En la revista Yachting Argentino de 1974 el director Esteban Borzone respondía a una nota enviada por aquel entonces instructor Leopoldo Segot que se quejaba de la rapidez y facilidad con que los aspirantes a timonel obtenían el brevet.
En todos los países con tradición náutica deportiva (nosotros la tenemos pero en estos casos preferimos olvidarnos de su existencia) hay barcos para los cuales no se necesita requisito alguno y barcos que no pueden ser conducidos sin oportunas habilitaciones.
Dichas habilitaciones son conseguidas con la asistencia a cursos que organizan distintas entidades náuticas sobre la base de bien determinados programas teórico-prácticos. Las federaciones son las que elaboran los programas, las que forman a los profesores y los autorizan a la docencia además de fiscalizar rígidamente el desarrollo de los cursos y la seriedad en las tramitaciones administrativas para el otorgamiento de las habilitaciones.
Entre nosotros, en cambio, salvo naturalmente honrosas excepciones, cómo se consigue el carnet de timonel y de patrón? Muchas veces ni siquiera con una parodia de examen. Es así, estimado amigo Segot, como los barcos pasan entre las rocas como si nada exponiendo las vidas de los tripulantes y pasajeros.
La navegación es como la guerra, donde se aprende más un día en el frente que toda una vida leyendo tratados de arte militar, y no se puede ir al frente sin un adecuado entrenamiento. Así como no se debe zarpar para un crucero que puede reservarnos sorpresas meteorológicas sin saber cómo las enfrentaremos.
El timonel debe ser el dueño de su barco, no solamente por ser poseedor del certificado de matrícula, sino por conocerlo en su estructura y en sus reacciones y debe saber a dónde conducirlo y cómo. En cuánto proceda en estos conocimientos, en tanto podrá aumentar el alcance de sus cruceros.
Es esto lo que habría que enseñar en los cursos, decir a los alumnos que lo que aprenderán será apenas unas bases sobre las cuales cada uno podrá constituir con la experiencia y el estudio su capacidad marinera, pero cómo hacerlo entender si al conseguir el mismo diploma universitario el neo profesional dice haber concluido la carrera sin saber que recién la empieza?
Así que todas las previsiones nos confirman en nuestra creencia que hoy, más que en épocas pasadas, es indispensable estructurar la educación náutica con vistas al otorgamiento de los documentos habilitantes a la conducción de un velero sobre bases orgánicas y correspondientes a las verdaderas exigencias prácticas, teóricas y morales que requiere la navegación a vela. Regir y organizar gran parte de esta tarea podría ser un desafío para la federación.
Esteban Borzone
2 comentarios:
Eso sigue teniendo vigencia, basta solo con escuchar durante el proximo pampero el canal 16, los multiples May Day que llegan desde el canal costanero. La mayoria por inexperiencia o desconocimiento que por una emergencia verdadera.
Hola Oso! Gusto de verte por aquí.
Estoy totalmente de acuerdo, por eso Gustavo trajo la nota y por eso la publicamos.
Un beso grande
Alita
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