaje simbólico, a los emblemas vivos que posee nuestro país.

Rosa Faccaro

De la Asociación Argentina e Internacional de Críticos de Arte


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